Las pérdidas son cuantiosas: 1.500 millones de pesos, 12 locales comerciales destruidos, 300 plazas de trabajo perdidas y un impacto grave para la oferta veraniega de Valparaíso. Esos son los efectos negativos del gran incendio que en la madrugada del jueves consumió un importante conjunto de locales nocturnos situados en pleno centro de la ciudad, Bellavista con avenida Errázuriz. Como daño colateral se puede sumar la gigantesca congestión de tránsito que castigó nuevamente a extensos sectores de la ciudad.
Sin embargo, en medio del humo y las llamas hay un hecho positivo: los locales nocturnos no se encontraban en funciones y, por tanto, no hubo riesgos de pérdidas humanas, pérdidas que muchas veces acompañan a siniestros en estos lugares, como son los conocidos casos de la discoteca "Divine" en Valparaíso o el fatal "Cromañón" en Buenos Aires.
El incendio, por otra parte, deja a la vista, una vez más la precariedad de Valparaíso, con construcciones que en algún momento fueron de calidad, pero que sufren la acometida destructora del paso de los años.
No se puede dejar pasar una realidad concreta señalada por el director del Departamento de Emergencias y Protección Civil de la Municipalidad de Valparaíso, Ezio Passadore, al referirse al trabajo de Bomberos, el cual "fue complejo, estamos hablando de un edificio que no tenía en su interior cortafuegos, una propiedad única, y eso posibilita el desplazamiento de los gases calientes al interior de la propiedad… por ser discotecas tienen una gran cantidad de material inflamable, hay mucha remodelación al interior, principalmente de material ligero, y eso fue lo que facilitó la propagación del fuego".
Esa es una realidad presente, una bomba de tiempo que por alguna causa hizo explosión. Una advertencia, con graves daños materiales, pero, insistimos, sin pérdida de vidas.
Tras este hecho, tras la anunciada ayuda oficial, hay que insistir en extremar las medidas preventivas en la remodelación de construcciones, cuyo original destino fabril o de bodegaje, cambia y pasa convertir esos antiguos espacios en lugares de concentración de público.
Al respecto, hay normas vigentes sobre instalaciones, capacidad, evacuación y capacitación del personal. ¿Se cumplen esas normas? ¿Se fiscaliza periódicamente con acuciosidad? Preguntas incómodas que exigen respuestas.
Los giros comerciales nocturnos son legítimos y necesarios como parte de la oferta general de atracciones de la ciudad, para residentes y visitantes, pero deben tener como base la seguridad de clientes y trabajadores. Reiterada advertencia, afortunadamente sólo medida en pesos, que deja el siniestro del pasado jueves.