Pamela Boltei
Un llamado a las autoridades de Estado a conciliar los intereses de los actuales concesionarios y empresas de transporte entre las regiones Metropolitana y de Valparaíso, y a evaluar las posibilidades de una conexión entre el tren y el mar, en el caso de Valparaíso, hizo el presidente nacional del Colegio de Arquitectos y académico U. de Chile, Alberto Texido.
El plan es liderado por Consorcio TVS, un grupo de inversores y gestores integrado por la multinacional de transportes China Railways Group Limited (CREC), la empresa chilena Sigdo Koppers y Latinoamérica Infraestructura.
De acuerdo a sus características dadas a conocer la semana pasada a la Presidenta Michelle Bachelet, el proyecto de US$ 1.600 millones no requerirá subsidios por parte del Estado y se consideran varias estaciones en la Región de Valparaíso.
"Esto es un interés de la macroregión central, acá hay mucho santiaguino contento, mucho porteño y mucho sanantonino contento. Conecta puertos, a la capital como centro de servicio y de demanda de mercancías. Pero ojo: este proyecto es rentable por la carga interportuaria entre Santiago y los puertos, porque el trazado es vía Melipilla, y por lo tanto entra a Casablanca, pero sigue a San Antonio también. O sea, es un tren de tres puntas, y si le agregamos el corredor bioceánico, es un tren de infinitas puntas. Es decir, es un tren de cargas que además propone la posibilidad del traslado de pasajeros en el mismo trazado. Hay que decirlo así", dijo Texido.
- La idea de tener un tren rápido entre las regiones Metropolitana y de Valparaíso es una idea bastante antigua, que cada cierto tiempo resurge como opción, pero que luego se pierde. ¿Cómo ve esta opción?
- La clave es la rentabilidad del negocio hoy. Esta idea intermodal de pasajeros y carga, bajo la lógica de que el negocio está siendo rentable por una combinación de actividades a diferencia de los otros que se planteaban 100% de pasajeros o al revés, 100% de carga, es importante. La carga es el negocio y los pasajeros es una especie de beneficio secundario para el negocio.
- ¿La principal diferencia hoy radica en la ausencia de subsidio estatal, entonces, para su factibilidad? ¿Qué rol juega el Estado para su materialización?
- Es el Estado, en cualquiera de los escenarios, el que aprueba o no aprueba. No porque el Estado no esté poniendo subsidio significa que no está participando. El Estado es quien debe impulsar la iniciativa, aprobarla y ponerle todas las condiciones para ver impactos, nuevos trazados, etcétera. Este es un proyecto del Estado, aunque vengan los chinitos con toda la buena onda. Puede ocurrir como en otras ocasiones que queda en la idea, solo depende de si la autoridad política y pública demuestra interés y da cabida a esta opción. Esta alternativa no debería ser desechada y más bien apoyada por ser un transporte sustentable, no contaminante. A diferencia de todas las otras anteriores, esta es la primera vez que tenemos una alternativa a casi mitad de precio del que se había anunciado, sin subsidio del Estado, que siempre ha sido una de las principales razones de su resistencia.
- ¿Hasta qué punto pueden presionar en contra las concesionarias y empresas de transporte?
- Cada uno va a defender sus intereses, pero es de suponer que un sistema bien implementado, socializado y comprendido podría negociar con las partes que pueden tener efectos negativos, al que se pueden sumar los camioneros. Pero también habrá otras industrias que verán las ventajas, los puertos mismos van a mejorar su capacidad de mover cargas. La pregunta es si en ese proceso de reconversión el tren eléctrico no contaminante mueve más gente y más segura, y si es así habrá que ver si estas empresas se quieren sumar al cambio, a los buses les convendrá hacer tramos no tan largos y funcionar a escala intercomunal, moviendo desde la estación hasta la ciudad. Esto implica cambios a los cuales todos nos vamos a ver afectados. No por evitar afectar industrias preexistentes debemos evitarnos pasos hacia la ciudad sustentable.
- Llama la atención el momento en que se presenta esta idea que impacta fuerte en dos de las regiones más importantes del país. ¿Cómo puede afectar el momento en que se encuentra el actual gobierno, a pocos meses de entregar el mando a la coalición opuesta?
- Bueno, los grandes proyectos de los países no dependen del cambio de la administración. Los proyectos duran entre sus aprobaciones ambientales y su construcción, cuatro a seis años, y eso implica que siempre va a ser buen momento de tener buenas ideas y lanzar buenos proyectos. Que sea justo al final llama un poco la atención, ojalá se logre el apoyo no solo de la Presidencia sino también de las autoridades competentes, principalmente del Ministerio de Transportes, del cual no he visto pronunciamiento aún.
- ¿Por qué cree que no se ha pronunciado, tomando en cuenta su participación en el desarrollo eventual del proyecto?
- Es raro que el Ministerio de Transportes no tenga opinión, porque esto es un tema que estaban trabajando con otras alternativas como el trazado por La Dormida y la ruta 68, que eran trazados más costosos y requerían de subsidio del Estado. De todas formas, es bien interesante el escenario.
- ¿En qué sentido?
- Estaba viendo las estadísticas del movimiento de vehículos en las rutas 68 y 78, y cada una de ellas mueve aproximadamente 40 millones de vehículos al año, con un crecimiento anual del 7 a 8%. Y ahí hay cargas y pasajeros, pero esas estadísticas demuestran también el potencial que hay para poder hacer una alternativa distinta a los vehículos particulares y motores contaminantes, con altos riesgos de accidente. Para mí esta solución es interesante, pero creo que hay que reflexionar respecto a que la carga sea el negocio, por lo tanto los pasajeros quedan como una especie de uso alternativo con altísima rentabilidad social, lo que significa que el Estado puede negociar muy bien la tarifa de este tren, porque obviamente la tarifa de impacto al pasajero en un viaje que baja de una hora a 45 minutos demuestra que podría ser algo más caro que el bus.
- Esta futura conexión más expedita, ¿significará un cambio de paradigma de las regiones -al menos la V y la VI- respecto de la capital?
- El proceso de expansiones de ciudades en la región central está demostrando lo que (Ricardo) Lagos Escobar llamaba el "Sanraval", Santiago, Rancagua y Valparaíso como una especie de unidad territorial, pese a las divisiones administrativas. Si esto sigue, esta tendencia con las autopistas actuales, lo que indicaba la simulación era que las ciudades se iban a interconectar. Se ve que la propuesta partiría algo al sur del aeropuerto de Santiago, y hay que ver ahí si puede estar conectado, porque creo que es un punto relevante no solo para pasajeros sino también para carga. Se habla que el tren va a andar a 200 kilómetros por hora, sin embargo el diseño podría plantearse como algo mayor, buscar un trazado que permita en algún momento trenes a 250 o a 300 kilómetros por hora, y llegar a 30 minutos o menos de viaje. Sería un sueño. Imagínate estás en Santiago y agarras una tabla de surf y te vas a la playa...y al revés, gente viviendo el Valparaíso quiere trabajar en Santiago y se abren oportunidades de trabajo interesantísimas.
- La Región de Valparaíso, como zona universitaria, portuaria, turística y cultural, ¿cómo se vería beneficiada en términos sociales y urbanísticos?
- Valparaíso requiere inversión y tiene disponibilidad. Es una ciudad que ha estado en un estado de deterioro importante y la alternativa de conectar con la macrorregión central también le da oportunidades de ser un lugar no como hoy, al final del camino. Esto mejora también las relaciones con Viña del Mar, Casablanca. Si Santiago -Valparaíso son 45 minutos, entonces Valparaíso-Casablanca serán 15.
- Más allá de las ciudades donde se detendrá el tren, ¿en qué lugares de las ciudades ve más viable las estaciones?
- Si llegase a Barón, en el contexto que está pasando allí, es bien interesante el potencial. No solo sería una lógica tren rápido-metro regional o buses, sino que también empezaría a ser tierra-mar, por el tema de los cruceros. El gran potencial intermodal del sector Barón también es algo a discutir.
"Que sea justo al final llama un poco la atención, ojalá se logre el apoyo no solo de la Presidencia sino también del Ministerio de Transportes" "La alternativa de conectar con la macrorregión central también le da oportunidades (a Valparaíso) de ser un lugar no como hoy, al final del camino""