"Hay directores que ya cumplieron su ciclo y creo que es hora de una renovación"
Fue uno de los hombres fuertes en el desembarco de la sociedad anónima que concesionó a Santiago Wanderers. Ignacio Eguiguren llegó por primera vez a la sede caturra de calle Independencia un 4 de enero del año 2008, para asumir la gerencia general de la institución que con Jorge Lafrentz como presidente se encargaría por las próximas tres décadas de la administración del Decano del fútbol chileno.
La relación profesional entre el timonel y el principal ejecutivo de la S.A. fue por años cercana e intensa, con puntos altos y desencuentros, los que finalmente terminaron por desgastarla.
A fines del 2013, Eguiguren abandonó definitivamente la gerencia general para asumir un rol más cercano a lo que era el ámbito futbolístico (gerente deportivo), en donde encontró en el empresario y accionista Roberto Carrasco a un buen "aliado" al interior de la regencia.
Meses más tarde llegaron los primeros frutos de su trabajo, cuando el conjunto verde, que en ese entonces era dirigido por Emiliano Astorga, estuvo a minutos de conseguir su cuarta estrella en Primera División.
Sin embargo, la figura del ingeniero ya estaba demasiado desgastada al interior de Santiago Wanderers, como también su relación con una hinchada que en todo momento lo vio como uno de los rostros más representativos y visibles de una administración lejana y que nunca logró cercanía con la gente del Puerto.
La partida de Eguiguren desde la institución estaba sentenciada. Su salida desde Valparaíso, ya con Nicolás Ibáñez como máximo accionista del club, estuvo marcada por fuertes intercambios de palabras y recriminaciones con Jorge Lafrentz y el grupo de dirigentes cercanos al presidente, quienes tenían una visión muy distinta respecto a la forma en que se debía manejar el Decano.
Luego vino el silencio y la calma. Nadie más supo de Ignacio Eguiguren, pese a que era común verlo en los estadios de Chile observando al equipo, pero desde posiciones poco protagónicas.
Eso hasta hoy, en que tal como le ha sucedido a la enorme mayoría de aficionados porteños tras el descenso, reconoce que "las últimas semanas no han sido sencillas".
"A mí Santiago Wanderers me marcó. Hoy mi familia es wanderina y por ello es que aún no entiendo mucho cómo después de haber llorado de emoción por el título de Copa Chile, en un abrir y cerrar de ojos estaba abrazado a mi hijo llorando en Playa Ancha por el descenso", confiesa, antes de advertir que será la única vez en que se referirá al momento que vive la concesionaria al frente del Decano, justo cuando se va a cumplir una década de administración.
- ¿Cuál es el análisis que se puede hacer de lo realizado por la sociedad anónima en una década de trabajo?
- Con momentos despejados y otros muy nublados.
- Claramente hoy en el Puerto se está viviendo una época de días nublados.
- ¿Qué quieres que diga? Cuando nos hicimos cargo de Santiago Wanderers a inicios del 2008, sacarlo de la crisis económica y futbolística fue complicadísimo. En ese momento el club no tenía nada. Recuerdo que Gustavo Huerta no tenía ni equipo para debutar ante Curicó Unido y la verdad es que nosotros nos equivocamos con algunas contrataciones, especialmente por la premura con que se debieron tomar algunas determinaciones. Éramos la planilla más cara de la categoría y estuvimos a un paso de irnos a Tercera División. Luego se pudo ascender con Humberto (Zuccarelli) y vino un tiempo de estabilidad. Estuvimos a un paso de ser campeones con (Emiliano) Astorga y luego me fui. Pero claramente me da la impresión que hoy el barco está encallado.
- El barco está encallado y no cesan las críticas respecto a la gestión de Jorge Lafrentz y Miguel Bejide. Incluso también los dardos apuntan a Nicolás Ibáñez Scott como máximo accionista, por una supuesta escasa preocupación por el club del que definitivamente es dueño.
- Pero si para Santiago Wanderers, gracias a Dios existe una persona como Nicolás Ibáñez, quien en los últimos años ha sido el único que de su bolsillo ha puesto dinero para la supervivencia del club. Si él tiene más del 80 por ciento del control de Wanderers no es porque él lo buscó, sino porque en los momentos en que se necesitaron aportes en dinero fue el único de la sociedad anónima que participó de los aumentos de capital. Lo que acá falta es gestión para aprovechar de buena manera las tremendas cantidades de plata que se han puesto en favor de la institución.
- ¿Comparte los cuestionamientos a los principales directivos del club?
- Yo estoy fuera de Santiago Wanderers, pero tengo claro que hay directores que ya cumplieron un ciclo. Tiene que existir una renovación, pero con la participación de gente que sepa de fútbol, que estén presentes en el día a día de Mantagua y acompañando al cuerpo técnico. Este es un equipo de fútbol y se necesitan resultados.
- ¿Está de acuerdo con la continuidad de Nicolás Córdova como entrenador de los verdes?
- Yo le tengo confianza a Nicolás (Córdova), pero debe tener a dirigentes trabajando junto a él, porque lo que viene no será sencillo para salir de Primera B. No nos podemos confiar y pensar como ante La Calera que la carrera ya estaba corrida. Nicolás (Córdova) es un buen entrenador, pero a ningún técnico se le puede dejar solo en la toma de decisiones.
- El escenario no es de los mejores.
- Es que yo entiendo que pueden haber muchas y distintas visiones del momento que está viviendo Santiago Wanderers, pero hay que tener cuidado. ¿Qué pasaría si Nicolás Ibáñez se va? La Fundación Futuro de Valparaíso debe seguir al mando, pero sumando a gente que sepa de fútbol.
- ¿Hace falta un gerente técnico?
- Puede ser un gerente técnico o que le pongan el nombre que quieran, pero debe ser un tipo que sepa de fútbol, que tenga alguna relación con la actividad y con un rol muy claro, con obligaciones, pero también con cierta independencia para ser la contraparte de lo que es el tema económico.
- ¿Y seguir con el discurso, que a veces parece irritante, de ser un club formador?
- Es que debe ser así, pero hay que reconocer que en el último tiempo tampoco hemos tenido muchas noticias de jugadores que viniendo de las cadetes vayan a marcar diferencias. Hay que compatibilizar lo que es ser formador con el logro de triunfos.
"Para Santiago Wanderers, gracias a Dios existe una persona como Nicolás Ibáñez, quien en los últimos años ha sido el único que de su bolsillo ha puesto dinero para la supervivencia del club" "Tiene que existir una renovación (dirigencial), pero con la participación de gente que sepa de fútbol, que estén presentes en el día a día de Mantagua y acompañando al cuerpo técnico. Este es un equipo de fútbol y se necesitan resultados""
Rafael Viotti jugará de verde el 2018
El delantero Rafael Viotti se incorporó ayer a los trabajos de Santiago Wanderers, donde jugará por todo este año. El argentino fue un gran aporte en los últimos ascensos de San Luis, Everton y Unión La Calera a Primera, siendo pieza clave en la reciente definición entre porteños y cementeros en Playa Ancha. Por otra parte, Ezequiel Luna habría aceptado bajar su sueldo para continuar en el club, mientras que Francisco Piña estaría negociando para partir a préstamo y Luis Felipe Pinilla tendría todo acordado para no seguir en Valparaíso.