"No debería haber hogares de menores, pero hay 6.000 niños que buscan cupo"
Al padre Enrique Opaso, asesor eclesiástico del Refugio de Cristo, cuyo nombre suena para un rol de primera línea en el Servicio Nacional de Menores (Sename), amigos y conocidos le dicen que debe tener "cuero de elefante" para echarse a las espaldas una mochila tan pesada.
Sobre todo ahora que hay conciencia generalizada sobre la crisis que enfrenta la institución, que deriva finalmente en una indignante desprotección -que muchas veces ha terminado en la muerte- de tantos niños a los que el Estado tenía la obligación de cuidar y proteger.
Pero si algo tiene claro Opaso es que el riesgo es parte de la misión sacerdotal y se lanza sin más. Como en los tiempos duros en que debía proveer los comedores de Ramaditas o después, cuando sacó adelante la construcción de la parroquia de Reñaca, durante la cual tuvo tantos problemas que renunció -infructuosamente- a ese encargo episcopal.
Opaso concede que el Sename -nacional o regional- sería una misión complicada, pero que también podría ser más llevadera con una legislación que le otorgara los medios y el sustento que el sistema requiere, cosa que está lejos de ocurrir hoy día.
"Si nos siguen entregando el presupuesto que nos dan, vamos a ir cerrando hogares. El Refugio de Cristo tiene pensado cerrar por lo menos tres hogares si esto no cambia, porque ya no se sostiene. Todos los años tenemos que salir a buscar recursos, con empresarios, socios y actividades, porque el Refugio nos cuesta $ 1.800 millones y el Estado pone 700", sostiene.
Es en todo caso una labor que conoce al revés y al derecho. Y si finalmente su nombre es el elegido tranquiliza desde ya a los funcionarios. "Hay que llegar a estas instituciones con la lógica del servicio y no con la lógica del poder. Yo no llevaría a nadie conmigo porque creo en la gente que está ahí, en su experiencia y en su trabajo, y sólo pido que me ayuden, que formemos un gran equipo y que saquemos adelante esto en beneficio de los niños".
- ¿Qué le parece la propuesta del senador Chahuán de que usted tenga un rol protagónico en el Sename en la próxima administración?
- Es un honor para una fundación como Refugio de Cristo, que tiene una labor de mucha experiencia. Yo siempre pensé que no es una tarea en la cual deba meterse un sacerdote, pero por otra parte el Papa nos pidió que nos preocupemos por los niños, los ancianos, la gente de la calle. Estamos a veces muy acomodados en lo que hacemos, pero él nos ha pedido tener olor a oveja y eso significa ir con la gente y estar con ella. El riesgo es parte de la misión sacerdotal y hay que ser coherentes. Entonces, yo creo que con la experiencia que he adquirido en este trabajo, me siento en condiciones, junto a un equipo técnico-profesional, de hacernos cargo de esto y darle una mirada distinta, porque estamos justo frente a un cambio de leyes que va a dar una nueva institucionalidad. Y a mí me entusiasma la posibilidad de ser parte de una nueva institucionalidad para los niños, con los cuales el Estado está en deuda. Una deuda gigantesca.
- ¿Usted puede decidirlo solo o tendría que pedirle autorización al obispo?
- Yo soy discípulo de la Iglesia, un feliz sacerdote que ejerce su ministerio y siempre mi decisión va a pasar por la decisión de mi obispo. Si dice que no, haré lo que él me pida, seguiré siendo feliz, pero habrá alguna frustración de no poder haber hecho algo más. El Sename hay que despolitizarlo y en ese sentido yo me ofrezco como una persona súper independiente que quiere trabajar con los equipos que existen, porque hay gente técnica muy buena en el Sename, especialmente en el regional.
- ¿Y sería director nacional o regional?
- Donde sea yo quisiera prestar este servicio como sacerdote para hacer algo más por los niños de Chile, no solamente por los niños del Refugio de Cristo. Más de la mitrad de los hogares de menores en Chile son de Iglesia. Tenemos que potenciarlos. Durante los últimos 10 años han ido disminuyendo por temas más ideológicos que otra cosa; nosotros tenemos que potenciarlos, son una buena alternativa para los niños, siendo siempre la familia la mejor.
- Ese cargo es una pesada mochila. Una de las últimas directoras está declarando en jornadas de 14 horas en la Fiscalía por las muertes de niños...
- Si nosotros pretendemos priorizar una acción y dejamos de hacerla por los temores, estamos mal, mejor que no vayamos a eso. Uno sabe que esta institucionalidad, que es tremendamente importante para el país, necesita convicción, espíritu, ganas. Siempre el director nacional o regional es el que tiene que poner la cara, pero uno no puede declinar por el temor de lo que podría pasar. Otra cosa que dice el Papa es que tenemos que acabar con la lógica del poder y comenzar con la del servicio, yo voy a servir a una institución, no voy a ejercer el poder.
- Cuando se oyó el nombre de Benito Baranda para el Sename, la presidenta de los funcionarios, Alicia del Basto, dijo que "se lo van a comer vivo", aludiendo a cuestionada gente del personal. ¿A usted se lo comerían vivo?
- Lo que quiero es que me coman vivo por los hechos, por la gestión, por la novedad que logremos implementar… pero que te coman vivo simplemente porque es un cura el que va a hacerse cargo de un servicio, no tiene peso.
- ¿Qué le parece que vengan funcionarios de la ONU a observar cómo están funcionando los centros de administración directos del Sename?
- Chile ha firmado convenios internacionales que debemos respetar. Yo creo que todos los tipos de inspecciones que tengamos son buenas si están motivadas por el bien superior del niño. Ya vino hace tiempo una comisión de la Unicef que investigó y entró a los hogares. Es bueno que transparentemos, porque somos institutos colaboradores del Estado y siempre la gestión tiene que ser transparente. En el sistema actual, un hogar es visitado todos los meses y eso me parece súper importante.
- ¿Por qué murieron entre 2005 y 2016 sobre 850 niños que debieron haber sido protegidos por el Estado?
- Es una cifra que alarma, pero no es tan así. Hay muchos hogares, como el Sanatorio Marítimo, que acoge a niños con parálisis cerebral, u otras instituciones que cuidan con mucho esmero a niños con atrofias mentales graves que llegan a morir allí, que han quedado registrados como "egresados" por fallecimiento y se han sumado también. Pero evidentemente ha habido muchas situaciones que conocemos por la prensa, casos horrorosos en que la justicia tiene que hacerse cargo. No es posible que tengamos una lista de más de 100 niños que han muerto en nuestros hogares o en los del Sename sin que haya al menos una explicación. Y espero que se pueda ir más allá si hay delitos que sancionar.
- El nuevo presidente de la Corte Suprema dijo que la crisis del Sename es una de las más graves del país y que el sistema requiere reparaciones urgentes y profundas. Pero el proyecto del 2012 avanzó muy poco…
- Las leyes duran un tiempo, se agotan. Por ejemplo, no es posible que tengamos una ley de subvención que nos da $300.000 a los hogares privados y a los centros de reparación especializada de administración directa (Cread) del Estado, $1.800.000 por niño. Si a mí en el Refugio de Cristo me entregaran esos recursos, tendría transformados todos los hogares en prácticamente comunidades terapéuticas, porque para eso están los recursos. Los niños de los Cread son los mismos nuestros. Hoy la pobreza no se mide como antes, hoy hablamos de la pobreza de la salud mental.
- ¿Por qué pobreza de salud mental?
- Un niño abusado sexualmente tiene un problema gigantesco. Nosotros tenemos niños que han sido violados y que ellos, a su vez, son agresores sexuales; niños que tienen discapacidad cognitiva. Con eso tenemos que lidiar. Cuando hablamos de pobreza de salud mental no hablamos sólo del niño que tiene esos problemas, sino de ese pobre niño que no tenemos la capacidad técnica-profesional de atender.
- El próximo gobierno plantea subir la subvención al doble.
- El Presidente Piñera en su programa hablaba de una subvención base de $600.000, que me parecería bien, pero deberíamos tener siempre subvenciones extraordinarias, con nombre y apellido, pues el niño que tiene esta complejidad de salud mental necesita, aparte de alimentación y vivienda, atención médica y psiquiatría, que es lo más caro que hay. Entonces, habrá que tener una subvención evaluada, fiscalizada. Nosotros tenemos casi 10.000 niños en 274 hogares (de organismos colaboradores del Estado) que van quedando, y hay 11 Cread. Desde nuestra perspectiva, el aumento de la subvención es una de las urgencias.
- ¿Y hay dificultades en la derivación de los niños por la justicia de familia?
- Creo que ha hecho una notable contribución a los niños, pero ocurre que además de resolver en los casos de menores, es el juez quien decide a qué hogar ingresan. Si el magistrado no sabe cuáles son los hogares, qué capacidad tienen, qué tipo de niños pueden recibir, sería mejor que determinaran los directores regionales, el director nacional, tratando siempre de llevarlo cerca de su familia. Porque en los hogares debe trabajarse inmediatamente con la familia para producir los vínculos y lograr que ese niño se vaya a su casa.
- ¿Cómo es que los hogares trabajan para que vuelvan con la familia, cuando la misma justicia los ha sacado de allí porque muchas veces la vulneración se produce en su interior?
- Que el niño se haya sacado de la familia es una decisión del juez y es muchas veces lo que hay que hacer, pero eso no significa que nosotros no podamos trabajar con la familia para reinsertarlo. No siempre se puede. Cerca del 40% de los niños llega con algún grado de abuso que se ha producido en el entorno, pero siempre hay en la familia una abuelita, una tía, una prima, alguien que quiere sacar adelante al niño. Y hay que ayudarlo para que ese niño tenga una protección dentro de su núcleo familiar. El mejor lugar para un niño, aunque sea muy pobre, es su hogar.
- Lo ideal sería que no hubiera hogares de menores.
- No debiesen existir los hogares de menores, pero la realidad es que tenemos alrededor de 6.000 niños que están buscando cupo en Chile, aparte de los que ya están en ellos. Entonces, creo que habría que ofrecer oportunidades para que particulares vayan creando hogares especializados para niños con dificultades de salud mental, que sean clínicas pequeñas tipo hogar, donde los niños puedan adaptarse de verdad. Porque enviar a un niño a un hogar donde no tenemos los recursos ni el personal necesarios es una nueva vulneración.
- Pero no tienen otro lugar donde estar.
- Hace poco nos llegó una niña de siete días y si no somos capaces de ingresarla a un sistema de adopción y de hacerlo con rapidez, esa niñita va a egresar cuando cumpla 18 años ¿y dónde va a ir? Hay muchos niños que no tienen otro lugar donde estar. Entonces, los hogares hay que potenciarlos. Yo conozco por lo menos 12 cuyas fundaciones quieren cerrarlos. Si no tenemos programas más acotados e inteligentes para atender a los niños esto seguirá igual. Necesitamos la ayuda del Estado. Somos colaboradores del Estado…
- ¿Y el Estado colabora con ustedes?
- ¡¡¡Con $280.000 por niño, qué colaboración es esa!!! El dinero que entrega el Sename no alcanza ni siquiera para pagar los sueldos de una persona exigida por el mismo sistema. Y además le pagamos sueldos miserables. A una educadora de trato directo le pagamos $400.000, entonces uno se pregunta cómo valoramos su trabajo ¡¡si las educadoras son las que más trabajan!! Entonces, también hay una decepción, mucha depresión y licencia médica. Nunca el Estado de Chile le ha dado las gracias al Refugio de Cristo por el servicio que prestamos. Nunca ha habido una palabra de aliento.
- La misma dirigenta Alicia del Basto dijo que aquí tiene que venir alguien que tenga los pantalones bien puestos para tomar decisiones y hacer cambios en el servicio.
- Los pantalones bien puestos tienen que estar en el Parlamento. Está en el Congreso el proyecto del nuevo servicio nacional de protección especializada para niños y niñas, que va a cambiar la Ley 20.530. Tiene que ser no sólo estudiado por los parlamentarios, sino que ellos deben invitar a personas con experiencia en esto, porque incorpora tantas restricciones, castigos y sanciones que es un proyecto que mata a los hogares de menores.
"Siempre pensé que no es una tarea en la cual deba meterse un sacerdote, pero por otra parte el Papa nos pidió que nos preocupemos por los niños, los ancianos, la gente de la calle. Nos ha pedido tener olor a oveja y eso significa ir con la gente y estar con ella"."
"Somos 1.400 curas y 70 los acusados"
Además de la mochila administrativa y técnica de dirigir el Sename, en el caso de un sacerdote es más complejo debido al estigma que pesa sobre la Iglesia por los abusos a los niños.
- En Chile tenemos el hábito de generalizar. Somos 1.400 curas y son 70 los acusados en los últimos 50 años. ¿De qué estamos hablando? Yo creo que podemos dar un servicio importante. A mí nadie me puede condicionar el trabajo porque soy sacerdote, porque es una discriminación. Soy chileno, pago mis impuestos, trabajo para vivir. ¿Qué diferencia hay en que yo tenga este cuello que me identifica? Es una percepción influida por toda esta campaña que ha habido contra la Iglesia, que a mí me duele mucho, pero que tiene mucho de cierto también.
"Los pantalones bien puestos tienen que estar en el Parlamento. Está en el Congreso el proyecto del nuevo servicio nacional de protección especializada para niños y niñas, que va a cambiar la Ley 20.530. Tiene que ser no sólo estudiado por los parlamentarios, sino que ellos deben invitar a personas con experiencia en esto""