"El radicalismo es de izquierda y en ningún caso está frenando la opción de llegar a un acuerdo"
"Sin duda somos parte de la centroizquierda", recalca el presidente del Partido Radical Socialdemócrata (PRSD), Ernesto Velasco, a la hora de proyectar cuál será el rol que jugará la tienda desde el 11 de marzo. "Hay que esperar la agenda del Presidente Piñera para poder pronunciarnos, ya que como oposición vamos a tener un espacio más libre, más flexible, donde más que buscar la configuración de un conglomerado, hay que tener mínimos comunes para hacer una oposición inteligente", subraya.
- ¿Comparte los dichos del diputado Fernando Meza, quien señaló que el PRSD había sido ninguneado por la Nueva Mayoría (NM) y que había encontrado más comprensión con gente de RN o Evópoli?
- No. En definitiva, uno ya tiene un domicilio conocido, que es la centroizquierda, y ese es el lugar donde tenemos que desarrollarnos y eso va más allá de personas y de situaciones puntuales. Por lo demás, el diputado Meza precisó que se refería al periodo de la Concertación, no de la NM.
- Pero ¿representa la posición del partido o son sólo dichos a título personal?
- Fernando expresa una opinión personal y habla de que en la época de la Concertación el partido no fue suficientemente considerado.
- Pero señaló que se sentía más comprendido por gente de Evópoli y de RN.
- Él lo aclaró y yo le creo. Por qué dudar de que se trataba de una ironía, una expresión que daba cuenta de un malestar y no una definición política. No tengo por qué dudar de sus palabras. Con esa ironía quiso expresar la falta de convivencia y amistad cívica que se ha dado con partidos amigos y aliados. Meza asume la línea política del partido, la unidad de la oposición. El radicalismo es un partido de izquierda y a partir de marzo vamos a ser un partido de oposición. En eso estamos claros todos.
- El diputado Vlado Mirosevic sostuvo que el Frente Amplio (FA) no va a ser un obstáculo para llegar a un acuerdo para presidir la Cámara, pero que se ve que la DC y el PRSD sí lo son. ¿Qué le responde?
- Son palabras que tienen poca significancia. Son palabras sin relevancia, esto es parte de la dinámica que tiene la política y los parlamentarios tendrán que buscar su espacio de acuerdo. Los acuerdos se logran cuando hay voluntad y de parte nuestra hay una voluntad inequívoca de establecer la unidad de toda la oposición. Nosotros no estamos bloqueando acuerdo alguno.
- Se habla que la NM murió. ¿Lo ve así?
- O sea, un dato de la realidad es que a la NM le quedan algunos días de existencia, hasta el 11 de marzo, cuando se acaba el gobierno de Michelle Bachelet. Pero en los hechos se acabó hace bastante tiempo. No llevamos candidato común a la Presidencia, no hicimos primarias, no tuvimos lista parlamentaria única y, sobre todo, no hay una mirada programática. Todo eso indica que la Nueva Mayoría se acabó.
- ¿Pero ve otro referente en el tiempo?
- Hay que asumir que la centroizquierda es diversa, que más que preocuparnos de armar una nueva coalición, lo más natural es que los partidos asuman su identidad, que traten de representar a su electorado, tener diálogo político con mínimos comunes, además que las coaliciones se arman para gobernar, no para ser oposición. Seremos oposición a partir del 11 de marzo, con una diversidad y ojalá con mínimos comunes. Y en algún momento nos volveremos a encontrar.
- No está, entonces, en línea con conformar un gran bloque de oposición para defender las reformas de Bachelet?
- Es poco realista pensar que podemos ser un conglomerado único que vaya de la DC al FA, primero porque el FA es un conglomerado en sí mismo, tiene su propia identidad; y por el otro lado, estamos nosotros, los partidos que fuimos parte de la NM, que se termina, que recuperarán su identidad y que vamos a tener mínimos comunes, pero primero hay que ver la agenda de Piñera. Defenderemos las reformas, especialmente la educacional, y seremos críticos y opositores ante cualquier retroceso. Ahí nos vamos a encontrar.
- ¿Falta autocrítica?
- Cuando hay una derrota electoral no hay una verdad única ni una autocrítica única. Tenemos responsabilidades los partidos, el gobierno, el propio candidato y su comando. La responsabilidad es bastante compartida y a partir de marzo cada uno va a poder profundizar en aquellos temas que le parece hay que rectificar. Aquí lo importante es que la centroizquierda tiene que recuperar vocación de mayoría. Este es un tema demasiado subjetivo. La centroizquierda tiene que tener capacidad de diálogo y tener un proyecto que interprete a este nuevo Chile. La autocrítica tiene que hacerla cada partido, porque no hay una verdad común. Tenemos que encontrarnos como oposición y en la medida que tengamos humildad y rectifiquemos, podremos volver a concursar en los próximos procesos electorales que vengan.
- El PC ha anunciado que defenderán las reformas en la calle con las dos manos y los dos pies...
- Insisto. Lo primero es esperar la agenda político-legislativa y en el caso de las reformas hay que ver cuál va a ser su planteamiento. Hizo un compromiso de campaña que iba avanzar en gratuidad hacia el 90% del nivel técnico-profesional y que iba a mantener la gratuidad en la educación superior que aprobó la Presidenta Bachelet. Entonces, hay que esperar. Si pretende desmantelar eso, va a tener una reacción. Ahora, ¿cómo se ejercerá esa oposición? Bueno, cada partido verá cómo lo hace, pero la política se hace en el Parlamento, con las herramientas que tiene la democracia. Aventurar otro juicio no me parece adecuado.
- O sea, cada partido se "rascará con sus propias uñas"?
- Tenemos que tener una oposición diversa, plural, inteligente, con mínimos comunes para coordinarse. Y frente a la agenda de Piñera, ojalá podamos tener una agenda común. Si esto no es posible, cada partido tendrá una mirada de acuerdo a sus particularidades. Ahora, en el caso de la reforma educacional, más que defenderla, hay que ver cómo mejorarla y profundizarla.
- ¿Cómo será el trabajo de la oposición tomando en cuenta el perfil del gabinete que anunció el martes Sebastián Piñera?
- Este gabinete tiene un equipo político fuerte, con experiencia -porque incorpora a personas que ya han sido ministros y que cuentan con la confianza de Piñera- y ministros sectoriales muy contradictorios, particularmente en Educación, donde hay una persona que no tiene expertise en el tema, que ha tenido un juicio crítico sobre la gratuidad y la forma en que se ha implementado y que sin duda va a ser complejo si predominan sus miradas personales. Lo mismo en Cancillería, donde se puso a una persona sin mucho manejo en materia de política exterior y donde Chile va a vivir no sólo el tema de La Haya, sino que la relación compleja que tenemos con América Latina. O sea, claramente este es un gabinete con sesgos muy economicistas y tecnocráticos y ahí me surge la duda de cómo esto se va a implementar.
- Pero también están Salud y Trabajo. Nicolás Monckeberg fue un duro crítico a la reforma laboral.
- Más que especular sobre las personas o la personalidad de los ministros, tenemos que esperar la agenda que Piñera coloque sobre la mesa. Y uno espera que haya una suerte de buen juicio de que estos termas sean abordados con diálogo y capacidad política constructiva y no bajo una mirada ideológica conservadora que busque aplicar una retroexcavadora al revés, porque sin duda será un punto conflictivo. Por eso que pongo el acento en dos: educación y Cancillería, porque creo que son las personas que tienen más debilidades en experiencia y trayectoria en esas áreas.
"Este gabinete tiene un equipo político fuerte, con experiencia -porque incorpora a personas que ya han sido ministros y que cuentan con la confianza de Piñera- y ministros sectoriales muy contradictorios que pueden complejizar el escenario" "La autocrítica tiene que hacerla cada partido porque no hay una verdad común. Tenemos que encontrarnos como oposición y en la medida que tengamos humildad y rectifiquemos, podremos volver a concursar en los próximos procesos electorales que vengan""