El 26 de julio terminará el congelamiento de la entrega de permisos de edificación para proyectos de más de 12 metros de altura en Valparaíso. Mucho antes -este viernes- se votará la modificación parcial del PRC. Sin embargo, lo que hace unos meses parecía un tema de fácil acuerdo, hoy gatilla desencuentros entre el alcalde y el grueso de sus concejales.

El debate se ha centrado en definir si la zona en que se quiere introducir esta modificación debe tener una altura máxima de edificación de 9 o 12 metros. Una propuesta en sí polémica, pues restringir todo un paño de ciudad -aproximadamente 1.200 hectáreas- bajo una única altura es claramente poner un freno, desde la emergencia, a proyectos inmobiliarios que se aprovechan de vacíos normativos.

En honor a la verdad, los 9 metros propuestos por la alcaldía sí ayudarían a mitigar el deterioro por sobrecarga de edificios en los sectores altos del Puerto. Incluso, y a diferencia de lo que han planteado algunos ediles, todavía podrían edificarse viviendas sociales, colegios, cuarteles de bomberos y otros equipamientos de impacto ciudadano. Pero es importante evidenciar que un tope de 9 metros de altura complejizaría la ejecución técnica de estas obras. Y eso afectaría en algunos casos su factibilidad y, en otros, elevaría sus costos económicos, lo que podría desincentivar ciertas iniciativas.

No obstante, y aun con esta consideración, los 3 metros de diferencia no son la discusión de fondo. Para cuestiones de esta envergadura, y en una comuna de importancia metropolitana como Valparaíso, es irresponsable considerar las posiciones de la ciudadanía sin contrastar proyecciones técnicas (ambientales, ecológicas, sociales y legales), indispensables para dimensionar el impacto que tendría la nueva normativa. Y que a través de argumentos técnicos surgidos de instrumentos de planificación territorial actualizados, los porteños no se terminen transformando en presos de una norma que, mediante la participación activa de la ciudadanía, es propuesta por ellos mismos.

Contar con un PRC definitivo permitiría pensar un Valparaíso que amplíe su área urbana, dando así un nuevo valor al suelo de las zonas altas. Un Valparaíso donde proyectos de vivienda -sometidos a un marco normativo efectivo- permitan una densificación controlada. Sólo de esa forma, el límite de altura será resultado de un conjunto de variables técnicas para cada sector de la ciudad y no de una normativa puntual aplicada de forma general, tal como hoy se debate.

Magíster en Arquitectura

mención Ciudad y Territorio, PUCV

Director Corporación Huérfanos Arquitectos

Fernando Canelo

paolo.navia@mercuriovalpo.cl

En el ojo del huracán se encuentra por estos días Tania Madriaga, directora de la Secretaría Comunal de Planificación (Secpla) del municipio porteño, y quien ha sido la encargada de llevar adelante la postura municipal en la modificación parcial del Plan Regulador Comunal (PRC) para el sector afectado por el megaincendio de 2014 y las zonas altas de los cerros Esperanza y Mariposas, en Valparaíso.

Su posición se basa en una serie de encuentros ciudadanos que el propio municipio propició en algunos sectores de Valparaíso, de los cuales surgió la necesidad de establecer una restricción de nueve metros de altura para los proyectos inmobiliarios que quieran ejecutarse en estos puntos de la Ciudad Puerto.

Sin embargo, la idea ha sido duramente cuestionada por la mayoría del Concejo Municipal porteño, lo que generó un enfrentamiento verbal entre el jefe comunal, Jorge Sharp, y los denominados ediles ciudadanos Claudio Reyes y Daniel Morales, quienes al igual que sus colegas, han defendido un límite de doce metros de altura máxima para la ejecución de nuevo proyectos habitacionales.

Dichos más, dichos menos, lo cierto es que la modificación al PRC deberá ser rápidamente aprobada, ya que el próximo 26 de julio caducará el actual decreto que impide la aprobación de nuevos proyectos que superen los doce metros de altura en la zona bajo discusión.

"Toda propuesta de planificación de las ciudades y sus normas debe tener flexibilidad, ya que los territorios son diversos en términos de su geografía y su gente. Lo que sucede acá, es que en los procesos de modificación parcial, donde tenemos poco tiempo para estudiar y proponer dado los plazos que nos impone el congelamiento de permisos, no podemos indicar de forma específica cuales son la altura y las demás normas urbanas que deberían apoyar la imagen de ciudad que se espera construir", declaró la Secpla porteña.

- Tras el debate generado durante las últimas semanas, ¿se quedará la municipalidad en su postura de nueve metros sin dar chances a transar una posición en conjunto con el Concejo?

- La municipalidad ingresó una propuesta al proceso de aprobación que el Concejo municipal abrió. La ordenanza de urbanismo y construcciones indica que en esta etapa del proceso le corresponde al Concejo pronunciarse sobre las proposiciones que contiene el proyecto de modificación parcial del Plan Regulador Comunal, analizando las observaciones recibidas y adoptando acuerdos respecto de cada una de las materias impugnadas. Si las observaciones son fundadas, debemos analizarlas y cada miembro del Concejo debe votar en consecuencia. En este punto, el alcalde ya dio su opinión a través de la propuesta que se encuentra en discusión.

- ¿Por qué nueve y no doce metros de altura máxima para la construcción de proyectos?

- Quisimos levantar una propuesta en la cual se considerara la imagen objetivo de ciudad que los vecinos han levantado. Esta visión coincidía con los fundamentos del estudio realizado por Asesoría Urbana, por lo que se determinó que una altura máxima total más cercana a las edificaciones originales del sector hacía el contrapeso al costo que ha tenido que pagar el territorio dada la sobrecarga de edificaciones en altura que ha tenido por construir con la norma de altura libre. Los fundamentos se encuentran en el reconocimiento del valor patrimonial del territorio respecto al modo de poblamiento, en el reconocimiento de que las edificaciones en altura rompen un patrón morfológico y, por último, en el hecho de que estos territorios se encuentran con un alto déficit de equipamiento y vialidades.

- Uno de los temas que también ha sido comentado durante el proceso, tiene relación con la forma en que se han defendido ambas posturas. Ustedes aducen que las organizaciones sociales propusieron los nueve metros, pero los concejales dicen que la participación ha sido mínima. ¿Cuanta gente ha participado en los encuentros ciudadanos?

- Las definiciones tomadas por la alcaldía se realizan en base a las jornadas de participación. Lo que se hace es construir una imagen objetivo tanto en base a la información de los procesos de participación anteriores a esta administración y a las nuevas jornadas realizadas, que contaron con ochocientos participantes de distintos sectores de la ciudad. En ellas, hemos levantado la demanda de los vecinos de contar con una política de desarrollo local que promueva la recuperación de la ciudad en base a sus atributos urbanos, paisajísticos, medio ambientales y sociales, haciendo referencia en varios de esos encuentros a alturas menores a los doce metros que se acordaron para la postergación de permisos.

- En esta pasada, se ha evidenciado una falta de diálogo entre la gestión de Jorge Sharp y el Concejo municipal, el que ha criticado la manera en que usted ha llevado adelante el proceso. ¿Cómo toma esas críticas?

- Las diferencias son legítimas producto de distintas visiones de ciudad, y eso no es falta de diálogo. Es más, yo creo que no sólo tenemos diferencias en cómo proyectamos la ciudad, sino que también en la calidad de participación que promovemos para empujar a Valparaíso hacia el desarrollo. Por nuestra parte, creemos que la participación ciudadana debe ser vinculante, pero entendemos que a otros actores eso no les pueda acomodar. En cuanto a las críticas, siempre son bienvenidas, pues la capacidad de corregir para nosotros es un principio fundamental ya que no creemos que el conocimiento deba estar en manos de unos pocos y menos en nosotros, por eso confiamos tanto en las comunidades y en el activo social, porque nos dicen qué debemos ir mejorando día a día.

- ¿Cómo toma el hecho de que su propuesta no tenga siquiera el apoyo de los concejales Morales y Reyes, quienes además son arquitectos e inclusive uno de ellos presidió el Colegio de Arquitectos de Valparaíso?

- Las diferencias son legítimas en un escenario donde existen distintas visiones de ciudad y de valoración de los procesos participativos. En el caso de Claudio (Reyes) y Daniel (Morales), han contribuido a diversas materias y hemos trabajado en varios temas en conjunto, pero en este caso particular, tenemos una opinión distinta y no hay nada malo en que la debatamos públicamente.

"En el caso de Claudio (Reyes) y Daniel (Morales), han contribuido a diversas materias y hemos trabajado en varios temas, pero en este caso, tenemos una opinión distinta y no hay nada malo en que la debatamos públicamente""

Ediles logran "autoconvocarse" y llevar

a cabo sesión extraordinaria de Concejo

Tras levantar una solicitud al departamento de la Secretaria municipal de Valparaíso, finalmente los ediles Marcelo Barraza (DC), Iván Vuskovic (PC), Eugenio Trincado (DC) y Yuri Zuñiga (Ind. pro PR) lograron que durante la mañana de hoy se realice una sesión extraordinaria del Concejo Municipal, para discutir los detalles de la modificación parcial al Plan Regulador Comunal (PRC) porteño.

De esta forma, esta instancia municipal autoconvocada por los propios concejales se adelanta a la votación de la iniciativa agendada para el viernes 2 de febrero y que, según los ediles, se programó para evitar el carácter político que ha adquirido el tema.

"Luego de que junto a un grupo de concejales eleváramos una solicitud a la Secretaría Municipal, y respetando lo establecido en el reglamento interno, durante el día de mañana (hoy) se ejecutará un Concejo Municipal extraordinario para abordar la votación del PRC y lograr aunar opiniones, pues en este tema lo importante es el futuro de la ciudad y que se tome en cuenta la voz de todos los porteños sin importar color político o estrato social", manifestó el concejal Marcelo Barraza.

Convergencia de opiniones que el jefe comunal porteño, Jorge Sharp, buscó escuchar en un almuerzo que ayer sostuvo con los diez ediles, en el Espacio Dinamarca. La cita sirvió como antesala a la discusión del PRC que realizará hoy en la sesión extraordinaria de Concejo de la cual, estiman algunos participantes, podría surgir un acuerdo.

Carta a jorge sharp

Por su parte, un total de trece comités de vivienda de Valparaíso llegaron durante la mañana de ayer hasta las dependencias de la municipalidad de Valparaíso ubicadas en avenida Argentina para presentar una carta al alcalde Jorge Sharp oponiéndose al límite de nueve metros que la actual administración ha propuesto para la modificación al PRC.

La postura de los vecinos se basa en la imposibilidad de desarrollar proyectos de viviendas sociales.

12 metros de altura máxima para la construcción de proyectos inmobiliarios en Valparaíso es la postura que actualmente defiende la mayoría del Concejo Municipal porteño.

9 metros como altura máxima para la construcción de edificaciones es la propuesta que la gestión de Jorge Sharp presentó ante el Concejo Municipal para su aprobación.

26 de julio es la fecha en que vence el actual congelamiento de doce metros como altura máxima para la ejecución de proyectos inmobiliarios en Valparaíso.