El problema habitacional es una realidad nacional y regional de larga data que ha sido abordado con diversas políticas que no han logrado cubrirlo en toda su magnitud. Cifras regionales de la Cámara de la Construcción indican que existen 60.895 familias que requieren solución habitacional. En la comuna de Valparaíso faltarían 12.094 viviendas nuevas.
Esta realidad que afecta la calidad de vida de las personas de menores ingresos, se ha ido abordando con la construcción de viviendas sociales, entrega de subsidios tanto para la compra como para el arriendo o con ocupaciones de terrenos en los cuales surgen improvisadas edificaciones.
También han aparecido soluciones mediante cooperativas y antiguamente con créditos de las desaparecidas cajas de previsión. En medio de este cuadro tenemos ahora la propuesta del alcalde comunista de Recoleta, Daniel Jadue, quien plantea la idea de inmobiliarias populares. Así, presenta un proyecto concreto de edificios de altura media con 38 departamentos, cada uno de 55 metros cuadrados. Estos serían arrendados a familias de escasos recursos por un monto equivalente al 25% del ingreso familiar
La edificación se financiaría con un subsidio del Estado de acuerdo a un programa del Ministerio de la Vivienda iniciado en 2015.
Algunos alcaldes y concejales han expresado su apoyo a la iniciativa, entre ellos el UDI Joaquín Lavín, lo que le ha generado críticas desde su vereda política. En Valparaíso el jefe comunal Jorge Sharp manifestó su apoyo a la propuesta, al igual que concejales de Quilpué y Villa Alemana. Sin pronunciarse sobre la propuesta misma de Jadue, la alcaldesa viñamarina Virginia Reginato declaró que toda iniciativa que aporte a abordar el problema habitacional es bienvenida y aseguró que la Municipalidad trabaja "en nuevos sistemas que permitan aumentar la oferta de casas".
Por su lado, Juan Pablo Rodríguez, director ejecutivo de la Fundación Piensa, tajantemente afirma que "esta idea es mala" y plantea una serie de interrogantes que van desde el financiamiento hasta las atendibles dudas que surgen en la elección de los beneficiarios.
Las posiciones sobre la propuesta de inmobiliarias populares -denominación ciertamente taquillera- son variadas. Encontramos un innegable componente político, fundadas dudas sobre la eficiencia municipal en un tema tan complejo como el inmobiliario y sobre el efectivo impacto social que pueda lograr la iniciativa.
Con todo, es positivo poner en la mesa el problema habitacional reconociendo, con apertura, que para abordarlo hay muchos caminos que en paralelo pueden ayudar a reducir una carencia que exige solución y que golpea con fuerza la calidad de vida de las personas.