"Behavioral Finance" es una rama de la teoría financiera que busca mostrar el impacto que pueden tener las influencias emocionales y psicológicas que experimente una persona sobre sus decisiones financieras, y cómo esto puede resultar en un comportamiento irracional. Busca explicar los desvíos respecto de la eficiencia de mercado, incorporando teorías y resultados surgidos de la psicología y de los estudios del comportamiento humano.
Según Barberis y Thaller, esta corriente de pensamiento se divide en dos áreas:1) Una se ocupa del estudio de los límites al arbitraje, es decir de los desvíos a la eficiencia de mercado.
2) La otra estudia la forma en que los agentes económicos forman sus creencias y preferencias.
En esta última es donde se han generado los mayores avances, resaltando la llamada "Prospect Theory", de Kanheman y Tversky. La teoría, tradicionalmente aceptada, se basa en los postulados de Von Neuman y Morgenstern, quienes expusieron que los inversionistas, en condiciones de incertidumbre, toman sus decisiones buscando maximizar la utilidad esperada. Operan en mercados eficientes y sus comportamientos son completamente racionales.
Sin embargo, la realidad nos muestra que estos agentes, en ocasiones, violan esta teoría al enfrentar decisiones riesgosas, dado que en la práctica operan en mercados ineficientes y toman decisiones con una alta componente de irracionalidad.
Evidencia empírica
Un estudio realizado por el Credit Suisse, en colaboración con la Universidad de Zurich, expone los siguientes hallazgos:
1) Los agentes económicos suelen elegir en base a sus experiencias y preferencias.
2) La mayoría de los inversionistas eligen activos financieros de su país de origen. Les parecen más confiables dado que crecieron conociendo a lo menos el nombre de las empresas.
3) Habitualmente no hay una integración efectiva entre la capacidad de riesgo, la tolerancia al riesgo y la conciencia de riesgo del inversionista.
Los académicos Mei Wang, Thorsten Hens y Marc Oliver Rieger realizaron un estudio sobre el comportamiento de casi 7.000 inversionistas en 50 países, intentando medir el impacto de las diferencias culturales en las decisiones de inversión. El reporte agrupa los resultados, desagregados por regiones culturales, pudiéndose observar diferencias sorprendentes:
1°) Los inversionistas anglosajones son los más tolerantes a las pérdidas, mientras que los inversionistas de Europa del este son los menos tolerantes.
2°) Los inversionistas de habla nórdica y alemana son los más pacientes, mientras que los inversionistas africanos son los menos pacientes.
3°) Independiente de la región en la que se habite, los inversionistas presentan una alta inclinación a aumentar el riesgo después de haber sufrido pérdidas.
Estos hallazgos muestran que cuando se trata de riesgo e incertidumbre el comportamiento de los inversionistas se desvía bastante de un escenario racional.
Alcances
Con esta evidencia, es claro que la estrategia de inversión que adopte un inversionista debe ser revisada continuamente, dado que su tolerancia al riesgo puede verse afectada, primero, por las ganancias y pérdidas que haya obtenido en el mercado financiero y, segundo, por eventos personales que hayan influido en su estado emocional, tales como: matrimonio, nacimiento, divorcio, salud, jubilación, etc.
Es así que Credit Suisse determina cuatro tipos de inversionistas:
1) Intuitivos, toman decisiones emocionales. Se ven altamente influenciados por la evolución actual del mercado y pueden perder de vista sus objetivos de inversión.
2) Exploradores, poseen vastos conocimientos financieros, pero toman decisiones emocionales. Tienen una buena perspectiva de los riesgos y oportunidades que les presenta el mercado, por lo que habitualmente poseen una estrategia de inversión clara, pero suelen abandonarla por razones psicológicas.
3) Realistas, basan sus decisiones de inversión básicamente en aspectos racionales, pero carecen de los conocimientos financieros para evaluar adecuadamente los riesgos y oportunidades.
4) Estratégicos, tienen un adecuado conocimiento de los mercados financieros y toman sus decisiones basados esencialmente en aspectos racionales, lo que les permite mantener en el tiempo sus objetivos de inversión.
Las Finanzas Conductuales consideran científicamente el impacto del comportamiento humano en sus decisiones financieras, buscando cerrar la brecha entre la teoría y la práctica. Por ende, combinando teoría y práctica, la utilización de esta rama de las finanzas es una herramienta primordial para el asesoramiento y gestión de las inversiones.