Existe conciencia generalizada que Valparaíso debe, en un corto plazo si es posible, recuperar la recalada de cruceros tras los bochornosos incidentes provocados por portuarios y que generaron que estas naves desviaran sus itinerarios al puerto de San Antonio, terminal que le ofrecía a la industria la tranquilidad de que sus pasajeros y barcos no iban a sufrir retrasos o problemas de desembarque. Existe conciencia, a su vez, que el daño que ha sufrido la ciudad por esta situación ha sido enorme e incalculable.
Así, por lo menos, lo reflejan las distintas reuniones y gestiones que han realizado las autoridades portuarias y municipales con el fin de transmitir tranquilidad a los empresarios que fijan las rutas de estos verdaderos "hoteles flotantes", en el sentido que los actos de violencia ocurridos hace un tiempo no se volverán a repetir en Valparaíso. En esta agenda se enmarca el viaje que se realizará a Fort Lauderdale, Estados Unidos, la primera semana de marzo, con el fin de participar del encuentro Seatrade Cruise Global, instancia de encuentro de la industria de cruceros y en donde se buscará mostrar una unidad entre el puerto, trabajadores y municipio porteño, de manera de incentivar y transmitir las confianzas para recuperar las recaladas perdidas en el último año y que tienen a esta temporada como una de las peores en la última década.
"No va a ser fácil, al contrario, será difícil, vamos a tener que ir a dar explicaciones y dar la cara una vez más", aseguró hace algunos días el gerente general de EPV, Gonzalo Davagnino. En esa misma línea, el presidente de la Confederación de Trabajadores Portuarios de Chile, Sergio Baeza, acotó que hay que "asegurarles que los cruceros pueden venir cuando quieran a Valparaíso".
Entonces, existiendo la claridad sobre los objetivos y habiendo conciencia de los errores cometidos en un pasado reciente, solo resta intensificar la campaña que busca recuperar la recalada de cruceros y, además, iniciar un segundo trabajo conjunto orientado hacia la ciudad y servicios, y la concreción de un terminal especial para estas naves.
Valparaíso, junto a su puerto y patrimonio, debe transformarse en un centro de operaciones de cruceros que permita el arribo constante de turistas vía marítima y, además, las autoridades políticas deben incentivar a través del Parlamento la aprobación del cabotaje de pasajeros, de manera de estimular el desarrollo de la industria entre Arica y Punta Arenas.
El trabajo conjunto en este tema, al igual que en otros de alto interés, es clave para llegar a buen puerto. Los cruceros deben volver a Valparaíso a la brevedad posible, y esa es una tarea que compromete a todos.