"Yo diría que estamos ante un renovado impulso de la integración económica regional"
"El crecimiento no tiene que estar enfrentado a la equidad; al contrario, son conceptos complementarios. El crecimiento económico inclusivo es posible"."
Luis Alberto Pino Gumucio luis.pino@mediosregionales.cl
Hay pocas instituciones desde las que se le pueda tomar mejor la temperatura al devenir económico, social y político a regiones enteras y países que el Banco Mundial (BM). Es cierto que la polémica desatada, a comienzos de año, por los dichos del entonces economista jefe de esa institución, Paul Romer, sobre Chile y el ranking de competitividad empresarial que elabora el BM (Doing Business) generó sorpresa y rechazo en el país. Sin embargo, también lo es que la retractación del autor de las declaraciones -quien al poco andar tuvo que dejar la institución- y la reacción de la CEO del BM, quien envió cartas aclaratorias al Gobierno, parecen haber dejado lo peor de ese episodio definitivamente atrás.
Con las aguas ahora mucho más calmas, la mirada del BM sobre el presente y las perspectivas para el desarrollo económico y social de Chile y el resto de América Latina se presenta como un valioso complemento a los análisis y propuestas locales, muchas veces tomados por el calor de las disputas políticas e intereses de corto plazo.
Lo anterior es precisamente en lo que se explaya, en esta entrevista, Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Familiar, mexicano de nacionalidad, es el primer latinoamericano en ocupar esta posición, en la que se desempeña desde el 2014.
La cartera a cargo de Familiar - quien responde vía correo electrónico- es significativa: históricamente alrededor del 30% de las iniciativas del BM ha estado ligado a América Latina. Todo esto a través de una cartera de proyectos que van desde asistencia técnica hasta financiamiento a través de préstamos, entre otros, cuyo valor se calcula, en la actualidad, sobre US$ 31 mil milllones.
- Todo apunta a que Chile y otros países latinoamericanos dependientes de commodities mineros se aprontan a comenzar un nuevo ciclo de buenos precios . En este contexto, la tentación por dejar atrás políticas de gasto público contracíclicas crecen. ¿Qué recomienda el BM en esta materia, mantener estrictas políticas de gasto público contracíclicas o flexibilizar criterios para atender crecientes demandas sociales en sectores clave como educación y salud?
- El manejo macroeconómico contracíclico es fundamental en el buen desempeño de la economía. Los marcos fiscales prudentes y creíbles permiten a los países ahorrar en los buenos tiempos y hacer uso del gasto para estimular la economía en tiempos más complejos. Esta es una lección que no debemos olvidar. Chile, Perú y Colombia han sido ejemplos de política contracíclica, sobre todo por la solidez de sus instituciones de gestión macroeconómica. Pensamos que, independientemente de que los precios de los commodities suban o bajen, es oportuno que países como Chile discutan las prioridades del gasto público, ya sea en infraestructura, innovación, salud o educación. Se trata de un tema de selección de la composición óptima del gasto público más que de volumen. La clave es gastar mejor, no necesariamente gastar más.
- En Chile, como en varios otros países, adquiere fuerza la incorporación de criterios ligados a los efectos del cambio climático en las decisiones de política pública, muy en especial a la hora de evaluar y aprobar proyectos de inversión de gran tamaño. Sebastián Piñera insistió fuertemente en este aspecto durante la campaña. El BM se ha puesto una meta al 2020 de apoyo con financiamiento a proyectos que incorporen criterios de combate o mitigación del cambio climático pero, más allá de eso, ¿qué importancia le otorga el BM a este aspecto en su estrategia integral de apoyo al desarrollo en América Latina? ¿Podría destacar algún caso de intervención del BM en Chile o la región con estos criterios y que esté dando resultados?
- El cambio climático es una amenaza real para el desarrollo y los esfuerzos de terminar con la pobreza. Por eso, para el Banco Mundial es fundamental apoyar ese tipo de proyectos. Muchos de nuestros países están sufriendo los efectos del cambio climático, como tormentas más intensas, lluvias, sequías y olas de calor, por mencionar sólo algunas. Los desastres naturales pueden llegar a costar más del 200% del PIB anual de un país entero, como fue el caso de la isla de Dominica, arrasada por el huracán María el año pasado. Ahora bien, la región de América Latina y el Caribe contribuye más al desarrollo sostenible que al cambio climático. Únicamente emite el 10% de las emisiones globales y es el hogar de la selva amazónica, que tiene la mayor reserva de carbono del mundo. Aun así, la región enfrenta grandes retos: la mitad de sus emisiones tiene que ver con el uso del suelo y hay un aumento de las emisiones per cápita, lo que complica el cumplimiento de las metas acordadas en París. El BM está trabajando con los países para ayudarlos a alcanzar estas metas y, de hecho, contamos con un Plan de Acción de Cambio Climático regional que contempla enfocarse en temas como la economía de los océanos, el transporte eléctrico y la reducción de emisiones que son producto de la deforestación y degradación de los bosques. Quiero destacar que, independientemente de los proyectos que financia el Banco directamente relacionados con cambio climático, el 38% de todas nuestras operaciones en la región tienen beneficios en la mitigación y adaptación. Un ejemplo son los proyectos de transporte público que trasladan un volumen mayor de personas y en viajes más cortos. Otro ejemplo es la garantía de 480 millones de dólares que el BM extendió a Argentina para atraer capital privado a proyectos de energía renovable, con el fin de que para el 2025 el 20% de la matriz energética del país sea de energías limpias. Actualmente es del 2%.
- Conectado con el tema del cambio climático, el BM ha expresado que, a partir del 2019, no financiará más proyectos de las industrias del gas y del petróleo. ¿Qué impacto puede tener esto en América Latina y, más importante aún, podría eventualmente extender el BM esta política a otros sectores estratégicos en la región como el minero, que es clave en Chile?
- El Banco Mundial va a dejar de financiar proyectos de exploración y producción de petróleo y gas a partir de 2020, pero continuará apoyando los proyectos del sector relacionados con transporte y distribución a los consumidores y generación de energía. Esto, porque en algunos países el gas natural aún juega un importante rol en la transición hacia energías más limpias, pues es el que genera menos emisiones de carbono de todos los combustibles fósiles. El impacto de esta nueva política en Latinoamérica no tendrá un impacto importante porque el apoyo del Grupo Banco Mundial al sector en la región ha sido históricamente bastante limitado. Respecto al sector minero, el trabajo del Banco se enfoca en la asistencia técnica para promover buena gobernanza, transparencia y sustentabilidad ambiental. Este trabajo va a continuar, particularmente en la transición hacia energías limpias, pues estas requieren una mayor cantidad de minerales y metales utilizados en tecnologías para hacer posible esta transición, como baterías y paneles solares.
- ¿Estima el BM que uno de los principales desafíos para las economías de la región, muy dependientes de commodities, es la diversificación? En la estrategia y los programas de apoyo al desarrollo en la región del BM, ¿qué están haciendo particularmente en este ámbito?
- Los países exportadores de materias primas podrían beneficiarse de reformas que impulsen la productividad y la diversificación de la economía para así fortalecer el crecimiento a largo plazo. Esto los haría depender menos de los vaivenes de los precios de los commodities y los ayudaría a reforzar el combate a la pobreza y la desigualdad. En América Latina hay diversos esfuerzos en este sentido. En Chile se ha estado trabajando para transitar de una economía basada en los recursos naturales a una basada en el conocimiento. Para ello, los esfuerzos de mejora del capital humano y el impulso de la innovación resultan los más significativos. El Diagnostico Sistemático de País para Chile del Banco Mundial publicado en 2017 explora en detalle estos aspectos.
- El BM insiste en las bondades de la integración comercial entre los países latinoamericanos para enfrentar con más garantías de éxito la competencia internacional. Sin embargo, lo que parece estar instalándose en el escenario global, en parte como efecto de las prioridades del nuevo gobierno en EE.UU., es un cierto tono proteccionista. ¿Por qué, en el contexto actual para el comercio, el BM estima que la integración sigue siendo el camino para los países latinoamericanos, lo que no es algo nuevo? En este sentido, ¿diría usted que el mundo está ad portas de una suerte de guerra comercial, con la rivalidad China-EE.UU, la salida de EE.UU. del TPP, el Brexit, la renegociación del Nafta y las tensiones al interior de la OMC como elementos más destacados?
- Si bien las tendencias proteccionistas están presentes, creo que América Latina ha reaccionado muy bien. La región está buscando activamente nuevos socios comerciales dentro y fuera de su vecindario. El Mercosur se ha acercado a la Alianza del Pacífico, que incluye a Chile, y está intentando llegar a un acuerdo con la Unión Europea. México está buscando nuevos mercados en Asia y otras regiones. Y se espera que el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (antes conocido como TPP) llegue a buen término, ahora con otro nombre. Yo diría que estamos ante un renovado impulso de la integración económica regional. Y no sólo me refiero al comercio, sino a otras áreas como la financiera o la de manejo de riesgos. Un ejemplo reciente es el bono catastrófico para la Alianza del Pacífico, emitido por el Banco Mundial, a fin de asegurar a sus miembros contra terremotos.
- Un debate muy instalado en Chile y en otros países de la región es si el foco más acertado para mejorar la calidad de vida, intensificar la creación de empleo y disminuir la pobreza debe estar más puesto en políticas orientadas al crecimiento o en políticas más enfocadas a la equidad y criterios redistributivos. La experiencia en Chile durante los últimos cuatro años y la base del programa de gobierno del Presidente electo Piñera es muy clara en este sentido. ¿Cuál es la mirada del BM sobre esto?
- El crecimiento no tiene que estar enfrentado a la equidad; al contrario, son conceptos complementarios. El crecimiento económico inclusivo es posible. Recordemos que, entre 2003 y 2013, la región experimentó una profunda transformación social que disminuyó la pobreza en forma dramática, de 42% a 24%. Asimismo, la clase media, por primera vez, superó el tamaño del segmento que vive en la pobreza. Y todo esto fue, en gran parte, gracias al crecimiento económico como producto de la bonanza de las materias primas. Si queremos avanzar en la reducción de la pobreza y la desigualdad, hay que continuar impulsando el crecimiento mediante el aumento de la productividad y la competitividad, así como promoviendo la inversión. La mejor forma de combatir la desigualdad es crear condiciones de igualdad de oportunidades para todos. Esto se logra invirtiendo en la gente, mejorando la calidad de la educación que nuestros niños y jóvenes reciben, cuidando de la salud y estableciendo programas de protección social para los sectores más vulnerables. En este sentido, en la última década hemos trabajado con Chile en sus esfuerzos de focalización de programas sociales y mejoras en la productividad y esperamos continuar haciéndolo, en particular en temas como la mejora de la educación, la innovación y la incorporación de la mujer al mercado laboral.
- A la luz de la cantidad de elecciones presidenciales que se vivirán en la región durante los próximos meses y de la profusa discusión en torno a cierto resurgir de propuestas y líderes populistas, ¿estima que el populismo es hoy de verdad una amenaza importante para el desarrollo en América Latina?
- El Banco Mundial está abierto a trabajar con cualquier gobierno. Ahora bien, es importante cuidar los avances que la región ha alcanzado con tanto trabajo, porque si algo hemos aprendido es que contar con una política fiscal y monetaria prudente, bancos centrales independientes y finanzas públicas sanas, más allá de la coyuntura política, es indispensable para el crecimiento económico y el beneficio de la población. Así que será importante mantener un manejo macroeconómico serio y responsable, independientemente de quién gane, a fin de garantizar la estabilidad.
- Usted dijo recientemente que "América Latina ha experimentado una profunda transformación social que ha reducido la pobreza y expandido las clases medias, pero que los pueblos originarios se han beneficiado menos que los otros latinoamericanos". En ese sentido, hay quienes en Chile plantean la conveniencia de modificar los términos de cómo se implementa el Convenio 169 de la OIT, ya que en su mirada no favorece la inversión. ¿Qué opinión tiene, en particular, sobre los efectos de este convenio en la inversión? ¿Cree que la participación indígena en los procesos de evaluación de proyectos de inversión es algo que debiera profundizarse?
- La participación de las comunidades indígenas en los proyectos que los afectan es importantísima. A la fecha, la mayoría de países de América Latina ha ratificado el Convenio 169, el cual incluye entre otros aspectos los de la consulta previa. Sin embargo, al ser un convenio de reciente incorporación en los países, aún hay lagunas sobre algunos aspectos que regulan su implementación y existen pocas leyes específicas en la región que reglamenten de forma adecuada la aplicación de la consulta previa. Dicho esto, la consulta con poblaciones indígenas debe arrojar beneficios para las partes involucradas, promover la sostenibilidad de las inversiones y reducir el riesgo de los proyectos. A futuro es necesario mejorar la institucionalidad de la consulta, hacerla previsible y dotar al Estado de instrumentos estandarizados para su aplicación.
- ¿En qué estado se encuentra el proceso de revisión del proceso de investigación del BM para efectuar sus reportes Doing Business, después de la polémica con Chile por las declaraciones y posterior salida del ex economista jefe Paul Romer?
- Como lo dijo nuestra directora gerente en su carta al ministro (Nicolás) Eyzaguirre, el Banco Mundial tiene plena confianza en la integridad de su trabajo de investigación, en general, y en la metodología y los rankings del informe Doing Business, en particular. Aun así, el Banco anunció que haría una revisión independiente de la aplicación de la metodología en el cálculo del ranking de Chile y tengo entendido que ya está en proceso.
- ¿Podría explicar por qué el bono catastrófico de la Alianza del Pacífico emitido por el BM es una mejor alternativa de financiamiento ante catástrofes naturales? ¿Qué recepción ha tenido hasta ahora la iniciativa, Chile y en la región?
- Este bono catastrófico o cat-bond es un instrumento innovador porque brinda protección financiera ante los terremotos a los cuatro países de manera conjunta, diversificando el riesgo. Asimismo, el riesgo se transfiere de los gobiernos a los mercados de capital, y esto les permite a las autoridades responder rápidamente a una emergencia asegurando la movilización de fondos y la protección de las finanzas públicas. La recepción del bono fue muy buena. La transacción fue de US$ 1,36 mil millones y se convirtió en la mayor operación de cobertura de riesgo soberano y la segunda emisión más grande en la historia del mercado de este tipo de instrumentos.