Grandes sorpresas y frustraciones de los Oscar
Esta noche se entregan los premios de la Academia, evento que históricamente ha cometido errores, omisiones y vueltas inesperadas de libreto. A continuación, un repaso por los más emblemáticos.
La relevancia mediática que ha alcanzado el Oscar, esa instancia en que la industria reconoce a la industria, arroja ideas equívocas como, por ejemplo, que lo que se premia es la calidad de una película. La historia ha demostrado que no es así y que lo que impera en el criterio de los votantes va desde consideraciones políticas hasta caprichos. Aunque algunas entregas han seguido al pie de la letra las sospechas alimentadas por los pronósticos, la historia de los premios de la Academia está marcada también por sorpresas que han tensado o apagado las sonrisas forzadas de los asistentes. Desde nuestros televisores vemos armonía, pero las decisiones gatillan peleas, envidias, e incluso, pérdidas de dinero en las apuestas en Internet. A continuación, como homenaje a las vueltas inesperadas de la Academia, algunas sorpresas que han marcado la ceremonia.
"Shakespeare enamorado" y otras injusticias: ok. Ya dijimos que en los Oscar nunca se reconoce la verdadera calidad de las películas, pero hay casos que aún nos cuesta asimilar. El más emblemático es el de "Shakespeare enamorado", película decepcionante por donde se la mira (producida por Harvey Weinstein) que sorprendió a todos en 1999, especialmente a los amantes del buen cine, cuando derrotó a otras cintas que pasaron mejor la prueba del tiempo: "La delgada línea roja", de Terrence Malick, y "Rescatando al soldado Ryan", de Steven Spielberg. Lo mismo ocurrió en 2005 con "Crash", sobrevalorado panfleto antirracismo (la revista "Film Comment" la catalogó como la peor película de todos los tiempos) que derrotó a producciones más respetadas como "Secreto en la montaña" y "Múnich" , de Spielberg. Otro hito de la falta de criterio fue cuando, en la edición de 2011, "El discurso del rey" derrotó a la favorita de todos: "Red social", de David Fincher.
El golpe de Art Carney: en el año 1974 competían por Mejor Actor Protagónico Jack Nicholson, por "Chinatown"; Al Pacino, por "El padrino II"; Albert Finney, por "Asesinato en el Oriente Express"; y Art Carney, por "Harry y tonto". Para sorpresa de todos, el último se adjudicó el premio por una comedia que, a diferencia de los otros títulos, fue rápidamente olvidada. La maldición de "El padrino" ya se había manifestado un año antes, cuando Francis Ford Coppola, el favorito, perdió la estatuilla a Mejor Director ante Bob Fosse.
Costner vs. Scorsese: "Buenos muchachos" es una de las películas mejor logradas y más emblemáticas de Martin Scorsese, pero el neoyorquino perdió el premio a Mejor Director ante un contrincante de poder inesperado: Kevin Costner, responsable de la olvidada "Danza con lobos".
Tiempo de comedias: en 1993, Marisa Tomei marcó un hito dentro de los premios cuando obtuvo el reconocimiento a Mejor Actriz Secundaria por una comedia: "Mi primo Vinny". El sacrilegio es que la actriz venció a dos damas británicas especialistas en dramas: Vanessa Redgrave ("La mansión Howard") y Miranda Richardson ("Obsesión").
La niña que derrotó a Emma Thompson: un golpe inesperado fue también, en 1994, la victoria de Anna Paquin -co-protagonista de "La lección de piano", de entonces 11 años de edad- sobre
Emma Thompson, Holly Hunter, Rosie Pérez y Winona Ryder. Cuando subió al escenario, la niña temblaba.
Las pifias de Kane: en 1942, "El ciudadano Kane", la influyente obra maestra de Orson Welles, perdió el galardón a Mejor Película ante la obra de otro maestro del cine: John Ford y "Qué verde es mi valle". Aunque ambos filmes son reconocidos hoy como obras maestras, lo de Welles presentaba innovaciones formales que dejarían huellas en el cine. El público fue hostil: cada vez que mencionaban la película, pifiaba.
En 1999, "shakespeare enamorado" ganó el OsCAR a "RESCATANDO AL SOLdADO RYAN".
Por Andrés Nazarala R
ap/dave caulkin