"Si nos dejaban sin máquinas y hubiese salido a la deriva, la MN Viña del Mar no cuenta la historia"
Aocho años del terremoto que sacudió la zona centro sur del país (27 de febrero de 2010) el capitán de la motonave (MN) Viña del Mar, Patricio Astorquiza, recuerda con minuciosos detalles, lo vivido aquella trágica noche en el puerto de Talcahuano arrasado por el posterior tsunami.
Y es que debido a unas reparaciones que se le realizaban a la embarcación de más de 180 metros de largo, fue testigo directo de los efectos y consecuencias de la tragedia, donde, confiesa, "se me pasó la película completa de mi vida".
- ¿Cómo recuerda esa noche y los minutos posteriores al sismo?
- Los recuerdos los tengo muy presentes aún. El ruido que vino aquel día fue totalmente ensordecedor. Me acuerdo que caí dos veces debido al movimiento (vertical) del sismo. Logré salir del lugar donde estaba descansando y me percaté de que el buque estaba saltando, que las instalaciones portuarias se estaban moviendo vilentamente. Fue muy pesado, pues no hubo un momento en el que uno dijera que el movimiento fue in crescendo en intensidad, sino que desde un inicio fue una gran intensidad y una fuerza espantosa.
- ¿Qué fue lo primero que logró hacer una vez finalizado éste?
- Lo primero que mandé a hacer fue preparar las máquinas y largar todo para poder salir, pues sabíamos que el terremoto había sido sobre los 6 ó 7 grados y supuse que tendríamos maremoto. Afortunadamente, en ese tiempo de estar dando órdenes, de preparar máquinas, de levantar a la gente para cortar las espías, escuché a la capitanía de puerto de Tomé, quienes estaban en contacto con los pesqueros que andaban afuera y ellos les estaban avisando que estaban regresando al puerto pues se estaban produciendo olas sobre los 10 metros de altura que habían generado el hundimiento de dos o tres pesqueros. Luego, una vez que logró abrirse un espacio entre los diques, fue la oportunidad que tuve para poder salir del lugar en el que estaba la nave, donde quedé a 90° atravesado en el mar, pero tuve que parar la máquina pues estaba totalmente en seco. Donde se supone que deberían haber 10 ó 12 metros de agua, estaba todo en seco.
- ¿Cómo reaccionó al ver que no había agua ?
- Bueno, toqué el zafarrancho de emergencia en el buque y mandé gente a proa y a popa. El resto se fue al salón de reunión, donde se les solicitó que estuviesen listos ante la eventualidad de tener que abandonar el buque. Cuando quedamos en seco, vino una ola de aproximadamente unos 25 metros, la cual cayó sobre la nave y nos hizo escorar uno 48° o 50°. Ahí se me pasó la película completa de mi vida. Sin embargo, como la ola entró y teníamos la banda de babor sin cubierta, afortunadamente toda esa agua o peso que entró comenzó a recogerse, el buque comenzó a moverse. Llegamos a 30° de escora, luego volvíamos a 45°, hasta que de repente quedamos en 10° y con 20 centímetros de agua bajo la quilla. Ahí decidí buscar la salida hacia el mar.
¿Cómo manejó con la tripulación la desesperación que podría haber generado lo que estaba ocurriendo?
- Cuando quedamos varados en la primera oportunidad, tomé el intercomunicador y les indiqué que mantuvieran la calma, que yo, como capitán del buque, iba a hacer lo humanamente posible para no sólo salvar el buque, sino que también a toda la dotación. Se mantuvieron atentos a las órdenes que indicaran que debían abandonar el buque.
- ¿En qué momento notaron el impacto y daño que generó el terremoto y posterior tsunami?
- Cuando pasamos la segunda ola. Ahí nos dimos cuenta de que fuera de ser un maremoto, el terremoto había sido de mucha más intensidad de la que pensábamos. Por eso mismo, una vez que logré fondear el buque, mi política de seguridad fue hasta aquí no más llegamos y ahora tengo que salvar a la gente. En la mente hice un cálculo matemático para saber dónde ubicar a la tripulación. Afortunadamente, el día 27 de febrero de ese año, la Presidenta de la República iba a inaugurar el buque Cabo de Hornos. Gracias a esa ceremonia a nosotros no dejaron con máquinas el día anterior. De lo contrario, si nos hubieran dejado sin máquinas y hubiese salido a la deriva, el buque Viña del Mar no cuenta la historia. Con la escora que nos dimos, nos hubiésemos dado vuelta de campana.
- ¿Después de cuánto tiempo logró comunicarse con su familia?
- Había una sola radio que estaba transmitiendo y ésta dio una información de que habíamos colapsado. Dio los nombres de las embarcaciones que se habían salvado y a nosotros no nos nombró. A eso de las 5 de la mañana salí del área de mayor peligro y me fondeé. Luego a las 10 de la mañana, no recuerdo si fue mi celular o el teléfono satelital que sonó, hablé con el gerente general de la empresa y lo único que alcance a decir es que estábamos a flote. Después me llamó mi hijo y le indiqué que estaba bien y que le informara a su madre.
- ¿A ocho años del 27/F, cree que hay una mejor preparación para enfrentar estas catástrofes?
-Contra la naturaleza no se puede pelear, pero sí la naturaleza te da una ventana para poder tomar una decisión y salvarte. Si no pasas esa ventana, olvídate. En cualquier emergencia marítima hay que tomar la decisión del momento, sea buena, mala o pésima, la primera decisión que uno toma se debe cumplir, porque si hay duda desaparecen todos. En esa oportunidad yo tomé la opción de zarpar y eso se hizo.
- Después de lo vivido ¿cómo reacciona ante cada conmemoración del 27/F?
- Rezo por la gente que perdió la vida. Lo hago humildemente porque logré salvar a mi tripulación, logré salvar a la gente. No tuve ningún accidentado y logré llegar con el buque hasta Valparaíso, pero siempre hago una oración por los que partieron aquel día. Como marino, puedo decir que en ninguna parte te enseñan a enfrentar una emergencia de ese tipo y cuando pasa algo como esto, uno se educa con esa emergencia. Sin embargo, desgraciadamente, creo que nosotros no tenemos cultura marítima. No miramos al mar, miramos hacia la cordillera.
"Cua ndo quedamos en seco, vino una ola de unos 25 metros, la cual cayó sobre el buque y nos hizo escorar unos 45° o 50°"."
"Contra la naturaleza no se puede pelear, pero sí la naturaleza te da una ventana para poder tomar una decisión y salvarte"."