El Fisco gastó 14.234 millones de pesos en la remodelación de Sausalito, que se inauguró el 3 de junio de 2015 después de años de problemas y retrasos en las obras. La misma noche en que se disputó el partido inaugural, decenas de hinchas invadieron la cancha, mostrando las falencias en seguridad del coliseo viñamarino.
Las 41 cámaras de última generación que se instalaron en el recinto, con un costo de $191.127.006, no han servido para disuadir a quienes acuden al estadio con la intención de destruir. Así quedó de manifiesto el 12 de julio de 2015, cuando barristas de Everton y Wanderers se enfrentaron a golpes en las tribunas y el mismo campo de juego del coliseo.
Un sumario de la Contraloría General de la República desnudó las múltiples falencias del proyecto de reconstrucción del Sausalito, lo que encareció su costo. Se responsabilizó al Instituto Nacional del Deporte -en ese entonces dirigido por Gabriel Ruiz-Tagle- por fallas en el diseño. El órgano fiscalizador había detectado anteriormente los mismos problemas en el Elías Figueroa de Valparaíso.
Hoy esos problemas de diseño y la ingenua forma de planificar la ubicación del público en el coloso viñamarino han ocasionado duros cuestionamientos por parte de Carabineros y el Ministerio del Interior a la seguridad que se les ofrece a los asistentes a espectáculos deportivos. El anterior gobernador, Jorge Dip, se enfrascó en una polémica hace poco tiempo con la dirigencia de Everton por las exigencias que se realizaron para autorizar un partido contra Colo Colo.
Hoy la nueva gobernadora, María de los Ángeles de la Paz, acaba de autorizar un aforo de diez mil personas para el duelo entre el equipo oro y cielo y Universidad de Chile.
Si se tiene en cuenta que la capacidad total del recinto deportivo es de 21.435 asientos, se utilizará apenas el 46% de sus aposentadurías. Muy poco, considerando la gigantesca inversión que realizó el Estado en esta obra.
"Efectivamente, hay que tener en cuenta que el club deportivo es responsable de las medidas de seguridad, tanto en los guardias de seguridad privados como en los accesos. Ese estadio (Sausalito) tiene unas características especiales porque no cuenta con división y protecciones hacia la cancha, por lo tanto, es más vulnerable que otros recintos", reconoció el lunes De la Paz, anunciando además su disposición al diálogo con los dirigentes de los equipos de fútbol y también con los hinchas.
Reconocer el problema y escuchar a los involucrados es un primer paso para buscar soluciones. Sería una nueva decepción que la política pública en este caso siguiera siendo la limitación de la capacidad de los recintos deportivos, porque implicaría reconocer que no se puede garantizar la seguridad de los ciudadanos en los nuevos estadios.