La justa y necesaria autocrítica realizada por el Secretario de Planificación (Secpla) de la Municipalidad de Viña del Mar, Tomás Ochoa, en referencia a los más de 13 mil millones de pesos de déficit de la Casa Consistorial de calle Arlegui, incluye una reveladora crítica sobre los mecanismos financieros municipales y su falta de renovación ante "la lógica de la obtención de ingresos a través del Casino ". Al respecto, cabe apuntar que tal monto (915 mil UF, en torno a los 24 mil 400 millones de pesos ingresados por tal concepto en 2017) representa un cuarto de los casi 96 mil millones de pesos a los que asciende el presupuesto municipal del año 2018, que ha casi doblado sus números en los últimos diez años.
Si bien pudiera entenderse en las palabras de Ochoa que el municipio ya no dispondría de tales números (o que dejaría de hacerlo en el futuro), lo cierto es que la nueva concesión del Casino generará al menos una renta mínima garantizada similar a los ingresos actuales.
De esta forma, cuando el Secpla apunta no haber cambiado "la lógica de ingresos por el Casino", a lo que realmente parece remitirse es al acostumbramiento a tales holguras y el consiguiente relajamiento en la necesidad de generar nuevos recursos o agilizar las cobranzas.
Históricamente, el Casino de Viña del Mar le ha reportado sumas relevantes, que han permitido la construcción y renovación de mobiliario, como el hotel Miramar, el hotel O'Higgins, el anfiteatro de la Quinta Vergara, los balnearios de caleta Abarca y playa Amarilla, hoy en Concón, varios de los puentes vehiculares del estero Marga Marga, el estadio Sausalito y la compra de la Quinta Rioja y el Palacio Carrasco.
En suma, Viña del Mar le debe mucho al Casino Municipal, creado gracias a una ley especial del general Carlos Ibáñez del Campo en los años treinta, lo que posibilitó el reconocimiento de la ciudad como capital del turismo.
Por lo mismo, la autocrítica de Ochoa en relación a ese punto y el porcentaje de compromisos financieros que, de algún modo, relativizan el déficit viñamarino (menos del 2%), deben ser tomados en su justa medida.
Cuando el Concejo Municipal aprobó el presupuesto 2018, la alcaldesa solicitó "confiar en la gestión financiera de la municipalidad porque estamos actuando con mucha responsabilidad, tanto en la proyección de los ingresos como en el esfuerzo conjunto con directores y funcionarios para ahorrar en gastos corrientes, de modo que este presupuesto nos permita seguir continuar una gestión realizadora y eficiente, que consolide nuestro proyecto de ciudad de gran calidad de vida para todas las familias viñamarinas".