Las lesiones capaces de alterar la forma de nuestro rostro o boca y que al mismo tiempo nos impiden hablar, masticar o tragar con normalidad, como resultado de un cáncer u otras enfermedades, sindromes y traumatismos craneofaciales provocados por accidentes de tráfico, agresiones, caídas, disparos con armas de fuego o prácticas deportivas son cada vez más frecuentes y representan un importante problema de salud pública a nivel mundial.
Dependiendo de su gravedad, a menudo este tipo de episodios genera secuelas de por vida muchas veces invalidantes, que no solo comprometen la apariencia física de la persona afectada, sino también -y de manera especial- su salud psíquica y emocional.
En Chile existen escasos antecedentes sobre esta realidad, pero un incipiente estudio elaborado por el Servicio de Urgencia del Hospital Barros Luco -en base a datos extraídos de las fichas clínicas de pacientes que allí fueron atendidos entre 2006 y 2010- permite deducir que el 0,5% de los adultos de nuestro país enfrenta enfermedades o situaciones de este tipo. De ellos, el 60% corresponde a hombres, siendo el grupo etario que va de los 20 a los 29 años el más afectado y la violencia interpersonal el factor etiológico más habitual.
Respecto de sus características, el 64% de las mismas afecta a los tejidos blandos y el 36% a los huesos o tejidos duros. En el caso de estos últimos, tres de cuatro casos están referidos a traumatismos dentoalveolares y el resto a fracturas óseas, en particular las mandibulares.
Labor de especialistas
La gente en general no sabe que la mayoría de estas lesiones o alteraciones son tratadas por odontólogos especialistas en rehabilitación maxilofacial, específicamente en somatoprótesis, disciplina derivada de la primera y cuyo objetivo es devolver al paciente mutilado o con secuelas de cáncer, traumatismos o diversos síndromes la apariencia estética y las funciones que ha perdido por esas causas.
Aunque no siempre es posible, esto se logra por medio de la fabricación y colocación de prótesis implanto retenidas y soportadas, únicas o combinadas, removibles o mixtas, y de evaluaciones imagenológicas y seguimiento clínico durante los procesos pre y postquirúrgicos.
"Los procedimientos de somatoprótesis comprenden la reconstrucción de una amplia gama de piezas dentales y otras de mayor complejidad, como son las maxilares intraorales y faciales, que muchas veces incluyen ojos, orejas y cavidad nasal. Para ello se suelen utilizar materiales acrílicos o siliconas que suelen tener una textura similar a las de los tejidos perdidos", explica el cirujano dentista Mauricio Vivanco Barahona, especialista en rehabilitación maxilofacial y radiología oral y docente de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
Importancia
Si bien la rehabilitación maxilofacial comprende una práctica antigua, son pocos los países del mundo que en la actualidad presentan avances mayores en somatoprótesis y cuentan con especialistas en este tipo de rehabilitación. Esto se debe, en parte, a que el número de personas que requiere atención y tratamientos como los descritos es bajo. Sin embargo, se trata de una necesidad imperiosa, ya que las lesiones y mutilaciones que ocasionan el cáncer y los traumas craneofaciales tiene efectos psicosociales devastadores para los afectados.
En nuestro país hay pocos especialistas y centros dedicados a este tipo de rehabilitación maxilofacial y casi todos se encuentran en Santiago.
Desafío futuro
Por ese motivo, el doctor Mauricio Vivanco realizó recientemente una pasantía teórico-práctica de tres meses en la Clínica de Rehabilitación Maxilofacial y Somatoprótesis de la Universidad de Washington, en la ciudad de Seattle, Estados Unidos, con el propósito de ampliar sus conocimientos en dicho campo, aprender nuevas técnicas de anaplastología y participar en cirugías destinadas a colocar y conectar implantes craneofaciales, entre otras cosas.
Además, intercambió experiencias con médicos cirujanos de cabeza y cuello, otorrinos, oncólogos, cirujanos vasculares, especialistas en radioterapia y profesionales de disciplinas complementarias, cuya labor es esencial en esos procedimientos.
"Si bien recién estamos comenzando, mi pasantía se concretó como parte de la idea que tiene la Facultad de Odontología de la UV de convertirse a futuro en un centro de referencia a nivel nacional en somatoprótesis, asociado por cierto a un hospital regional. Para eso se requiere, en primer lugar, formar equipos multidisciplinarios de especialistas, ya que este tipo de rehabilitación maxilofacial transciende el ámbito bucal, pues el diagnóstico de cada caso, su tratamiento y posterior recuperación involucra a cirujanos, oncólogos, radiólogos, psiquiatras, psicólogos, anaplastólogos y kinesiólogos, además de odontólogos rehabilitadores maxilofaciales", precisa Mauricio Vivanco.
En efecto, lo anterior se explica por el hecho de que cada paciente sometido a este tipo de rehabilitación maxilofacial requiere -desde la fase de diagnóstico- gran dedicación y horas de trabajo de médicos, dentistas y laboratoristas encargados de la fabricación de las prótesis requeridas.
"Si a eso agregamos el control y seguimiento posterior, que son etapas de gran importancia para la sobrevida y mantención de estos pacientes y sus prótesis, se tiene que el desafío que presenta esta disciplina en enorme", sentencia el especialista de la UV.
Antigua práctica
La idea de utilizar prótesis faciales se remonta a épocas antiquísimas, como testimonian algunas momias egipcias que aparecen con narices y orejas artificiales. Posteriormente los romanos y otros pueblos también atestiguan avances en esta materia. Pero fueron los conflictos bélicos los que fomentaron el desarrollo de la somatoprótesis. Tras la Segunda Guerra Mundial y gracias al uso de sustancias como el látex líquido, las resinas poli vinílicas y el acrílico, los especialistas en rehabilitación maxilofacial tuvieron la posibilidad de realizar prótesis para sustituir la pérdida de grandes zonas de la cara, logrando resultados satisfactorios, tanto en lo estético como en lo funcional.
Dr. Mauricio Vivanco
Especialista en rehabilitación maxilofacial y docente de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
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