Semillero de futuros científicos e investigadores busca cambiar el país
DESAFÍO FUTURO. Cuarenta jóvenes de entre 14 y 18 años, entre ellos 7 de la región, participaron en el Campamento Bayer Kimlu 2018 que se realizó durante 10 días en la reserva biológica de Huilo Huilo.
"Somos los más chacoteros después de los argentinos", explica Javier Rojas Müller, uno de los siete jóvenes de la Región que fueron parte de la séptima versión del Campamento Científico Bayer Kimlu 2018, en la reserva biológica Huilo Huilo. En el encuentro, organizado por la Fundación Ciencia Joven y Bayer Chile y que se desarrolló entre el 6 y 16 de marzo, participaron en total 40 representantes de Chile, Argentina y Uruguay.
En medio de la selva patagónica que impera en el lugar, los estudiantes reconocen que como equipo funcionaron bien desde el principio. "Fue como si nos hubiéramos conocido de siempre; se siente la chacota costera", agrega Benjamín Gallardo, el único porteño del "team científico regional" que, entre las actividades de divertimento, juega "Ninja", un juego donde deben sacar a los contrincantes tocándose las manos y que lleva a posturas similares al Twister, pero que según Rojas Müller, "es más antiguo que la tía Coty".
Sebastián Rodríguez (18 años) acaba de entrar a la Universidad de Chile a estudiar ingeniería en Recursos Naturales y Renovables (egresó del Instituto Chacabuco de Los Andes), cuenta que con la experiencia Kimlu busca mejorar la capacidad en investigación científica y confiesa que a futuro le gustaría poder ser monitor de estos campamentos.
Diego Tapia (17 años), del colegio Franco Inglés de Viña del Mar, agrega que, a diferencia entre estar estudiando en una universidad o en una sala de clases, en una reserva natural las cosas se aprenden de otra manera. "Esta experiencia me va a dejar una mejor guía o rumbo hacia dónde ir", reconoce.
Benjamín Gallardo (17 años), estudia primer año de Ingeniería Civil Ambiental en la USM, y quiso participar para mejorar la capacidad de elaborar proyectos y aprender cómo formular una hipótesis, definir objetos de la investigación y sacar conclusiones. "En Chile la ciencia está dejada de lado, tenemos pocas horas en la educación media, y los que eligen la opción humanista pierden ciencia, pero todos tienen que saber ciencias básicas, sean o no científicos", recalca.
Javier Silva ( 17 años), quien pasó a cuarto medio en el Colegio Rubén Castro, supo del campamento por un profesor que lo motivó a participar. "Este es un clima perfecto para poder aprender y desarrollar las habilidades científicas que todos tenemos", explica, y agrega que "se habla mucho de mejorar la educación, pero no se llega al fondo de qué se va fomentar o potenciar y claramente debiera haber un mayor énfasis en ciencia de parte del Estado".
Antonia López (15 años), pasó a segundo año medio del Colegio Español de Viña del Mar, y participó por segunda vez en el campamento Bayer Kimlu 2018. "Me gustó la dinámica, la Fundación es confiable, han sido experiencias gratificantes. Me gusta la biología biomolecular porque abre posibilidades para el futuro y acá, además de los conocimientos, es una forma de encontrar contactos y entrar cada vez más al círculo de la ciencia", indica, y coincide en que "Chile no se destaca por la ciencia".
Javier Cuadra (16 años) pasó a cuarto año medio en el colegio San Ignacio de la Salle, de Quillota. "En el colegio sólo pasan teoría, los conocimientos no se aplican y tener la posibilidad de aplicarlo en un lugar como éste en increíble", recalca, y agrega que "me veo solucionado problemas". Subraya que "en Chile no se le da la importancia que se le debería dar a la ciencia, como el pilar del progreso, la ciencia es lo que permite innovar y progresar".
Finalmente Martín Rojas Müller (15 años), del Colegio Sagrados Corazones de Viña del Mar, llegó al campamento gracias al recorte del diario que le mandó una tía bióloga de la UCV. "La ciencia por sí sola no va a solucionar los problemas, está la ingeniería o la tecnología, pero la ciencia es la que se encarga de formar los conocimientos y en base a estas ramas se crean los productos que mejorarán la calidad de vida", acota. "Llega a ser vergonzoso que Chile tenga tantos recursos, fuentes para investigar y que el Estado no fomente la investigación", añade.
Eduardo Guzmán, director ejecutivo de la Fundación Ciencia Joven y el encargado del campamento, explica que "lo que buscamos es tomar a un grupo de chicos motivados por la ciencia, tecnología y matemáticas, formarlos y aportar en su desarrollo más allá de lo que se logra en los colegios".
El ingeniero agrónomo de la UCV y magíster en Recursos Naturales subraya que ya llevan siete años y hace cuatro están trabajando con Bayer. Respecto al impacto de la actividad, Guzmán señala que "en los datos que tenemos, el 95% entra a estudiar carreras relacionadas con ciencia o ingenierías. Y desde el año pasado empiezan a aparecer las primeras generaciones de egresados. Tenemos los primeros científicos de Bayer Kimlu que van a empezar su vida profesional".
"Los chicos vuelves transformados porque desarrollaron su potencialidad en ciencia y liderazgo, y se transforman en motores de cambio en sus ciudades y en sus actividades diarias. Además pasan a ser parte de la red Kimlu que agrupa a todos los que han participado en los siete años de campamentos y entre ellos buscan impactar a la sociedad a través de su propia organización".
Camila Reid, gerenta de comunicaciones de Bayer Chile, explica que "somos una empresa que nos dedicamos a la investigación de moléculas que pueden servir para desarrollar productos farmacéuticos, y tenemos miles de investigadores en el mundo. Está en nuestro ADN y por tanto, apoyar la educación científica es un ámbito de acción en el que somos responsables".
"El objetivo del campamento tiene que ver con desarrollar futuros líderes de la ciencia en el país. Acá llegan niños que tienen un interés en la ciencia pero acá (en el campamento) se terminan de reencantar porque lo aprenden de una manera distinta y no en un laboratorio o en una sala de clases", explica.
"La Fundación Ciencia Joven partió el 2011 para generar nuevas oportunidades para los jóvenes interesados en la ciencia", cuenta Óscar Contreras (bioquímico) y quien junto a Marjori Parra (profesora de biología), fueron los creadores de la organización que partió en Valparaíso, pero que ahora tiene sede en Santiago y Argentina. "Lo que queremos es formar líderes que tengan pensamiento en ciencia, tecnología y matemáticas, y no importa si no estudian ciencia, lo que importa es que sabemos que van a ser líderes en la posición en que se encuentren, pero que se enfrentarán a la vida con un pensamiento científico".
Contreras reconoce que efectivamente la inversión en ciencia en Chile es baja, ya que se invierte el 0,4 del PIB y no el 1 ó 2 como lo hacen otros países más desarrollados, pero reconoce que ha ido cambiando la mirada. "Ya se habla de ciencia en la prensa", subraya, y agrega que "hay indicadores que permiten mirar el futuro con más optimismo".
También remarca que tener la sede en Valparaíso es ciertamente una apuesta descentralizadora. "Ninguno de los campamentos se ha hecho en Santiago", concluye.
"Los chicos que participan vuelven transformados porque desarrollaron su potencialidad en ciencia y liderazgo; se transforman en motores de cambio".
Eduardo Guzmán, Coordinador del campamento Bayer-Kimlu"
jóvenes de Chile, Argentina y Uruguay postularon para participar, pero resultaron elegidos 40. 600