Precisiones sobre la 'gentrificación', después del debate de las alturas en Valparaíso
Pese a ser un concepto en revisión, la palabra "gentrificación" se ha transformado en un comodín fácil para criticar cualquier proyecto nuevo de vivienda en altura hecho en Valparaíso.
* Gerardo Ureta C. / Marcelo Ruiz F.
Felizmente el Concejo Municipal de Valparaíso logró a un acuerdo respecto a la modificación al Plan Regulador que afecta principalmente al sector oriente de la comuna, lo cual permite que esta propuesta siga su tramitación. No obstante lo anterior, en el intenso debate presenciado en redes sociales y medios, surgió un argumento para apoyar la eliminación de la altura, el cual sostenía que la edificación en altura y la "gentrificación" estarían relacionadas.
Cabe indicar que el concepto gentrificación es de origen inglés y alude al "aburguesamiento" de los barrios, producto de la llegada de habitantes con mayor poder adquisitivo que expulsan a los vecinos originales, generalmente más pobres. Esto ocurre mediante el encarecimiento del arriendo o por la construcción de un nuevo proyecto que implica la demolición de las viviendas originales. En Chile, el sociólogo Francisco Sabatini ha tratado el tema, adaptándolo a las transformaciones del país, destacando la posibilidad de integración socioespacial.
Pese a ser un concepto en revisión, la palabra "gentrificación" se ha transformado en un comodín fácil para criticar cualquier proyecto nuevo de vivienda en altura hecho en Valparaíso. Pero el análisis de algunos datos sugiere que la altura y el supuesto proceso de expulsión, no están necesariamente relacionados.
Según algunos antecedentes, Valparaíso se ha transformado en una comuna que concentra un alto número de proyectos de densificación en altura destinados a segmentos medios, lo cual ha contribuido a revertir el proceso de despoblamiento observado en el censo del 2002. Al año 2012, el 36% del total de estos proyectos en oferta en el Área Metropolitana, se localizaron en Valparaíso, superando a otras comunas. En esto influye el alto costo de suelo en Viña del Mar o Concón, que desplaza masivamente a los nuevos hogares de clase media. Como puede verse, no es un fenómeno aislado sino que es un problema de escala intercomunal.
La gran mayoría de las nuevas edificaciones de Valparaíso se localizan en un área que abarca desde el cerro Placeres hasta Curauma, incluyendo Barón, la subida Santos Ossa y el Barrio O'Higgins. En este sector se localizó más del 90% del crecimiento de viviendas nuevas de la comuna, entre los censos del 2002 y del 2012. En otras palabras, los cerros bajo postergación de permisos se han transformado en lugares que atraen nuevos hogares de clase media; y no que los expulsan.
En general estos edificios se emplazan en paños grandes originados en lotes en desuso, evitando la compra de viviendas pequeñas. Por ello, no se observa un proceso masivo de expulsión de moradores originales. Por el contrario, el único barrio de Valparaíso en el cual se podría argumentar los efectos de la gentrificación es el Cerro Alegre. Paradojalmente, este cerro se encuentra dentro de las áreas con mayores regulaciones urbanas dentro de la comuna, incluyendo bajas condiciones de edificación y zonas de conservación histórica. Es decir, las regulaciones urbanas no han evitado los procesos de gentrificación.
Si se quiere evitar la temida gentrificación, la receta no es eliminar la edificación en altura. Por el contrario, reducir las condiciones de edificación en barrios con fuerte demanda urbana (como lo son Placeres u O'Higgins,) encarece las viviendas en dichos barrios, ya que se disminuye la oferta potencial, frente al crecimiento de la demanda. Esto profundiza la segregación al inducir la expulsión de familias de segmentos medios y bajos, que requieren acceder a barrios con atributos de localización.
La argumentación anterior, no implica apoyar la desregulación en los barrios que enfrentan crecimiento inmobiliario y, de hecho, el Municipio hace lo correcto con actualizar su normativa. En ello sería ideal proteger zonas de carácter histórico, identificar áreas de amortiguación y definir zonas de densificación moderada, ojalá aledañas a los grandes ejes de conectividad metropolitana. En lo principal hay que diseñar instrumentos que permitan acoger el crecimiento urbano, apoyando además dicho crecimiento con las inversiones de infraestructura adecuadas.
Frente a la idea de separar a Placilla de Valparaíso, llevándose a gran parte de los hogares que pagan contribuciones, es bueno que la comunidad porteña aborde el debate sobre las posibilidades de crecimiento comunal. En lo central hay que mantener hogares de clase media y los proyectos de vivienda social, a la vez que se deben plantear condiciones para la atracción de hogares de altos ingresos. Estas medidas no solo aseguran la diversidad social y la dinamización de la economía interna, sino que afirman la sustentabilidad financiera de la comuna. Pero para ello hay que aceptar la complejidad territorial y alejarse de prejuicios, que no se condicen con la realidad de la ciudad.
*Integrantes Corporación Metropolítica