La sequía es el gran desafío que enfrenta la zona interior. Lo reconocen los nuevos gobernadores y anuncian políticas para abordar un problema que no es nuevo y el cual no es sólo materia de políticas, sino que de condiciones naturales con las que se debe convivir.
En Los Andes, el gobernador provincial, Sergio Salazar, señala que si bien el consumo humano está asegurado, la gran demanda proviene de la minería y la agricultura.
Por su parte, la nueva gobernadora de Petorca, María Paz Santelices, afirma que "la crisis hídrica se encuentra instalada en la zona por casi una década, el cambio climático sólo ha ido agudizando la situación". Esa es una realidad, pero es una realidad también que sucesivos gobiernos, por décadas, han omitido decisiones de fondo para afrontar la situación, como las reiteradamente aplazadas obras de riego o embalses. En ese sentido, la gobernadora expresó que se centrará en la recuperación de pequeños embalses o tranques. Tarea importante en una zona como Petorca, que es la más castigada por la falta de agua, insuficiente para la agricultura y para el consumo humano.
Llueve poco y lo poco que llueve no se aprovecha en forma integral y con la tecnología necesaria, lo que implica inversión privada y pública.
Desde un punto de vista de políticas para el uso del agua se anuncian cambios en el proyecto de reforma al código correspondiente, propuesta que proviene del Gobierno anterior y que en su trámite en el Parlamento ha sido objeto de larga polémica. Al respecto, el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, afirmó que la iniciativa en su estado actual "contiene elementos que crean incertidumbre respecto a la certeza que se debe tener". Esto en relación a derechos de aprovechamiento. Es lógico lograr certezas en la materia con políticas que se mantengan en el tiempo para avanzar en inversiones públicas y privadas. Y las inversiones son costosas, pues refieren a embalses, canalización, sistemas de riego, plantas desalinizadoras, mallas de captación de nieblas y numerosos aspectos que implican capacitación, investigación y tecnología. Desde un punto de vista social, la sequía tiene profundos alcances, la falta de abastecimiento rural para el consumo humano y el agro de todo nivel se traducen en paulatino despoblamiento de los campos y migración hacia las ciudades, en busca de mejores oportunidades que no siempre hay. Acometer el problema no es únicamente una materia de productividad agrícola o minera, es un tema que toca directamente la calidad de vida y el futuro de las personas. Por ello es importante que la voluntad de derrotar la sequía esté presente en la agenda de prioridades del nivel nacional, regional y provincial.
"Las inversiones para enfrentar la situación son costosas, implican embalses, analización, sistemas de riego, plantas desalinizadoras, mallas de captación de nieblas y numerosos aspectos que implican capacitación, investigación y tecnología.