La ciudad en el Ministerio de la Vivienda
Observamos entonces un nuevo consenso capaz de garantizar un hábitat más protegido y amable para las futuras generaciones
*Macarena Carroza / Alberto Texido
Una interesante oportunidad para la mejora de la calidad de vida del 90% de los habitantes urbanizados en Chile puede significar la intención manifiesta de las nuevas autoridades para potenciar la inclusión de "la ciudad" como innovador enfoque de la política ministerial del MINVU. Recoger y proyectar que más allá de la vivienda, habitamos en un contexto mayor que es el responsable de la seguridad, del bienestar, de los tiempos de traslado, de las oportunidades laborales que surgen de la interacción de servicios que nacen de una planificación que impulsa buenas prácticas, generando usos compatibles y actividades accesibles a lo largo de un territorio adecuadamente administrado y representado. Así lo explicita el Ministerio en su declaración de principios: "Las ciudades son motores del crecimiento económico y el espacio donde se desarrolla y manifiesta la cultura. Nuestro objetivo es tener ciudades con viviendas y barrios de calidad, con integración social, con más y mejores espacios públicos, donde se genere empleo e inversiones respetuosas del medioambiente y que reflejen nuestra identidad y patrimonio".
Lo interesante de este enfoque primordial, es que se alinea con un sentido de sustentabilidad global, que actualiza la política de vivienda y da vigencia a las exigencias de diversos sectores de la población, que en un contexto de crecimiento y desarrollo exigen una regulación más clara y multisectorial que garantice mejores entornos. Así, la realidad normativa con la cual cuenta el MINVU, puede generar las condiciones de consenso e institucionalidad que permitan renovar confianzas -la tan exigida certeza jurídica-, tanto en procesos de planificación como de ejecución de obras y programas, dejando atrás los tiempos de decisiones a puerta cerrada o de falta de calidad en diseños y emplazamiento de proyectos públicos, mixtos o privados, que por diversas inercias y ausencia de liderazgo institucional sin visión de largo plazo, han eludido una adecuada evolución de las transformaciones urbanas.
Si decidimos además -como sociedad- asumir el "cambio climático" de manera preventiva y no reactiva, es este Ministerio el que puede crear las condiciones que prioricen la inclusión de los riesgos urbanos con los instrumentos normativos y a su vez las normas específicas para el diseño y construcción de edificios y espacios públicos que logren una mejor convivencia con nuestro territorio, saliendo del círculo vicioso destrucción-reconstrucción, a la vez de asumir que la catástrofe socionatural se ha tornado periódica y nuestro conocimiento científico sobre ello ya no puede ser eludido.
Así, la oportunidad que se abre, puede considerar iniciar nuevos programas de renovación urbana, levantando casos específicos especialmente en ciudades que presentan brechas urbanas relevantes y se enfrentan a la materialización de grandes infraestructuras, donde la vivienda y la ciudad aún no han logrado cohabitar en un sistema que vele por la calidad de los estándares urbanos. Surgen así los casos de San Antonio, Antofagasta o Valparaíso, entre otros, los cuales han de lograr un nuevo y mejor equilibrio entre productividad y calidad de vida, a través del impulso que otorgan las grandes inversiones infraestructurales, que han de comprender de mejor manera la diversidad territorial y económica de sus entornos físicos y sociales. Cabe señalar además que iniciativas como ésta han sido respaldadas por otras acciones vinculantes, como el Fondo de Infraestructura, el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) o los lineamientos del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), que promueven todos la generación de un clima fértil para la innovación.
La ciudad -como fuente de equidad- se torna el común denominador; ese espacio cohabitado donde todas las temáticas humanas se encuentran y donde las problemáticas pueden subsanarse desde un sistema mayor. Los debates actuales sobre segregación, hiperdensificación, vulnerabilidad, falta de espacios para el encuentro o contradicciones con actividades productivas que anulan la diversificación económica propia de la ciudad contemporánea, son experiencias superables a través de la integración social, la densidad bien regulada, la generación de espacios públicos de calidad y el diseño compatibilizado con las herramientas que el Estado ha de ejercer en su tarea fundamental, que es el resguardo del bien común. Observamos entonces un nuevo consenso capaz de garantizar un hábitat más protegido y amable para las futuras generaciones, donde las vocaciones urbanas sean potenciadas desde el poder político resguardando el patrimonio tangible e intangible, el que ya existe y el que debemos construir, dentro de las ciudades que queremos habitar en el futuro, las que requieren que nos pongamos de acuerdo hoy.
*Integrantes Corporación Metropolítica
Telemedicina del Fricke aumenta la atención vía remota
La Unidad de Telemedicina del Hospital Gustavo Fricke incluyó en su proyecto de mejoramiento la adquisición de equipamiento y la ampliación y adecuación de sala por un costo cercano a los 9 millones de pesos. Así, con pantallas de alta definición y un nuevo sistema de videoconferencia, seguirán aumentando las interconsultas vía remota, que se realizan con los Hospitales de Quillota, Quilpué, Peñablanca, Quintero, el Cesfam de Concón y otros dispositivos de atención primaria con sistemas compatibles.
El doctor Manuel De La Prida, jefe de la Unidad de Telemedicina, señala que se ha brindado apoyo a una docena de especialidades, lo que significó que en 2017 se atendieran 1.072 consultas, en relación a las 679 atendidas en 2016.
Sus principales beneficiarios son "los usuarios de los hospitales de menor complejidad y de algunos consultorios de atención primaria, en que los casos se resuelven rápidamente, y los casos clínicos de los pacientes hospitalizados de menor complejidad. Se les da orientaciones médicas o terapéuticas o se deciden los traslados entre los pacientes de distintos hospitales. En la atención primaria como Concón o Quintero, la parte de atención abierta, se resuelven muchos casos de interconsultas derivadas y se resuelve en dos a tres días y se indica lo que hay que hacer, y si la solución va inmediatamente al usuario", explicó el facultativo.