Hernán Cortés llegó queriendo pasar inadvertido a la cancha Fischer en el cerro Los Placeres. Fue el único dirigente de Santiago Wanderers presente en la última práctica futbolística del Decano previo al partido de mañana ante Deportes Puerto Montt.
Al empresario agrícola se le nota entusiasmado tras reinsertarse en el directorio caturro como representante de los accionistas minoritarios de la sociedad anónima, luego de haber renunciado en el pasado mes de enero una vez consumado el descenso y la ratificación de Nicolás Córdova para la temporada 2017.
Cortés tiene toda una tradición como directivo de los verdes. Protagonista en la regencia desde la década de los '70, su padre (Scipión Cortés) fue timonel de la institución en los '50. "Esto es algo que uno lo lleva en la sangre", reflexiona.
Quienes lo conocen saben que como presidente de la Comisión Fútbol, y antes de su renuncia en enero pasado junto al también exdirigente Gonzalo Serrano, no lo pasó bien con Nicolás Córdova como DT del primer equipo, al punto de reconocer que "me fui dolido y muy molesto", aunque asumiendo su responsabilidad.
- Usted es un dirigente que ha vivido de todo en Santiago Wanderers. ¿Qué provocó su renuncia en enero pasado?
- Presentía que la forma en que se estaba dirigiendo el equipo no iba a dar resultado en Primera B y estaba seguro de que nadie, de los que podían tomar una decisión, me iba a escuchar. Lamentablemente, el tiempo me terminó por dar la razón y Nicolás Córdova jamás se pudo adaptar a lo que es Santiago Wanderers.
- Pero sí estuvo de acuerdo, en su momento, con la contratación de Nicolás Córdova.
- Sí, absolutamente. A raíz de lo que había sucedido con Eduardo Espinel y los números con que llegábamos al Transición se trató de tomar un entrenador de manera anticipada y las cartas eran Nicolás (Córdova) y (Miguel) Ramírez, quien si bien mostró interés, terminó renovando su contrato con San Luis e iba a cumplir su palabra. Indudablemente, al momento de elegir a Nicolás Córdova nunca nos imaginamos que iba a llegar con un fútbol tan distinto a lo que es la historia de Wanderers, tratando de cambiar la mentalidad no sólo del primer equipo, sino también la de los chicos.
- ¿En qué instante se dio cuenta que el descenso estaba demasiado cerca para Wanderers?
- Siempre tuve fe que podíamos levantar cabeza, pero el encuentro con Palestino en La Cisterna fue insólito. Por primera vez me toca ver a un entrenador nuestro que no se acercó a la cancha. Ahí me di cuenta que la cosa iba a ser peor de lo que cualquier hincha esperaba.
- Hoy la gran crítica que se hace es haber firmado con Córdova un contrato de dos años y medio.
- Está claro que eso no se manejó en Valparaíso, aunque no tengo duda que se hizo con la mejor de las intenciones. Sin embargo, cada vez tengo más claro que en Chile los proyectos a largo plazo son muy riesgosos y desgraciadamente este fue el caso.
- Se arregló en Santiago, pero en Valparaíso nadie lo cuestionó.
- Para ser honesto, incluso yo pensaba que el contrato era por dos años, pero después me dijeron que era por dos años y medio. No, no se cuestionó.
- Los malos resultados terminaron por poner fin a una desgastada era de Jorge Lafrentz como presidente del Decano.
- Sí, pero hay que ser honesto, y a Jorge (Lafrentz) y a Miguel (Bejide) se le ha culpado todo este tiempo por la venida de Nicolás Córdova, siendo que ninguno de los dos intervino en su contratación. Fui yo junto a Marcelo Domínguez y Alberto Eguiguren quienes lo trajimos a Wanderers.
- ¿Usted está asumiendo su responsabilidad ante el rotundo fracaso de Córdova?
- Exactamente, asumo toda mi responsabilidad en la venida de Córdova y por eso renuncié.
- ¿Por qué dice que el exentrenador de Wanderers incluso buscó cambiar la mentalidad de los niños del Fútbol Joven?
- Por comentarios. La típica, que llegan llenos de ripios, que tiran la pelota para adelante y todas esas cosas. Esto lo he escuchado a todos los entrenadores que han llegado en los diez años de sociedad anónima y creo que el único que estuvo más cercano del Fútbol Joven fue (Humberto) Zuccarelli y ahí están los resultados, porque él recuperó a Carlos Muñoz, a Mauricio Viana y a (Sebastián) Ubilla. El resto mucho bla bla y al final nada. Y por eso llega hoy Moisés Villarroel, porque ya era tiempo que este proyecto lo tomara la gente de la casa, ya que acá unos estaban haciendo una cosa y en el primer equipo otra.
- ¿Qué cambió para que usted decidiera volver al directorio?
- Los accionistas minoritarios necesitaban un representante en el directorio y con la llegada de Moisés (Villarroel) al primer equipo me pareció que se estaba volviendo a una esencia que me interesaba y quería. Además con Rafael (González Camus) tengo una muy buena relación y creo que como presidente del club lo hará muy bien. Yo quiero dedicarme al Fútbol Joven, aunque voy a estar en las reuniones de la Comisión Fútbol y si veo una locura, claro que voy a dar mi opinión.
"Ya era tiempo que este proyecto lo tomara la gente de la casa (Villarroel), ya que acá unos estaban haciendo una cosa y en el primer equipo otra""