Obispos presentan renuncia y quedan a la espera de la decisión del Papa
HISTÓRICO. Tras el cierre de los encuentros con el Pontífice, la Conferencia Episcopal de Chile pidió perdón "a las víctimas, al Papa, al pueblo de Dios y al país por los graves errores y omisiones".
Un día después de que concluyeran los encuentros a los que fueron convocados por el Papa Francisco, los 34 obispos chilenos pusieron su cargo a disposición, en una histórica decisión que es observada con atención por el mundo entero.
Los obispos anunciaron, a través de una declaración que fue leída por el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, Fernando Ramos, que pusieron sus cargos a disposición por escrito para que el líder de la Iglesia Católica "libremente decida con respecto a cada uno de nosotros".
"Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al pueblo de Dios y al país por los graves errores y omisiones", pronunció Ramos que añadió: "Gracias a las víctimas por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de una curación y cicatrización de las heridas".
"Queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado", dijo.
Tras concluir el jueves las tres jornadas de encuentros en el Vaticano para analizar el informe de monseñor Charles Scicluna sobre los casos de abusos sexuales al interior de la Iglesia chilena, Francisco les hizo llegar una dura carta a los obispos.
En la misiva, de una extensión de 10 carillas y a la cual tuvo acceso "T13", Jorge Bergoglio instó a los prelados a reflexionar sobre lo sucedido y aseguró que la remoción de personas "no alcanza" para poder reparar lo que calificó como un "escándalo" que urge "reparar en el corto, mediano y largo plazo".
Asimismo, reveló que en su misión especial a Chile Scicluna pudo comprobar que hubo "presiones ejercidas sobre aquellos que debían llevar adelante la instrucción de los procesos penales", así como "destrucción de documentos comprometedores".
Francisco dijo que se pudo corroborar "la existencia de presuntos delitos investigados sólo a destiempo o incluso nunca investigados" y denunció "negligencia grave" en la protección de los menores.
Tras esas palabras los obispos presentaron su renuncia, la que hasta el cierre de esta edición no había sido aceptada ni rechazada por el Papa.
Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo, precisó que hasta que el Pontífice no tome una decisión, los miembros de la Conferencia Episcopal continúan en sus trabajos pastorales.
Y a su llegada al país, el obispo de Chillán, monseñor Carlos Pellegrin, explicó por su parte que "seguimos en completo control y rol como obispos de nuestra diócesis, pero el Papa sabe que si en algún momento nos va a pedir a algunos dar un paso al costado lo haremos por amor a la Iglesia, pero no es que no haya obispos en Chile".
Sin embargo, este gesto ya ha sido catalogado internacionalmente como la mayor consecuencia hasta la fecha del largo historial de abusos en la Iglesia Católica. La decisión del Papa de convocar a los obispos chilenos a un encuentro para analizar el informe de Scicluna y plantear cambios a la Iglesia, ocurrió tras su visita en enero, cuando fue criticado por la presencia del obispo de Osorno Juan Barros, en los actos en Chile.
Quien fuera nombrado por Francisco en 2015, ha sido acusado por los denunciantes del caso Karadima como encubridor de los abusos sexuales cometidos por el expárroco de El Bosque.
Lo que dice el Derecho Canónico
Según el Código de Derecho Canónico, "el obispo a quien se haya aceptado la renuncia de su oficio, conserva el título de obispo dimisionario de su diócesis, y, si lo desea, puede continuar residiendo en ella, a no ser que en casos determinados, por circunstancias especiales, la Sede Apostólica provea de otra manera". Y según detalló el abogado canónico Alejandro Álvarez a "Emol", la Iglesia podría sancionar a un obispo con una censura, o una pena expiatoria y la más grave es la excomunión.