"Chile tiene un gran potencial que va más allá de su mercado"
"Chile comienza a tener muchas inversiones en Europa y tenemos que ver cómo podemos ampliar estos ámbitos, bajando aún más las trabas no arancelarias, mejorando la facilitación para el comercio, protegiendo mejor las inversiones""
"Tanto Europa como América Latina tienen que identificar a qué responden estos movimientos populistas, extremistas, xenófobos, nacionalistas. Tomar en serio la preocupación del ciudadano""
Luis Alberto Pino Gumucio luis.pino@mediosregionales.cl
Luego de participar en el conversatorio "Las relaciones de la UE con América Latina", organizado por la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la Universidad Diego Portales, Stella Zervoudaki, la embajadora de la Unión Europea (UE) en Chile, se reunió con este medio para conversar sobre la profundidad de los vínculos del bloque europeo con Chile y las características del contexto regional y mundial en que se tienen que desarrollar en la actualidad.
Se trata de una relación -destaca la diplomática- marcada por los años de interacción desde la firma, en 2002, del Acuerdo de Asociación entre ambas partes (entró en vigencia internacional en febrero de 2003), el mismo cuya modernización en varios aspectos claves negocian hoy. Los renovados contactos entre Chile y la UE, a propósito de la negociación para modernizar ese acuerdo, se dan en momentos en que la UE reflexiona sobre cómo actualizar su relación general con América Latina.
Con estudios en filosofía, relaciones internacionales, economía y ciencias sociales, Zervoudaki -originaria de Salonica, Grecia- ha desempeñado varios cargos en el bloque europeo desde que comenzó su carrera a comienzos de los años 80. Un período que le ha permitido procesar cómo, al mismo tiempo que el bloque se ha ido consolidando y creciendo, ha forjado los cimientos de lo que hoy denomina como la european way de vincularse entre los socios europeos y entre el bloque y el resto del mundo.
- Recientemente, usted participó en encuentros con el ministro de Economía y el resto de los embajadores de países miembros de la UE. ¿Cuál es su impresión de esas sesiones?
- Hemos tenido la muy grata oportunidad de encontrarnos con el ministro (José Ramón) Valente y eso se da en un contexto político muy importante: Chile tiene un nuevo gobierno y para nosotros es de suma importancia que comprenda nuestra relación, pero también porque actualmente estamos en negociaciones para la modernización del Acuerdo de Asociación (entre Chile y la UE). Chile fue el primer país de América Latina con el que la Unión Europea tuvo un acuerdo de última generación. Es un acuerdo de asociación, no solamente un acuerdo de libre comercio. El libre comercio forma parte del acuerdo de asociación, pero tenemos diálogo político, cooperación, comercio e inversiones. Con el ministro nos enfocamos primero en las posibilidades que se podían abrir dentro del Acuerdo de Asociación. El ministro explicó su visión, su ruta política para dinamizar la economía, la productividad, para recuperar todas las notas de riesgo, etc., y nos invitó a que le explicáramos cómo vemos el panorama del país, dónde vemos las mayores posibilidades y cómo podemos trabajar juntos. Le explicamos las negociaciones y dónde tenemos ya inversiones. Es un hecho poco conocido, pero la Unión Europea y los Estados miembros -porque la UE sin los Estados miembros no se puede concebir- somos el primer inversionista (en Chile), pero mucha gente toma país por país, en vez de hacerlo con los 28 países que invertimos en Chile. Somos el primer inversionista de todos modos. Estamos en energías renovables, construcción, banca, servicios financieros, astronomía, servicios públicos, innovación, digitalización, etc. Todos subrayamos que la Unión Europea quiere invertir en Chile, quiere seguir invirtiendo en las energías renovables, en la minería, en la astronomía, en la economía digital, la economía circular, el turismo, etc.
- Conectado con precisamente eso, usted sabe que el gobierno ha hecho de la necesidad de provocar un "shock de inversiones" una de sus prioridades. En este contexto, más allá de lo que ya existe como inversión europea en Chile, ¿diría que están las condiciones en el país para contribuir sustancialmente a este "shock de inversiones" ?
- Se podrá imaginar que la UE no se iba a embarcar en una negociación para la modernización del Acuerdo de Asociación si no considerara que Chile tiene un gran potencial. Y el gran potencial de Chile va más allá de su mercado, porque uno podría decir que un mercado de 17 millones no es enorme, pero el rol que juega Chile en la región como plataforma de conexión con la Alianza del Pacífico, en el proceso de acercamiento entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur, los acercamientos de Chile con Argentina y Brasil, todas estas cosas son muy importantes para los inversionistas europeos. Nadie es profeta en su propio país y los chilenos se quejan un poquito -los griegos también nos quejamos- pero Chile tiene una marca, la de la institucionalidad, seguridad jurídica, la de una voluntad política de mantener el comercio y la inversión abiertos, así como de tratar con equidad y equilibrio a todos los inversionistas. Eso crea confianza. Si no hay confianza, no hay inversión. Chile tiene todos los elementos para crear confianza y los elementos de gobernabilidad y apertura, de proyección regional e internacional.
- Esas condiciones más "estructurales" que menciona están ahí, pero la economía chilena viene de cuatro años de desaceleración y con una fuerte caída en la inversión, algo evidente en la extranjera. Al ver las condiciones de hoy, ¿cuál es la percepción de la UE sobre el momento de Chile para traer más inversión?
- En la historia y en la economía uno no se puede permitir especular mucho. Lo que pasó en los últimos cuatro años es también un poco el resultado de la coyuntura económica internacional. Cuando el resto de los países entraron en crisis en el 2008, cuando terminó el boom de las materias primas, era previsible que habría una desaceleración en toda economía dependiente del ciclo mundial. Si no hay una catástrofe geopolítica, geoestratégica o una guerra, los fundamentos de la economía internacional son buenos: Europa sale de la crisis económica y está creciendo; EE.UU salió ya de la crisis económica y está creciendo; China, que también ha estado en un bajón durante los últimos cuatro años, está repuntando. Las materias primas están entrando a un ciclo con precios fortalecidos. Las condiciones internacionales y regionales, con gobiernos pro comercio y pro inversión alrededor de Chile, están a favor.
- Algo mencionó sobre cómo la UE ve el rol de Chile en tanto plataforma para la región. ¿Cumple Chile para la UE una suerte de papel especial, a pesar de ser pequeño en población y mercado? - La profundización democrática y la gobernabilidad en Chile, así como el hecho de que Chile tiene una política de Estado en su relacionamiento internacional, que no cambia la política exterior cada vez que cambia de gobierno... Chile es un país fundador de las Naciones Unidas, es miembro de casi todos los procesos de integración regional de América Latina, con una estabilidad de discurso y actuación, cumple sus compromisos económicos con el sistema multilateral de una manera excepcional. Creo que eso le da credibilidad al país.
- ¿Cómo evalúa el papel que ha tenido el país para impulsar procesos de integración y expansión comercial como, por ejemplo, la proyección regional hacia el este?
- No nos ha tomado por sorpresa. Cuando el ex canciller (Heraldo) Muñoz anunció que iba a hacer la reunión de Viña del Mar (para impulsar el TPP11) pensamos que fue una táctica brillante porque como país pequeño, casi neutro, casi como la Suiza de América Latina, (Chile) es un país que ha probado a los demás que es capaz de ser abierto y al mismo tiempo justo, garantizar la estabilidad y los derechos humanos, garantizar el crecimiento económico con la apertura comercial, de manera que la apertura comercial es un instrumento para el bienestar de la gente. Es un muy buen navegador. Nosotros tenemos las mismas característica de Chile. A veces, cuando comparo Chile con nuestro continente digo que Chile tiene un lindo equilibrio entre pragmatismo, una política exterior y económica que va paso a paso, hacia los resultados y, al mismo tiempo, con lo valórico. Chile no sacrifica su apoyo al sistema multilateral para ser amigo de uno u otro, sino para preservar el multilateralismo. En este momento nuestro primer socio comercial y económico es Estados Unidos, pero es un secreto a voces que con EE.UU. hay asuntos donde no nos vemos más.
- ¿En qué está la negociación para la modernización del Acuerdo de Asociación entre Chile y la UE?
- Es verdad que nos hemos tomado un poco más de tiempo. Nuestro sueño es conseguir un acuerdo balanceado, beneficioso, moderno y ambicioso antes de fin de año. Esta fecha está en nuestra mente por dos razones. El Parlamento Europeo, en nuestro sistema legal, tiene un rol muy importante para la ratificación de los acuerdos mixtos, los que tienen capítulos políticos y comerciales. El Parlamento Europeo no puede cambiar lo que hemos negociado, pero tiene que dar su consentimiento. El Parlamento ya se pronunció sobre la posibilidad de la modernización y fue muy positivo; en principio hay una disposición pro Chile. Ahora bien, el Parlamento entra en elecciones en mayo del 2019, así que los últimos meses en los que puede recibir los documentos legales es antes de fin de año. Al mismo tiempo, la Comisión Europea, que es el chief negotiator para nosotros, y el servicio exterior cambian en noviembre del 2019. Hemos puesto mucho capital político en esta negociación.
- En Europa están en plena negociación por el Brexit. ¿Está la UE más débil, más fuerte o igual que antes de la decisión británica?
- Diría es que está más unida. Evidentemente, lamentamos la salida del Reino Unido, pero hay que respetar un referéndum popular. Un gran desafío es cómo podemos encontrar una solución que mantenga los grades pilares de la alianza estratégica que tiene el Reino Unido con Europa y, al mismo tiempo, cómo podemos hacer eso sin disminuir todo el sistema de reglas, de normas del mercado común de las Unión Europea. Hemos avanzado mucho en el sentido que ya tenemos un acuerdo para una extensión del plazo, un periodo de transición hasta diciembre del 2010, lo que da una perspectiva importante a los mercados mutuos. Hemos encontrado acuerdos sobre la protección de los derechos sociales y económicos de los cinco millones de personas que están en fronteras diferentes. Hay más de dos millones de británicos que viven en el resto de Europa y tres millones de Europa continental que viven en Gran Bretaña. Son familias enteras a las que hay que darles seguridad sobre qué va a pasar. Estamos viendo cómo podemos salvaguardar el acuerdo de paz entre Irlanda del Norte e Irlanda porque la isla está tan integrada económicamente que restaurar una frontera dura no sería algo deseable.
La embajadora insiste en la necesidad de que ambos entes analicen ampliar sus vínculos.