Alimenta tu sistema inmune y previene enfermedades durante el invierno
BENEFICIOS. Fortalecer las defensas con una dieta rica en nutrientes protectores es la mejor receta para estar sanos.
Cuando solo falta un mes para que se inicie el invierno, es bueno preparase para que la estación más fría del año pase sin mayores inconvenientes.
Las condiciones climáticas y los cambios de temperatura durante la temporada invernal propician un ambiente apto para el desarrollo de las enfermedades. Por este motivo reforzar nuestras defensas a través de una correcta alimentación es clave para fortalecer el sistema inmune y no sucumbir ante las infecciones, gripes o resfríos comunes, habituales de este periodo.
La nutricionista Daniela Pincheira, magister en Gestión de Servicios de Alimentación y Nutrición, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso, señala que el sistema inmunitario intestinal constituye la parte más extensa y compleja del sistema inmunitario. Recibe diariamente una enorme carga antigénica y es capaz de distinguir entre patógenos invasivos y antígenos inocuos procedentes de los alimentos y de bacterias comensales.
"El intestino posee mecanismos de defensa que limitan el acceso de sustancias nocivas al organismo. Esta barrera intestinal está integrada por diversos elementos como enzimas digestivas pancreáticas, el epitelio intestinal y las bacterias que constituyen la flora intestinal. Así, algunos nutrientes se han ido postulando como moduladores de los componentes celulares de nuestro organismo, como son los probióticos y prebióticos, vitaminas, minerales, compuestos bioactivos y, por supuesto, el agua", sostiene.
Asegurar el aporte de esos nutrientes y compuestos en la alimentación habitual o puntual -continúa la académica- podría traer resultados positivos, ya sea en forma de alimentación convencional o como suplemento alimenticio.
Ácido ascórbico
Para la nutricionista, la vitamina C (ácido ascórbico) es un micronutriente al que tradicionalmente se le ha reconocido un poder ante infecciones agudas y resfriados comunes y cuya efectividad sobre el sistema inmunitario ha sido estudiada.
"Está presente en frutas y verduras, podría tener efecto sobre el sistema inmune innato y adaptativo, ya que parece influir en las respuestas inmunes tanto celulares como humorales. Podría interferir con la síntesis de citoquinas proinflamatorias y desempeñar un papel muy importante en el mantenimiento de la integridad del tejido y en la formación de la piel y barreras epiteliales y endoteliales".
Daniela Pincheira agrega que debido a la actividad antioxidante de la vitamina C, desde el punto de vista químico frecuentemente se la ha relacionado con situaciones en las que la oxidación tiene un papel importante, a veces unido al detrimento del sistema inmunitario, como es el caso del estrés oxidativo después del ejercicio físico.
Efectos en infecciones
La académica continúa diciendo que dado el poder antioxidante de la vitamina C, se ha sugerido que la suplementación con este micronutriente produce una mejora en el sistema inmune y como consecuencia una menor incidencia de las infecciones, especialmente del tracto respiratorio superior.
"El ácido L-ascórbico es esencial para la biosíntesis de colágeno. El cuerpo necesita vitamina C para las funciones fisiológicas normales. Le ayuda en la síntesis y el metabolismo de la tirosina, el ácido fólico y el triptófano, la hidroxilación de glicina, prolina, lisina, carnitina y catecolaminas. También aumenta la absorción de hierro en el intestino. Como antioxidante, protege al cuerpo de diversos efectos perjudiciales como los radicales libres, los contaminantes y las toxinas, lo cual supone un papel importante para el sistema inmunitario", advierte.
La fibra dietética
La fibra dietética es un componente esencial de la dieta y se divide en fibra dietética soluble y fibra dietética insoluble. Esta última está constituida por los sustratos que ingresan en el tracto digestivo y que mantienen y estimulan el crecimiento de la microflora intestinal, lo cual podría determinar la función y modulación del sistema inmunitario del individuo.
Tal como lo explica la nutricionista, entre las fibras dietéticas con dicho potencial destacan los beta-glucanos (polisacáridos que forman parte de la fibra dietética, principalmente presente en cereales, hongos y levaduras) y se diferencian, dentro de este tipo de fibras, los polisacáridos de alto y de bajo peso molecular, ya que el efecto sobre el sistema inmune dependerá del tipo de fuente de la que proceda la fibra, su grado de solubilidad y otros factores.
"Las combinaciones de varios agentes naturales potencialmente inmunomoduladores son cada vez más populares. La característica más común de estas mezclas es un tipo de beta-glucano, que tiene una fuerte sinergia con la vitamina C, probablemente debido a que la vitamina C estimula los mismos tipos de respuestas inmunes que el beta glucano", explica.
La miel
Con respecto a este alimento, la profesora Pincheira adelanta que numerosos estudios han demostrado que las mieles más oscuras tendrían mayor poder antioxidante por ser más ricas en compuestos fenólicos como flavonoides y taninos.
"Cabe destacar, que la miel tiene una actividad antiinflamatoria directa, ya que la disminución de la inflamación no solo se debe a un efecto secundario de la actividad antibacteriana de la miel en la eliminación de bacterias que causan la inflamación. Esta actividad antiinflamatoria está bien documentada, incluye varios mecanismos, entre los cuales se encuentran la inhibición del complemento, la infiltración de leucocitos, la producción de citoquinas inflamatorias e inhibición de la producción de óxido nítrico y fagocitosis por los macrófagos", afirma la nutricionista.