"Los padres deben permitir que sus hijos vayan tomando ciertas decisiones"
EDUCACIÓN. Patricia González, investigadora y asesora del programa Paz Educa, de la Fundación Paz Ciudadana, explica cómo los padres y colegios pueden apoyar el proceso de construcción de identidad e independencia propio de la adolescencia.
Si hay algo que caracteriza a la adolescencia es que al conllevar una serie de cambios en todo sentido, genera que los jóvenes quieran pasar ciertos límites y ser más libres para desenvolverse en el mundo, ser dueños de su vida.
Lo anterior puede ser muy complejo para los padres cuando se sienten a prueba frente a sus hijos, quienes ya no son niños ni adultos. No obstante, tienen la responsabilidad de mantenerse estoicos para acompañar durante esta etapa, plantea la psicóloga educacional Patricia González, investigadora y asesora del programa "Paz Educa" de la Fundación Paz Ciudadana.
La experta recalca que "los padres deben estar conscientes de que si bien durante la adolescencia hay que propiciar una mayor autonomía de y apoyarlos a que realicen nuevas actividades, los límites deben estar marcados por la familia, porque cuando hablamos de dar autonomía no es perder el control parental".
- ¿Cómo encontrar equilibrio entre entregar mayor autonomía y mantener los límites?
- Los padres deben permitir que sus hijos vayan tomando ciertas decisiones y ojalá sea algo que hagan desde la niñez paulatinamente, para llegar de golpe a hacerlo en la adolescencia. Debe existir un balance entre las decisiones y límites familiares que se marcan como la propia crianza y las decisiones que puede ir tomando el adolescente.
- ¿En qué momento es más conveniente que los padres dejen de tener este control?
- Depende del desarrollo personal individual de los hijos. La capacidad de ser independiente se logra en unos antes que otros. Si el joven fue muy dependiente de los padres toda su época escolar, es difícil que logre la independencia de inmediato al entrar a la universidad. Por eso, es fundamental conocer a los hijos, pero lo que sí se espera es que, al terminar el colegio, logren una mayor autorregulación, porque en la educación superior o el trabajo el sistema no es tan regulado como el escolar y, al mismo tiempo, deben asumir más responsabilidades.
Estar siempre
Una consigna que debe guiar el rol parental es "siempre presentes y atentos", lo que, al permitir un completo conocimiento de los hijos para apoyarlos y orientarlos, también contribuye a guiarlos frente a los peligros que supone la adolescencia. Como proceso de transición, la adolescencia pone a los jóvenes en una situación de querer explorar en la búsqueda de una identidad que están consolidando. Acceso a drogas, la sexualidad, los problemas de la esfera emocional y psicológica, de cara a la definición del proyecto de vida, son peligros del mundo adolescente y en los que los padres son factores protectores clave.
"Los niños están muy centrados en el ambiente del hogar, pero los adolescentes comienzan a conocer pares, se integran a otros grupos, van a nuevos sitios, sienten que todo lo que suceda está bajo su control y que no hay mayores riesgos", detalla la investigadora de Paz Ciudadana.
- ¿Cómo debe actuar la familia en tanto factor protector?
- Además de estar presentes y alerta, hay que plantear los temas, riesgos que existen y exponer las reglas de la familia; por ejemplo, en cuanto al consumo de drogas. Se ha observado que si la familia tiene una percepción más positiva o no hay límites claros, impactará en el inicio más temprano del consumo en los jóvenes. Es importante acercarse desde el diálogo reflexivo.
- ¿Qué pasa si la familia, por el motivo que sea, está ausente?
-Características individuales, del grupo de pares, familiares, escolares y de la comunidad en que vive pueden ser protectores o de riesgo para un desarrollo saludable. Si una de estas áreas no provee al joven las condiciones, necesariamente debe ser compensado por las otras. Y aunque son todas importantes, lo más relevante para los adolescentes es lo familiar y escolar.
- ¿Qué debe hacer la escuela?
- Lo esencial es estar conscientes del rol que tienen en la formación de los jóvenes, independiente de si su familia, barrio o pares tengan elementos más riesgosos. Para la prevención y para encausar la definición del proyecto de vida y consolidación de la identidad, la escuela debería potenciar que los jóvenes desarrollen sus habilidades. Deben incorporar la formación personal y orientación en aspectos vocacionales, dar a los adolescentes herramientas y espacios para que den ideas y lideren proyectos, para que sientan que pueden aportar y que son parte de una comunidad, ya que pertenecer a un grupo potencia a los jóvenes. También deben ir generando actividades extraprogramáticas según sus intereses; está descrito en investigación y literatura que la participación en actividades extraescolares, como deportivas o artísticas, favorece el desarrollo y es un factor protector de los adolescentes.
- ¿A qué señales deben estar alerta padres y profesores?
- Las principales señales que pueden dar los jóvenes son emocionales y de comportamiento, como la sintomatología depresiva. Hay que estar muy atentos a si hay cambios, sobre todo en aquellos adolescentes que tienden a ser muy introvertidos y muy aislados, así como a los que tienden a romper las reglas. Otro elemento es el grupo de pares al que pertenece el joven, porque tiene gran influencia en esta etapa y los padres deben conocerlos directamente.
-¿Pueden existir diferencias de comportamiento en el hogar y en los colegios?
-Puede pasar y por eso es tan importante la comunicación. Si en la casa o en el colegio hay algo que preocupa a padres o profesores, es necesario buscar una alianza para trabajar; si se ve una señal de alerta, dilucidarla en conjunto y ver desde dónde o cómo se puede aportar.
"Los padres deben permitir que sus hijos vayan tomando ciertas decisiones y ojalá sea algo que hagan desde la niñez paulatinamente, para no tener que llegar de golpe a hacerlo en la adolescencia""
"Hay que plantear los riesgos que existen y exponer las reglas, por ejemplo, sobre consumo de drogas. Si la familia no tiene límites claros sobre ello, impactará en un inicio más temprano de consumo en los jóvenes""
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