Flor Arbulú

Acercar los pueblos originarios a los niños fue la principal motivación de las hermanas Natacha y Lea Valenzuela para embarcarse por primera vez en la aventura de hacer un cortometraje. Así nació "El juego de las habas" -mismo nombre de un tradicional juego mapuche-, que relata la historia de cinco amigos de distintas etnias que recorren el cono sur de Latinoamérica.

Dos años demoraron en llevar a cabo el proyecto financiado por un Fondo Audiovisual, convocatoria 2016, que fue estrenado el pasado 2 de mayo en Viña del Mar, para luego ser exhibido en Papudo por invitación del municipio.

"Fue un proceso extremadamente largo porque todo el mundo trabaja en otras cosas", comenta Natacha, quien es la guionista y directora del cortometraje -mientras su hermana se encargó del diseño de personajes, en base al trabajo de muñecos de la Colección Orígenes, de su propiedad -, detallando que además al ser la primera vez que se embarcaban en un corto "había inexperiencia. Fue como ir aprendiendo mientras lo hacíamos, conformando bien los equipos".

Para ello, relata la realizadora, "trabajamos con un montón de gente de Santiago, de Valparaíso y hartos estudiantes de la Arco también, y fue como un rompecabezas, porque la animación no es como salir a rodar no más".

Esto, centrado sobre todo con la técnica que decidieron utilizar, que es la de cuadro por cuadro, algo así como lo que hacía Walt Disney para sus primeras películas, dibujando cada una de las escenas. "Es bastante largo y no todo el mundo lo hace. La gente prefiere el 3D, que también tiene su complejidad, pero a mí me gusta el cuadro a cuadro", detalla Natacha Valenzuela.

Y añade: "Quedamos súper contentas con el resultado, quedó bien bonito y bueno, esperando que pueda seguir mostrándose".

Próximos pasos

El trabajo ha tenido otros frutos también, pues la semana pasada se les confirmó que "El juego de las habas" será parte de la Selección Oficial No Competitiva Latinoamericanos del Festival de Cine de Animación Latinoamericano (ver recuadro), sumándose así a otros seis títulos que representarán a Chile en diversas categorías (ver recuadro infográfico).

"La verdad es que yo estaba apurada por estrenarla para ver si alcanzaba a mandarla a algunos festivales", comenta la directora, contando que están "súper contentas, porque en realidad van de muchos países, lo que me va a permitir darle harta visibilidad al corto, y para nosotros es importante".

También ya postularon al Festival Ojo de Pescado, el cual todavía no confirma a sus seleccionados, aunque Natacha Valenzuela asegura que "tengo expectativas que nos va a ir bien también ahí".

Pero no es lo único, pues también mandaron un proyecto al Consejo Nacional de Televisión (CNTV) para convertir el cortometraje en una serie infantil.

"También fue por esto que lo mandamos a festivales, para darle visibilidad, porque los cortometrajes tienen un circuito súper chico. O sea, son pocas las opciones de verlo y nuestra idea, precisamente, es poder llegar a los niños, poder acercarlos a los pueblos originarios", asegura la realizadora, que también es periodista.

Según su diagnóstico, en los colegios se enseña lo básico de los pueblos originarios, pero desde una perspectiva adulta. "No te muestran que también había niños, que los niños jugaban, que tenían todo un mundo, y entonces esa era una manera de lograr empatía en los escolares", comenta Valenzuela, quien afirma que "para nosotros haber quedado en el Anima, partiendo, estuvo súper bien. Ahora hay que seguir mandándolo, esa es como la otra pega que viene ahora".

Seguir en animación

Natacha Valenzuela, quien ya ha publicado dos libros para niños ("Lican y el juego de las habas" y "Mila y la flor"), reconoce que tras todo el trabajo para sacar adelante el proyecto quedó "cansada", no desestima seguir trabajando en el ámbito de la animación, "en la medida que se pueda".

"A mí me gusta harto, lo encuentro súper bonito. Además, me gusta mucho el mundo infantil y a mi hermana igual", acota, sobre todo porque encuentra que el tema de la animación ha crecido bastante en Chile, no sólo de la mano de la oscarizada "Historia de un oso".

"El otro día tuve la suerte de conocer a uno de los socios de Zumbastico, que es una productora nacional que hace 'Puerto de papel' y a ésta le ha ido súper bien, ya va en la tercera temporada y lo han vendido a otros países", comenta.

Desde su perspectiva, esto "está bien", no sólo porque genera industria y trabajo en el ámbito, sino también porque crea una identidad local. "Casi todas las series que nos llegan son extranjeras y tienen que ver con un lenguaje y una cultura que no es la nuestra y es la que finalmente los niños empiezan a adoptar", afirma y finaliza: "Entonces, qué rico que de pronto se puedan generar cosas chilenas para no perder un poco nuestra cultura, para que los niños también puedan mirar hacia adentro".

"Los cortometrajes tienen un circuito súper chico. O sea, son pocas las opciones de verlo y nuestra idea, precisamente, es poder llegar a los niños, poder acercarlos a los pueblos originarios"

Natacha Valenzuela, Directora del cortometraje"

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Sería mezquino verlo como una biografía polémica. Es la historia de un hombre que efectivamente le ganó a la vida"

mAuricio Jürgensen, por el libro "Yo soy Américo"