Durante la primera Cuenta Pública de su segundo mandato, el Presidente Sebastián Piñera anunció la creación de la especialidad médica en Atención Primaria de Salud (APS) con el propósito de fortalecer esa área. Su propuesta, sin embargo, no representa novedad alguna, ya que este programa -bajo el nombre de Medicina Familiar- existe y es impartido desde 1996 por la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, plantel que desde entonces ha formado a 68 especialistas en este campo, a los que se suman graduados de otras ocho universidades del país que también dictan esta disciplina.
Los médicos de esta área, la mayor parte de los cuales trabaja en el sistema público de salud, se destacan por brindar una atención integral y resolutiva, continua en el tiempo, con mirada sistémica que aporta a mejorar la calidad de la salud de personas, familias y comunidades.
Por ello, nos preocupan profundamente las omisiones de la Cuenta Pública a este respecto y también las declaraciones emitidas con posterioridad por el Primer Mandatario a algunos medios, por cuanto en ellas se desconocen más de dos décadas de trabajo mancomunado para la construcción colectiva de la APS en Chile.
El fortalecimiento de la Atención Primaria de Salud en sus aspectos promocionales, preventivos, recuperativos y de rehabilitación ha sido una ardua tarea en la que han intervenido distintos actores sociales, cada uno en su tiempo y en su rol histórico: gobierno, ministerio de salud, servicios de salud, municipios, universidades y centros de salud familiar. Cada una de estas instancias ha dado lo mejor de sí para construir la salud primaria que tenemos, la que si bien enfrenta siempre desafíos y necesidad de mejoras, también aporta de manera significativa a los buenos indicadores de salud que registra nuestro país.
Por este motivo y en concordancia con lo expresado recientemente por la Sociedad Chilena de Medicina Familiar, como especialistas en la materia nos parece necesario solicitar al Ejecutivo que, en forma pública, valore de mejor manera el rol de los médicos familiares. Asimismo, manifestamos nuestra disposición a ser referentes técnicos en la implementación de políticas públicas que refuercen la Atención Primaria de Salud y el Modelo de Atención Integral, con enfoque familiar y comunitario.
En paralelo, valoramos el fortalecimiento de la atención primaria y la medicina familiar que impulsa el Ministerio de Salud y nos ponemos a disposición de éste y de todas las instancias que correspondan para fortalecer ambas áreas, a fin de mejorar la salud de las personas.
En definitiva, hacemos un llamado al actual Gobierno a mantener el Modelo de Atención Integral con enfoque familiar y comunitario, holístico e inclusivo, el que debido a la persistente lucha por mantener el modelo biomédico, no ha sido implementado a cabalidad.
La Medicina Familiar es un real aporte para mejorar la resolución de los problemas de las personas.
Dra. Carolina Reyes Bahamonde
Jefa Programa de Especialidad en Medicina Familiar, UV