Lo ocurrido en el Consejo Regional, el lunes recién pasado, no debe ser visto como una sesión más o la simple aprobación de una cartera de proyectos -por muy millonaria que sea- que permitirá mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región, que por cierto es muy importante y trascendental. Lo que pasó realmente en esa reunión del pleno fue, en primer lugar, la conclusión de un intenso trabajo transversal en la búsqueda de acuerdos y voluntades que, de concretarse éstos, tendrán como único ganador al ciudadano, al habitante de la región que busca un mejor vivir. Y, en segundo lugar, quizás el inicio de una política de verdad descentralizadora, en donde las iniciativas sectoriales se debaten y deciden en la región y no en una oficina ubicada en Santiago.
La cifra es elocuente: un billón 600 mil millones de pesos en proyectos de continuidad, como los hospitales de Viña del Mar y Marga Marga; más otros nuevos, como el centro regional para el cáncer o el puente Lo Gallardo en San Antonio, por solo nombrar algunos, que gracias a la labor de los consejeros regionales lograron ser incluidos en las distintas partidas que ahora deberán ser discutidas -y peleadas- en la Ley de Presupuesto 2019.
En este sentido, el intendente Jorge Martínez, gran promotor de la descentralización del país, destacó que el trabajo efectuado por el Core es un avance en el empoderamiento de los gobiernos locales y, agregó, que "nos estamos acercando al minuto que vamos a tener mucho más autonomía y responsabilidad en todos los planos".
Similar opinión tuvo, tras la sesión, el presidente del Consejo Regional, Percy Marín, quien subrayó que "por primera vez pudimos aprobar un ARI (Anteproyecto Regional de Inversión) con efecto vinculante... y pudimos mejorarlo".
Así, insistimos, la región se transforma en la verdadera protagonista de sus decisiones y que éstas ya no emanan desde una oficina en La Moneda. El ejercicio logrado en estas semanas de trabajo entre el Ejecutivo, los secretarios regionales ministeriales y los consejeros debe ahora continuar a nivel parlamentario para que el plan de inversión propuesto logre su aprobación definitiva.
Una tarea nada de fácil, pero en donde los senadores y diputados de la región deberán demostrar sus capacidades de negociación y, por sobre todo, las aptitudes para aunar criterios y fuerza común para así enfrentar unidos esta misión y que además se mantenga a la región como la verdadera protagonista y alejada de individualismos que solo busquen adjudicarse triunfos que están muy lejos de lo que el ciudadano quiere o necesita.