Una nueva protesta multitudinaria se inició ayer en Nicaragua en contra del Presidente Daniel Ortega, pese al llamado que este hizo a sus seguidores a mantener activos "mecanismos de autodefensa" para evitar un "golpe de Estado" en su contra.

Miles de nicaragüenses iniciaron una marcha en una de las principales vías del este de la capital Managua para exigir la renuncia de Ortega, a quien responsabilizan de la muerte de entre 277 y 351 personas en las reiteradas manifestaciones contra su Gobierno, las que inciaron el pasado 18 de abril tras fallidas reformas a la seguridad social.

"¡Pueblo, únete!", "¡El pueblo unido jamás será vencido!" y "¡Libertad para los presos políticos!", estaban entre las consignas gritadas por los manifestantes "autoconvocados".

Los participantes de la marcha también llevaban pancartas con las leyendas de "Solo el pueblo salva al pueblo", "No eran delincuentes, eran estudiantes", así como carteles con los rostros de distintas víctimas.

Esta nueva protesta se da a pesar de que, hace tres días, en la celebración del aniversario 39° de la revolución de Nicaragua, el Presidente, quien lleva once años en el poder y enfrenta acusaciones de abuso y corrupción, instó a sus seguidores a defender a su Gobierno.

Ortega llamó a sus simpatizantes a mantenerse "sin bajar la guardia, a seguir defendiendo nuestros derechos, nuestras decisiones", a pesar de que su Gobierno es acusado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) de "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país".

Las autoridades de Nicaragua han negado reiteradamente estas afirmaciones.

Por otro lado, ayer la Policía de Nicaragua expulsó del portón de una de sus sedes a decenas de madres que preguntaban por sus hijos, quienes fueron arrestados o desaparecieron durante manifestaciones contra el Presidente del país centroamericano.

Al menos una treintena de madres fueron acechadas y expulsadas por cientos de agentes que las rodearon, desde la madrugada de ayer, frente a las oficinas policiales conocidas como "El Chipote", donde se encuentran cárceles de tortura, según distintos organismos humanitarios.

"Policías y grupos de choque comenzaron a ir al 'Chipote' en patrullas, entonces las madres y familiares comenzaron a evacuar a pie, para evitar que les hicieran daño", confirmó a la agencia de noticias Efe la líder opositora Ana Margarita Vigil.

Las madres inicialmente fueron apoyadas por un grupo de personas que las trasladaron a un lugar seguro, pero inmediatamente la Policía obstruyó el paso a la ayuda, según explicó Vigil.

Al final las últimas madres que quedaron rodeadas, cuya cantidad no fue especificada, salieron a pie de la zona "militarizada", según la fuente.

"El colmo de la crueldad, la Policía está expulsando a las madres que ruegan por sus familiares en 'El Chipote'", señaló el ex comandante de la revolución nicaragüense, ex ministro de Economía y disidente sandinista, Luis Carrión, a través de sus redes sociales.

Las madres y familiares de los detenidos ahora se encuentran refugiadas en la catedral metropolitana de Managua, en el centro de la ciudad, a pocos minutos de "El Chipote".

La calle que daba a la cárcel se mantenía ocupada de manera constante desde abril pasado, por madres y familiares que preguntaban por sus hijos, o les llevaban alimentos una vez que sabían que estaban arrestados.

Debido a la casi nula información sobre los capturados, un promedio de entre 40 madres permanecían frente a "El Chipote" cada día, para saber de sus hijos. En el lugar confluían familiares de reos, asesores legales, defensores de derechos humanos, médicos, así como personas que brindaban alimentos y ofrecían colchones para que las mujeres no durmieran sobre el asfalto.

La directora Jurídica de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Karla Sequeira, pidió al Gobierno "que deje esta forma de intimidación contra los familiares que únicamente piden la libertad de los detenidos, ellos no están protestando, están pidiendo por sus hijos".

España: el PP se renueva y elige a Pablo Casado como sucesor de Mariano Rajoy

El Partido Popular (PP) de España eligió ayer como presidente a Pablo Casado, un político de 37 años sin experiencia de Gobierno, pero de trayectoria ascendente y con ambición para competir y asumir el reto de ganar las próximas elecciones generales y gobernar.

Casado obtuvo el 57% de las preferencias del congreso extraordinario del pacto para derrotar así a la otra aspirante, la ex vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría (mano derecha de Mariano Rajoy en el Ejecutivo español durante seis años y medio), candidatura que era considerada de "continuidad" en la dirección del PP.

Finalmente, el nuevo presidente del PP obtuvo el apoyo de 1.701 militantes frente a los 1.250 de Santamaría.

El nuevo líder de la centroderecha española sucede a Rajoy, quien decidió dejar la presidencia del PP y la política tras ser desalojado del Gobierno el 1 de junio pasado, cuando perdió una moción de censura parlamentaria presentada por el socialista Pedro Sánchez, a causa de un escándalo de corrupción en el partido.

El PP cerró así el ciclo de Rajoy, presidente del conglomerado desde 2004 y del Gobierno entre 2011 y 2018, y que se ha mantenido neutral en este proceso.

Por otro lado, también resultó ganadora la lista de nombres propuesta por Casado para elegir los vocales de la Junta Directiva Nacional, con 1.689 votos, frente a los 1.251 obtenidos por la candidatura de Santamaría.

Renovación

Casado pertenece a una nueva generación de dirigentes políticos españoles. Era hasta ahora el responsable de las vocerías del PP y se define como un "conservador liberal".

En lo que algunos entienden como un "giro a la derecha", ha prometido un partido "más fuerte y unido" y mantiene un discurso a favor de la vida, la familia, la dignidad de las víctimas del terrorismo de ETA y la "firmeza" contra el desafío independentista catalán.

Su reto será revitalizar el partido, sacudirlo del lastre de la corrupción, prepararlo para las elecciones municipales y regionales de 2019 y, sobre todo, ganar las próximas generales, probablemente en 2020, para que el PP salga de la oposición y vuelva a gobernar España.

En este sentido, anunció que pretende integrar al equipo de la otra candidata en la nueva dirección de la tienda. "Ahora hay que integrar y hay que trabajar juntos. Y yo lo voy a hacer", replicó Soraya Sáenz, por su parte.

En los últimos tiempos, Casado, quien tuvo que enfrentar cuestionamientos respecto a la obtención de sus títulos académicos, aparecía ya como un valor emergente del PP, lo que confirmó el 5 de julio pasado, cuando fue el segundo candidato preferido por los militantes en una votación previa, por detrás de Santamaría.