El Decano respira aliviado tras un triunfo en la despedida de Villarroel
FÚTBOL. Santiago Wanderers frenó al líder Coquimbo Unido en el último duelo del ídolo caturro en la banca de los verdes. El exvolante se retiró de la cancha entre lágrimas y ovacionado.
Había sido una semana compleja para Santiago Wanderers. Y es que ad portas del choque de ayer con Coquimbo Unido en Playa Ancha se había ratificado la salida del técnico Moisés Villarroel, lugar que a partir de mañana será ocupado por Miguel Ramírez.
Por eso para el plantel caturro el partido ante el líder de la Primera B se jugaba con una carga anímica y emotiva importante. Más allá de la relevancia de sumar para escapar del fondo de la tabla, los jugadores buscaban despedirse de su ahora exentrenador dejando una buena imagen en el estadio Elías Figueroa.
Y así fue: los porteños se impusieron por 2-0 y tomaron un enorme tanque de oxígeno previo al arribo de Ramírez.
Mostrando una buena amplitud de cancha, el Decano inquietó siempre por las bandas, pero sin mucha precisión ni profundidad. Sin embargo, más allá del ímpetu, el partido ofrecía bien poco y a ratos carecía de dinámica.
Hasta que vino el quiebre. A los 22', Rafael Viotti sacó un zurdazo que se estrelló en el travesaño, y en el rebote Luis Valenzuela marcó el 1-0. Fue el destape de una olla a presión, y la liberación de todo un plantel que celebró el gol fundiéndose en un emotivo abrazo con Villarroel.
Un par de minutos después vino el segundo. En un contragolpe fulminante, Viotti sorprendió con un remate desde casi la mitad de cancha para decretar el 2-0. Corriendo a toda velocidad, el argentino le dedicó el tanto al cesado entrenador de los verdes, y prácticamente todo el equipo se unió en un nuevo abrazo. Una muestra del vínculo y el compromiso forjado con Villarroel.
Sobre el cierre del primer tiempo, en una pelota dividida, Rodrigo Holgado le entró fuerte al golero Mauricio Viana, quien terminó con cortes en la cabeza, pómulo y nariz. Ensangrentado y fuera de sí, el meta caturro fue en busca del infractor, y tuvo que ser contenido por varios compañeros para evitar una pelea de proporciones. Al final, el juez Nicolás Gamboa optó por expulsar al ariete pirata.
Ya en el segundo lapso, el duelo bajó en intensidad, pero mientras Wanderers desperdiciaba el tercer tanto una y otra vez, Coquimbo también estuvo cerca de descontar, sobre todo a través de un disparo de Lucas Martínez que dio en el poste.
Al final, la hinchada del Decano se despidió cantándole a su ídolo, al son de "Juguen como el 'Villa', con el alma, con la vida". El exvolante se retiró de la cancha con los brazos en alto y con lágrimas entre los ojos, quizá ilusionado con una revancha, más preparado, más maduro.
puntos sumó Santiago Wanderers tras la victoria, resultado que le permitió, al menos momentáneamente, salir del último lugar. 17