La maravilla de la vida es que cada cierto tiempo nos sorprende y a veces lo que creemos serán solo dificultades y carencia de convergencias, se transforman en anuncios que cambian el estado de ánimo y nos regalan la posibilidad de renovar esperanzas. Eso es lo que ha ocurrido en Valparaíso en los últimos días. Novedades, noticias y encuentros que dan la sensación que los vientos que soplan traen energía positiva que hay que destacar.

Los círculos virtuosos hay que animarlos y procurar que se mantengan en el tiempo, y para que no se disipen, hay que actuar con visión política, solvencia técnica, incorporación de las comunidades involucradas en la manera de tomar decisiones y aplicar una dosis profunda de sensatez y sentido común.

Es importante la voluntad para intercambiar ideas cuando se requiere resolver un problema. Manifestar una posición no desmerece a nadie, pero manifestarla y luego evitar el diálogo, puede evidenciar una falta de interés en lo común y lo que buscamos para nuestras ciudades. Conversar sobre la diferencia buscando puntos de acuerdo es lo que logra hacer crecer la República, pues cuando ella crece, aunque sea por medio de pequeños gestos y acciones, crece nuestra identidad y cohesión social. Ese ha sido además uno de los objetivos de Metropolítica, exponiendo periódicamente a través de propuestas, libros y columnas de opinión nuestra visión en materia urbana.

Por lo anterior es que creemos que los vientos de acuerdo que soplan en Valparaíso en torno a los ajustes de los planos reguladores, la recuperación de barrios, el cuidado medioambiental de los grandes proyectos y el privilegio del espacio público costero, se expandan por la Avenida España hacia el norte y crucen el límite hacia Viña del Mar, para buscar una solución a otro problema metropolitano instalado en el centro de la ciudad. El Estero de Viña del Mar, lo cierto, es que no resiste análisis. Debe ser, probablemente, junto al drama eterno de los campamentos y lo creciente de la congestión, de las temáticas urbanas que más ocupan a sus habitantes y residentes.

Se nos informa en estos días que nuestras ciudades acogerán la cumbre de Ministros de Comercio APEC 2019. Estupenda vitrina para un foro de importante presencia internacional y buena opción para posicionar a nuestra región como un destino de intereses especiales, de congresos y eventos internacionales. El borde costero y el Estero de Viña del Mar son una puerta de entrada visual relevante y un regulador ambiental de primer orden para la ciudad.

¿Cómo no ver su recuperación, en una conexión que se vincule con el ecosistema y ofrecer una canalización que combine una correcta administración de sus aguas, la generación de espacios públicos - quizás inundables -, la generación de equipamiento urbano y de diseño que asegure estar conectado con los diversos barrios como Miraflores, Chorrillos, Forestal, Viña Oriente, la Población Vergara y el centro histórico?

¿Por qué no diseñar una solución que incluya un vínculo con el Mercado Municipal y con la tradicional feria de frutas y verduras, para darle potencia comercial, presencia de nivel lo más permanente posible como un atractivo para los visitantes, pero como una alternativa de provisión cotidiana de las comunidades locales?

¿Cuán útil podría ser generar alternativas de desplazamiento generando un corredor que vaya desde el centro de la ciudad para generar acceso hasta el Jardín Botánico Nacional y El Olivar, en bicicletas o algún tipo de transporte liviano que opere en meses no lluviosos y que contribuya a disminuir congestión, formulando alternativas? ¿Habrá creatividad para buscar soluciones?

La situación en que queda el Estero luego de cada lluvia, la apariencia que entrega una caja ambiental tan relevante que cruza la ciudad, llena de autos y transformada en un estacionamiento gigante que levanta polvareda hacia sus zonas aledañas, contribuye poco… y el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos.

Hay músculo técnico, creatividad de sobra, viejas ideas que referir, nuevas ideas que recibir, y creemos que los tomadores de decisión en la ciudad, en la región y también quienes pueden intervenir a nivel central, saben que este es un tema que genera consenso en su identificación y que el esfuerzo para llegar a un acuerdo de fondo y buscar recursos, no es algo que esté precisamente lejos y que lo que se requiere es comenzar de una vez. Que lleguen los buenos vientos de Valparaíso y que se abra el necesario debate, hacia la proposición y el consenso.

*Integrantes Corporación Metropolítica

*Gonzalo Cowley / Alberto Texido