Matías Jullian V. / Agencias
El Presidente estadounidense, Donald Trump, ha golpeado la debilitada economía turca al anunciar una subida arancelaria del 50% al acero y del 20% al aluminio, lo que ahondó la crisis financiera de Ankara y desató una crisis bursátil que afectó, entre otros mercados, a Chile.
"Acabo de autorizar que se doblen los aranceles sobre el acero y el aluminio de Turquía, ya que su moneda se deprecia rápidamente hacia abajo contra nuestro fuerte dólar", señaló Trump en Twitter, y añadió: "¡Nuestras relaciones con Turquía no son buenas en este momento!".
La Casa Blanca emitió un comunicado poco después en el que detalló que Trump ha dado luz verde "a la preparación de documentos para incrementar aranceles a las importaciones de acero y aluminio procedente de Turquía".
Mientras, el Gobierno turco mantenía ayer una aparente actitud despreocupada, al limitarse a señalar que ganarán la "guerra económica" y sin plantear más medidas económicas que encomendarse, literalmente, a Dios.
"Ellos tienen sus dólares, nosotros tenemos nuestro pueblo, nuestra verdad y nuestro dios", dijo el Presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, en un discurso previo al anuncio de Trump.
Erdogan ha usado un tono muy patriótico y nada técnico, en el que ha pedido a los turcos que cambien por liras -que ayer alcanzó su valor más bajo en 13 años- sus otras divisas o el oro que tengan "bajo el colchón", para fortalecer así la moneda nacional, una solicitud que ya ha reiterado desde 2016 y especialmente las últimas semanas, sin apenas eco.
El histórico desplome de la moneda de Turquía desató una crisis en los mercados globales emergentes, como el chileno, que cerró su peor semana en cinco meses: el índice IPSA, que agrupa a las acciones líderes de la plaza bursátil, cedió un 0,66% en la sesión, a 5.259,29 puntos.
Más temprano, el indicador tocó las 5.222,43 unidades, su nivel intradía más bajo del año, y en la semana, el referencial acumuló una caída del 2,7%, en su mayor descenso semanal desde inicios de marzo.
Ante esto, el titular de Hacienda, Felipe Larraín, señaló que "los ministros del área económica estamos monitoreando lo que está pasando en los mercados internacionales".
"Ciertamente nos preocupa", agregó, indicando "este es un tema que respecto del conflicto mismo no hay mucho que podamos hacer". En ese sentido, el secretario de Estado explicó que "nosotros podemos hacer un llamado a que prime la racionalidad, el diálogo, a que la cordura se imponga, pero al final la decisión está en las dos grandes potencias de la economía mundial, EE.UU. y China". Para Larraín, una eventual tregua entre los dos gigantes no es previsible por ahora, sin embargo declaró que "ojalá que esto se resolviera como se resolvió con la Unión Europea, pero no hay garantía de que eso ocurra". "Tenemos riesgos y es por eso que estamos permanentemente mirando lo que pasa, monitoreando y manteniendo nuestro trabajo acá adentro", enfatizó el jefe de la billetera fiscal chilena.
Esto también tuvo efecto en las acciones de Estados Unidos y Europa. Ante la incertidumbre por la inestabilidad económica de Turquía y la manera en que afectaría al sistema financiero mundial, los inversionistas vendieron acciones y compraron dólares estadounidenses y bonos del Gobierno.
Eso hundió aún más el rendimiento de los bonos, lo que afecta a los bancos de Estados Unidos al reducir las tasas hipotecarias y otros préstamos. JPMorgan Chase perdió 1%.
El dólar también subió frente a otras monedas ante el desplome de la lira turca.
Los exportadores más grandes, como los del sector tecnológico, materias primas y compañías industriales descendieron.
El índice Standard & Poor's 500 bajó 20 unidades (0,7% ) a 2.833, mientras que el promedio industrial Dow Jones perdió 196 puntos (0,8% ), para ubicarse en 25.313, y el Nasdaq cayó 52 (0,7%), para cerrar en 7.839, y los precios de los bonos subieron. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años bajó a 2,87%.
Plan de estabilización
Tras la crisis desatada en Turquía, el ministro de Economía, Berat Albayrak, presentó ante un grupo de empresarios el "nuevo plan económico" de estabilización. Allí prometió "fundamentos sólidos", pero sin dar ni cifras ni datos sobre cómo estabilizar la moneda o reducir la inflación, que por primera vez en una década se sitúa en el 15% interanual. Según declaraciones a Efe del catedrático de Economía Ahmet Öncü, Ankara "no ha cumplido con la expectativa de los mercados de anunciar las medidas urgentes que se necesitan ahora mismo".
"Ellos tienen sus dólares, nosotros tenemos nuestro pueblo, nuestra verdad y nuestro Dios"
Recep Tayyip Erdogan, Presidente de Turquía"