CONSTRUYENDO COMUNIDADES AMIGABLES CON LA DEMENCIA
ADMINISTRACIÓN. El rol de las organizaciones de servicios.
La Organización Mundial de la Salud (2017) ha declarado a la demencia una prioridad global de salud pública. Se estima que, en 2050, más de 150 millones de personas alrededor del mundo padecerán esta condición que afecta el correcto funcionamiento del cerebro. Si bien existen varias formas de demencia, las más comunes son aquellas causadas por la enfermedad de Alzheimer o por enfermedades cerebrovasculares, concentrándose la mayoría de los casos en adultos mayores.
Actividades cotidianas
Resultados de estudios recientes sugieren que las personas con demencia, contando con el debido apoyo, pueden seguir realizando sus actividades cotidianas sin mayores inconvenientes (Alzheimer Research UK, 2015). No obstante, quienes padecen esta condición tienden a vivir a puertas cerradas, con el fin de evitar experiencias desagradables, ocasionadas por la falta de conocimiento que otras personas puedan tener respecto a los síntomas de la enfermedad, y cómo reaccionar ante la manifestación de éstos (Tomazelli et al., 2017). Dado lo anterior, desarrollar actividades tales como: realizar compras, visitar museos o ir al banco, son claves para que personas viviendo con demencia se mantengan activas en sus comunidades, aportándoles una cuota de normalidad a sus vidas.
En este contexto, organizaciones públicas y privadas, y de la sociedad civil alrededor del mundo, se encuentran activamente promoviendo la inclusión de personas con demencia en sus comunidades locales. En esta tarea las organizaciones prestadoras de servicios tienen un rol fundamental que cumplir. Chile no se encuentra ajeno a esta realidad, y este punto ha sido incorporado en uno de los objetivos de largo plazo del Plan Nacional de Demencia (Ministerio de Salud, 2017).
¿Qué pueden hacer las organizaciones de servicios para ser más amigables con las personas con demencia?
En países más avanzados en materia de inclusión, diversas iniciativas orientadas a hacer los servicios más accesibles, para personas con demencia, han sido lideradas por organizaciones sin fines de lucro, en colaboración con actores del mundo público y privado. Dentro de estas iniciativas destacan la elaboración de guías prácticas que ayudan a que proveedores de servicios comprendan cómo la demencia puede afectar a sus clientes y empleados, y así ajustar sus procesos de entrega de servicio acordemente.
Buenas prácticas
Al interior de una tienda los clientes con demencia pueden sentirse desorientados, ansiosos al no poder encontrar las palabras adecuadas para describir los productos buscados, o bien presionados por la presencia de otros clientes. A lo anterior hay que agregar dificultades asociadas al proceso de pago y a la utilización de tecnologías de autoservicio.
Para enfrentar estas situaciones, algunos retailers cuentan con campeones de la demencia entre su personal, quienes son entrenados en técnicas que les permiten identificar cuando un cliente puede verse complicado a raíz de los síntomas de la enfermedad, aproximarse a ellos, escuchar empáticamente y otorgar asistencia en caso de ser necesario. Estos empleados representan un punto de referencia tanto para los clientes como para sus colegas que requieran apoyo. Por su parte, otros establecimientos han designado horas amigables con la demencia en las cuales se regula el uso de estímulos audiovisuales en la tienda, habilitan cajas relajadas y dispone de más personal de apoyo al cliente.
El entorno físico del servicio también juega un rol clave. Contar con señaléticas claras, mantener buenos niveles de iluminación al interior de la tienda y evitar el uso de sonidos que puedan sobre estimular a los clientes, por ejemplo, avisos de ofertas de último minuto o música estridente, es fundamental. Además, se sugiere disponer de una zona en las tiendas en la cual las personas puedan descansar y de baños accesibles, que permitan que la persona con demencia entre acompañada de su cuidador en caso de ser necesario.
Ofrecer servicios más accesibles y amigables para personas con demencia y sus cuidadores es un desafío que requiere una estrecha coordinación entre los diversos actores que conforman una comunidad. Las organizaciones de servicios tienen un rol social que cumplir al respecto, el cual, a su vez, puede conllevar un beneficio comercial ya sea fidelizando a este creciente grupo de consumidores o atrayendo nuevos clientes que valoren un trato amable y un entorno más fácil de navegar.