Cristián Rojas M.

En su calidad de directivo del Departamento de Ética del Colegio Médico, el neuropediatra Fernando Novoa, de extensa y destacada trayectoria profesional en el Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, es una de las voces autorizadas en la discusión sobre la eutanasia. Muestra de aquello es que ha sido invitado a las comisiones de Salud del Congreso a entregar sus argumentos en torno al proyecto de ley sobre la materia, que cuenta como principal hito que el pasado 8 de agosto se aprobó en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados la idea de legislar, por ocho votos a favor, cuatro en contra y una abstención.

En la comisión de Salud del Senado, el año 2015, Novoa expuso su posición favorable hacia la reglamentación de la eutanasia, respecto de la cual aclaró que "una cosa es la eutanasia, otra es el suicidio asistido, y otra es la limitación del esfuerzo terapéutico, las que están vinculadas. En Chile, la ley 20.584, de deberes y derechos de los pacientes, establece que una persona en situación crítica, o en la que esté, tiene derecho a rechazar cualquier tratamiento, aunque eso le lleve a la muerte".

La eutanasia, subrayó, "es una cosa distinta y no consiste en que una persona va a limitar un tratamiento, ya que la eutanasia tiene una serie de requisitos. Primero, está indicada en personas que tienen un sufrimiento intratable físico o psicológico, y en los países en que está aprobada, requiere que el paciente la haya solicitado repetidas veces".

La segunda condición, agregó, "es que el paciente haya recibido todo el tratamiento necesario para aliviarle su dolor, es decir, previamente tiene que haberse dado algo muy importante, que se llama cuidados paliativos, que constituyen una especialidad en nuestra profesión médica, y el tratamiento consiste no en la curación, sino lo que busca es que no tenga dolor, no tenga angustia, no tenga insuficiencia respiratoria, que esté lo más cómodo posible".

Una vez que se consuma la eutanasia, precisó Novoa "hay que revisar despúes un protocolo para asegurar que las cosas se hayan hecho bien, de modo tal que la persona realmente haya estado con una condición que justifique la eutanasia, que haya repetido varias veces la solicitud, que haya recibido los cuidados apropiados, y después viene un cuarto elemento, que es que el caso lo haya revisado una comisión en la cual no estén involucrados los que están tratando directamente al paciente, para aceptar o no aceptar que procede la eutanasia".

- ¿Cuándo se habla de suicidio asistido?

- En el suicidio asistido no es el profesional sanitario el que le produce la muerte al paciente, sino que se le proporciona un frasquito con los fármacos necesarios para que el paciente mismo lo haga en un momento dado. En los países en que está legalizada la eutanasia, la mayor parte de las veces lo que está aprobado es el suicidio asistido, mientras que la eutanasia, en la que otra persona le inyecta las cosas, es más excepcional.

- En cuanto a la limitación del esfuerzo terapéutico, una persona puede pedir que le interrumpan su tratamiento, considerando que ya no hay nada que le alivie el dolor, pero el problema viene cuando la muerte no es inmediata y tiene una larga y dolorosa agonía. ¿Ahí se haría aconsejable un suicidio asistido?

- Ese es el tema. Hace pocos años, en el Departamento de Ética del Colegio Médico recibimos una carta de un colega, el doctor Almeyda, que estaba en una situación que no podía caminar, no podía moverse, no podía vestirse, así que nos solicitó que el Colegio Médico le proporcionara un médico que le hiciera eutanasia, pero le contestamos que eso en Chile es ilegal y no podemos hacerlo, así que el doctor se fue para la casa, dejó de tomar agua y dejó de comer hasta que se murió.

- ¿Qué aspectos del proyecto de ley usted prevé que pueden ser más complejos?

- Una de las cosas conflictivas es quién va a ser el que practique la eutanasia, porque los médicos estamos entrenados para salvar la vida y para aliviar las enfermedades, no tenemos entre nuestras funciones matar, entonces entre los médicos predomina la opinión de que no somos los indicados para ejecutar la eutanasia. Mi opinión es que soy partidario de que se regule la eutanasia, que se pueda practicar, pero no creo que necesariamente tenga que ser un médico el que la practique, y yo creo que van a existir objetores de conciencia, que van a decir "yo no puedo hacer esto porque va en contra de mis principios". Lo que pueden hacer es darle las tabletas o la receta y decirle al paciente "usted se lo toma cuando estime". Y eso a las personas muchas veces las tranquiliza, y teniendo esa alternativa en sus manos pueden tolerar un poco más cosas. Otro elemento es dónde se va a realizar ¿Se va a hacer en un hospital? En países donde es legal la eutanasia hay lugares especiales donde se hace, casas que no están en barrios residenciales, sino que en zonas industriales, porque nadie quiere tener una casa como esa de vecino, entonces esto tiene que ser en un lugar previamente designado.

- Otro caso que puede ser complejo son los niños...

- Bueno, ese es otro tema. Desde mi punto de vista, es el tema más complejo, pero también creo que cada vez se estima más que los niños tienen derechos, que no son objetos y que otros decidan por ellos. Existe un concepto llamado menor maduro, es decir, un menor de edad que, desde el punto de vista médico, tiene todo el derecho a tomar decisiones por él mismo. Por ejemplo, un menor de edad que forma un matrimonio, que tiene una familia, o un menor que se independizó de los padres y que trabaja y vive a su manera, o una niña de 15 años que viene a pedir la píldora del día después, ¡hay que darle la píldora! porque si le dicen que antes de dársela van a llamar a los papás, muchas veces esas niñas entonces prefieren no ir a pedir la píldora.

¿Cómo vio usted la discusión en el Congreso?

- Lo que vi es que existe bastante disposición a que exista esta ley.

- Incluso algunos diputados de la UDI, tradicionalmente en contra de la eutanasia, se abrieron a considerar una comisión revisora de los casos, tal como existe en los países en que está legalizada...

- Yo creo que hay una tendencia hoy día a aceptar esta posibilidad. En la Comisión en que expuse en el Congreso hubo mucho acuerdo en la necesidad de impulsar los cuidados paliativos, ya que hoy día tenemos en nuestro país una gran falencia en ese aspecto, porque hay cuidados paliativos sólo para el cáncer. Hay muchas otras enfermedades degenerativas que requieren de cuidados paliativos, y esas no están actualmente aseguradas.

- ¿Cuál es su opinión sobre los grupios autodenominados "pro vida", que se oponen a la píldora del día después, al aborto y a la eutanasia, pero muchos de ellos están a favor de la pena de muerte?

- Esos pro vida, es un nombre absolutamente inaceptable. El aborto no es buscar sacarse la lotería, el aborto es una gran tragedia. Yo estoy muy de acuerdo con las tres causales aprobadas, y creo que las personas pro vida, en el fondo son intolerantes, que no son capaces de ponerse en el lugar de los demás, que realmente son muy violentas y atacan a quienes no son objetores. Además si algunos están buscando la pena de muerte, creo que no califican para lo que están ellos diciendo. Y cada vez son menos, es un grupo minoritario, pero tienen mucha fuerza en cuanto a las personas que los apoyan. Son los mismos grupos que se opusieron, el año 2003, a la ley de divorcio, son los mismos que se opusieron a la píldora del día después, son los mismos que se opusieron al aborto, los que se oponen al uso de preservativos y de anticonceptivos. Lo que hablan ellos es que son situaciones que dependen de un ser superior, son personas dogmáticas con las cuales es muy difícil dialogar, mientras que yo considero a la tolerancia como una condición necesaria para convivir en una sociedad en que hay una diversidad de valores y creencias.

"Hoy día tenemos en nuestro país una gran falencia en cuidados paliativos, porque hay sólo para el cáncer""

"Soy partidario de que se regule la eutanasia, que se pueda practicar, pero no creo que necesariamente tenga que ser un médico el que la practique""