Mensajes y fotos delataron a los homicidas del profesor Villegas
POLICIAL. Cónyuge y su actual pareja confesaron el brutal crimen. Enfrentan cargos de parricidio y homicidio calificado del docente, quien fue descuartizado y sus restos lanzados al mar.
"Sin fuerzas para nada, completamente destruida, el daño que le han hecho a mi familia no tiene perdón, justicia es lo único que pido". Este fue el último posteo en Facebook de Johanna Hernández Vicuña (32 años), el pasado 20 de agosto. La técnico paramédico y madre de una menor de 7 años producto del matrimonio con el profesor Nibaldo Villegas Gutiérrez (49), de quien se había separado de hecho hace más de un año, se esmeró en difundir por las redes sociales la repentina desaparición de su "esposo legal", evidenciando su absoluta preocupación por el hecho.
El viernes 10 de agosto el docente desapareció en misteriosas circunstancias y cinco días más tarde parte de su cuerpo desmembrado fue hallado flotando en las aguas del Muelle Prat, en Valparaíso. El dramático hecho generó impacto a nivel nacional y una serie de interrogantes respecto a las circunstancias y motivaciones que llevaron a los homicidas para actuar con tanta alevosía con el querido docente de un centro educacional de Quilpué. Un caso inédito en la última década en la zona.
Tras una serie de pericias e indagaciones realizadas por la Brigada de Homicidios (BH) de la PDI y la Fiscalía de Valparaíso, en horas de la madrugada de ayer Johanna Hernández fue detenida en conjunto con su actual pareja, Francisco Silva Ales (37 años), sindicados como los autores materiales del brutal crimen y posterior descuartizamiento. En primera instancia los restos desmembrados de la víctima fueron enterrados en una quebrada aledaña a la playa Las Docas, en Laguna Verde, y cuatro días más tarde exhumados y arrojados al mar en el sector de la playa El Empedrado. El torso apareció flotando posteriormente en la bahía de Valparaíso, arrastrado por las marejadas y la corriente marina.
Ambos imputados están en calidad de confesos. En una audiencia realizada en la tarde de ayer en el Tribunal de Garantía de Valparaíso fueron formalizados por los delitos de parricidio y homicidio calificado, además del uso malicioso de una tarjeta de crédito que le sustrajeron a la víctima para robarle dinero desde su cuenta.
La mujer se expone a una cadena perpetua calificada, vale decir, 40 de presidio efectivo, mientras que su pareja a cadena perpetua simple. Permanecerán en prisión preventiva durante los próximos 120 días por ser considerados "un peligro para la sociedad". En primera instancia, estarán en un módulo de alta seguridad en la Cárcel de Valparaíso, mientras se continúan realizando pericias y diligencias para determinar la dinámica de los hechos.
Mañana habrá una audiencia para discutir la competencia del tribunal donde se radicará el caso, puesto que el crimen ocurrió en el hogar de la víctima, en Peñablanca, comuna de Villa Alemana.
Desde que se inició la investigación, pero sin hacerlo públicamente, los siete hermanos de Nibaldo Villegas y el entorno cercano dirigieron las sospechas en contra de su todavía esposa, con quien mantenía un litigio por la custodia legal de la hija de ambos.
La georreferenciación de los celulares de los imputados y la víctima, lo cual permitió determinar su posicionamiento en las horas que ocurrieron los hechos, llamadas, mensajes de WhatsApp e incluso fotografías que tomó Johanna Hernández a su esposo una vez asesinado sobre la cama de su dormitorio, y que intentó borrar pero fueron recuperadas gracias a las pericias de la PDI, permitieron recabar evidencia contundente respecto a la participación de ambos implicados en este hecho de sangre.
Según los antecedentes que expuso el fiscal José Miguel Subiabre en la audiencia de formalización de cargos, ambos homicidas "actuaron de manera premeditada y concertada para convencer a la víctima a través de actos previos, tales como encuentros amorosos de la imputada con el afectado Nibaldo Villegas, del cual el imputado Silva Ales estaba al tanto, para que de esa manera concurriera hasta el domicilio de Villa Alemana. Aproximadamente a las 23.50 horas, ambos imputados inmovilizaron al afectado, asestándole golpes cortopunzantes en la zona torácica que afectaron su vitalidad, ocasionándole la muerte".
Con la finalidad de ocultar los efectos del delito, prosiguió el persecutor, los imputados "procuraron la desaparición del cuerpo, evitar su descubrimiento y ambos desmembraron el cuerpo de la víctima, esparciéndolo en diferentes lugares, encontrándose a lo menos uno de éstos, correspondiente al torso del afectado, en el sector del Muelle Prat de Valparaíso".
Posteriormente, cerca de las 3 de la madrugada del sábado 11 de agosto, el imputado Francisco Silva, quien registra domicilio en el Cuarto Sector de Playa Ancha, ingresó hasta la sucursal del BancoEstado, ubicada en calle Freire, en el sector de Belloto, donde utilizó la tarjeta de débito del afectado para girar $ 35 mil pesos, clave del cajero que le fue proporcionada por su pareja.
El fiscal Subiabre recalcó ante el juez Fernando Vergara que en este caso hubo premeditación, correspondiéndole a ambos imputados la calidad de autores en el grado de consumado.
La identificación del cuerpo del afectado se realizó a través de la pericia genética efectuada al torso recuperado desde el mar y cotejado con el examen de ADN realizado a uno de los hermanos del profesor y el hijo mayor de la víctima, Alejandro Villegas Villarroel (20 años), quien se hizo parte en el caso, junto a su tío Edson Villegas, al presentar una querella criminal.
Una vez identificado el cuerpo de la víctima y analizado el tráfico de llamadas de su teléfono celular, se pudo establecer la georreferenciación del aparato, los teléfonos que tuvieron comunicación con el afectado y los rangos de las antenas transmisoras.
Con dicha información, el pasado lunes el Tribunal de Garantía le otorgó al Ministerio Público la autorización judicial del tráfico de voz, de datos y el rango de las antenas de los teléfonos que se comunicaron con la víctima. El martes se pudo extraer la información de los teléfonos de los imputados, que resultaron estar directamente relacionados con el crimen.
De esta forma, "el viernes 10 de agosto, Johanna Hernández realiza contactos de índole amoroso con don Nibaldo, tendiente a recuperar el matrimonio que se había terminado. Incluso ella le comunica a amistades por vía WhatsApp que 'estaban súper buena onda y hasta remember había', mientras que en forma paralela mantenía una relación con Francisco Silva", relató el fiscal del caso.
Tras ser asesinado en su hogar de Peñablanca, el profesor fue descuartizado en la misma cama donde lo apuñalaron, tras lo cual los restos fueron trasladados en un vehículo de Silva Ales hasta el sector de Laguna Verde, donde los enterraron. Sin embargo, los homicidas, ante el temor de que fueran hallados, los desenterraron y arrojaron a la playa cercana en Las Docas. Además, intentaron quemar algunas partes, así como los utensilios y armas blancas que emplearon para ultimar y desmembrar al occiso.
Los dos vehículos empleados para trasladar los restos del profesor fueron periciados y se levantaron restos orgánicos y muestras de sangre, los que están siendo analizados. Lo mismo ocurrió con el colchón donde fue asesinado el docente, que al ser revisado por peritos se levantaron fluidos corporales y otras evidencias biológicas, para lo cual los implicados habían cambiado de posición, en un afán estéril por borrar cualquier tipo de evidencia.
El fiscal Subiabre resaltó dos circunstancias claves en la investigación: "La forma en que los imputados pueden acceder al domicilio de la víctima a través de un trabajo concertado entre ambos para bajar la guardia de la víctima y permitir estos encuentros que se desencadenan el viernes 10 de agosto. Son acciones que comienzan en el mes de julio para poder lograr esta acción que culmina el 10 de agosto".
Respecto al móvil del crimen, detalló que aún es materia de investigación, recalcando que hay manera de establecer una "forma concertada de actuar entre ambos imputados".
Recalcó además que "sin la declaración de los imputados, nosotros teníamos plena prueba para entregarle al tribunal que el tráfico telefónico, la georreferenciación, todos los rangos que tienen las antenas y que permiten clarificar cuáles son los teléfonos con los que se comunican unos con otros, permiten situarlos e ir haciendo un seguimiento paso a paso de cada una de las acciones que establecieron".
Llama la atención que tras el brutal crimen, ambos implicados continuaron con su vida cotidiana de trabajo y descanso, mientras que el martes 14 "nuevamente se concertan y analizan la posibilidad de que los restos que dejaron en este sector de quebrada en Las Docas, los van a buscar, los vuelven a terminar de cercenar de otra manera y se dirigen hasta un sector más cercano para arrojarlos definitivamente al mar". Sobre las armas utilizadas, se trató de utensilios para el desmembramiento y otros elementos caseros que estaban en el hogar de la víctima.
Entre lágrimas, Irma Villegas, una de las hermanas del fallecido, comentó el dolor que significó para la familia perder de esta forma al menor de sus hermanos. "A las primeras horas de la mañana que no nos pudimos comunicar comenzamos a preocuparnos, ya que no era una conducta habitual. Cómo poder actuar así con tanta frialdad, quitarle la vida al papá de su hija, ellos se adoraban. Para nosotros es muy doloroso como familia. Creemos mucho en Dios, nos hemos aferrado a él. Nibaldo era nuestro hermano menor y eso nos tiene devastados. Llevaban más de un año separados y él dijo que ya no había vuelta atrás...".
"Estamos frente a un par de psicópatas", comentó Edson Villegas, hermano del profesor, quien momentáneamente tendrá la custodia de su hija de 7 años. Su sobrino Jorge Olivares reconoció que "como familia teníamos muchos antecedentes y sabíamos los eventos, teníamos claras sospechas".
Aclaró que la relación se había acabado hace un año, ya que "Johanna con la pareja actual engañó a mi tío y fue una situación bien fuerte por la hija que tenían ambos".
"Los imputados han reconocido su participación. La circunstancia del móvil va por la vía pasional y aún es materia de investigación"
José Miguel Subiabre, Fiscal del caso"
"Cómo poder actuar así con tanta frialdad, quitarle la vida al papá de su hija, ellos se adoraban. Para nosotros es muy doloroso como familia"
Irma Villegas, Hermana de la víctima"
Un matrimonio que terminó por un engaño
A través de Facebook la familia de Nibaldo Villegas se enteró de la nueva relación que tenía su aún esposa, Johanna Hernández. Fue el propio docente quien le financió los estudios de paramédico, producto de lo cual inició una nueva relación con el coautor del crimen. Villegas y Johanna Hernández se conocieron hace más de 8 años, mientras era su alumna en un instituto para adultos en Quilpué, tras lo cual se casaron en 2014.
"Ella misma comenzó a publicar fotos en Facebook de su nueva relación, pese a estar aún casada con mi tío. Eso fue algo muy duro para él", comentó su sobrino Jorge Olivares. Esta situación generó la salida de Johanna desde el hogar que ambos compartían en la localidad de Peñablanca. "Estábamos esperanzados en que el torso hallado no fuera el de mi tío, entregamos toda la información a la PDI y gracias las pericias que realizaron se logró determinar la participación de estas personas", afirmó. "Espero la cadena perpetua para ellos, a mi tío lo secuestraron, lo torturaron, lo mataron y lo botaron, aquí se debe actuar con rigor", aseveró.
20.26 horas del viernes 10 de agosto, Johanna Hernández y Francisco Silva aparecen posicionados en una antena de calle San Martín, en Villa Alemana, a escasa distancia del domicilio del afectado.
21.58 horas del viernes 10 de agosto, el profesor Nibaldo Villegas aparece posicionado en la antena celular en el sector de Achupallas, que corresponde al domicilio de su padre donde llevó a su hija.
23.56 horas del viernes 10 de agosto, Johanna toma con su celular una fotografía al cuerpo de su marido aparentemente muerto sobre la cama de su domicilio. Toma una segunda y luego las borra.