Adiós a Guillermo Hinzpeter, el artífice del rescate del porteño teatro Condell
PROYECTO. A los 77 años murió impulsor de la iniciativa que transformó la sala que exhibía porno.
Profundo pesar en el mundo de la cultura de Valparaíso y la Región provocó el deceso del actor Guillermo Hinzpeter Blumsak, quien al regresar a esta ciudad en 2007, después de vivir más de 40 años en Europa y Estados Unidos, se convirtió en el artífice de la recuperación del teatro Condell para el cine arte y de nuevas tendencias, vertiente que posteriormente se consolidaría en la sala Insomnia.
Nacido el 9 de octubre de 1940, ingresó muy joven a la Agrupación Teatral de Valparaíso -Ateva-, en que también participaba quien sería su esposa, Ivonne Seguy, y empezó a actuar a los 17 años.
La pareja se fue a vivir a Francia en 1965 y permaneció en París durante 15 años. Luego se trasladó a Nueva York, donde él tuvo una galería de arte y su esposa estuvo en Naciones Unidas por mucho tiempo.
El regreso
En una entrevista contó por que dejaron atrás Nueva York: "Cuando uno llega a cierta edad…de repente pensé 'si me pasa algo a mí mi señora queda sola; si le pasa algo a ella voy a quedar solo yo', y en las ciudades grandes sabemos que la gente mayor tiene problemas. Teníamos buenísimos amigos, pero ellos están ocupados, entonces pensamos que debíamos volver al lugar de donde salimos y ese lugar es Valparaíso".
Compraron una enorme casa en el cerro Yungay que tenía un garaje junto con un taller. La remodelaron completa y transformaron uno de esos espacios en una sala con adecuada iluminación, donde Ateva volvió a tener su lugar.
Rescate del condell
"Una tarde salí a dar una vuelta a la Plaza Victoria y me di cuenta de que el teatro Condell estaba con una cartelera de cine porno. Inmediatamente empecé mi campaña", relató en otra publicación.
Habló con el dueño, Patricio Karmy, para pedirle ayuda a fin de que el teatro ya centenario volviera ser una sala de Valparaíso. "Pensé 'hay que salvarlo'. No les cuento todas las que pasé. No fue fácil, pero el teatro se salvó, está funcionando con películas e incluso Ateva presentó una obra ahí".
Si no hubiera sido así, recordaría luego, "habría pasado lo mismo que con el teatro Imperio, porque lo estaban pidiendo de una iglesia, también de una discoteque. Cuando Patricio me contó eso salté inmediatamente y para ponerlo un poco nervioso le dije que lo más probable era que terminara en un incendio".
Finalmente el Condell quedó en manos del municipio y Hinzpeter se acercó a la corporación para proponer un ciclo de cine allí. La recepción fue positiva y junto a otras 60 personas conformó la corporación de amigos del cine, donde participan estudiantes, dueñas de casa, profesionales y porteños de todas las áreas.
Primeros tiempos
"El primer ciclo que ofrecimos fue de películas del oeste, aproveché parte de mi colección personal y armamos una programación", contó el actor, a propósito del ingenio que hubo que poner en el proyecto.
Pero el resultado no fue el que esperaban, porque "llegó muy poca gente, por desconocimiento de lo que se estaba haciendo, y también porque la temática era sólo atractiva para los amantes del género".
La situación cambió cuando decidieron homenajear a una de las grandes actrices de todos los tiempos. "Se murió Elizabeth Taylor y se nos ocurrió dedicar un ciclo con sus mejores películas. Fueron más de doce las que programamos, y ahí nos sorprendimos, porque se empezó a llenar la sala", recordaba con gracia
Audiencia cautiva
Hinzpeter no dejó pasar esa señal. Pensando en consolidar esa convocatoria, el siguiente ciclo fue dedicado a las grandes divas de Hollywood, y con ello el Condell comenzó a tener una audiencia cautiva que se mantiene hasta hoy.
El valor agregado del ciclo era la introducción que el propio Hinzpeter realizaba antes de cada película, en que la entregaba parte de su amplio conocimiento, para contextualizar lo que se iba a proyectar.
"Hablo unos cinco minutitos, no quiero molestar a nadie, y en realidad parece que resulta todo lo contrario, porque siempre se me acercan personas pidiéndome que hable", contaba.
Los asistentes habituales extrañaron esa introducción cuando Guillermo enfermó y sintieron como suya su pérdida. Sus funerales se efectuaron el viernes en forma privada.
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El Festival de Viña toma mucho tiempo de preparación y yo tengo shows permanentemente"
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