Es una voz que es necesario escuchar, más allá de los intereses que representa. Se trata de Iván Mateluna, presidente de la Asociación de Dueños de Camiones de Valparaíso y dirigente máximo de la Federación Regional del gremio.
En declaraciones a este Diario, insiste en la importancia del uso portuario del borde costero. "¿Por qué no se estima la cantidad de plata que significa la actividad portuaria para el PIB de la ciudad?", pregunta, precisando que incide en casi el 40%. A la vez, pone en duda la necesidad de un Puerto a Gran Escala (PGE): "Creo que los volúmenes de carga que se mueven en la zona central no dan para los cinco millones de teus que pretende almacenar el PGE".
Se refiere también a problemas administrativos que afectan al transporte terrestre, como la limitación de horarios del SAG que, a su juicio, retrasan los despachos de vehículos con carga de exportación, materia que, afirma, "recién ahora el ministro de Agricultura dijo que los camiones y la fruta no pueden esperar".
Un punto inquietante que aborda Mateluna se refiere a los asaltos a camioneros, delitos que si bien han disminuido, exigirían una flexibilización de la Fiscalía para facilitar la reacción investigativa. Insiste en que opera una mafia y reclama más seguridad en las carreteras. Grave problema y la solución es de mayor complejidad que aquellos aspectos que dependen de resoluciones administrativas. Es una lucha que exige constancia y prevención. La delincuencia tiene mil rostros y mil formas de actuar.
Sobre un punto de actualidad, el tren rápido entre Valparaíso y Santiago, Mateluna precisa la posición de su gremio. No se oponen, pues "los puertos necesitan tener estas opciones de transporte, pero que trabajen bajo las mismas condiciones que nosotros. En igualdad de condiciones, compitamos".
El dirigente alude al pago de permisos de circulación, a peajes y tag. Rechaza, además, que el ferrocarril sea financiado con el impuesto específico a los combustibles. Reconoce lo que es un hecho: la gran capacidad de carga del ferrocarril muy superior al transporte carretero. "Un tren podría llevar 300 contenedores", pero recuerda el impacto laboral que eso significa. Bueno, el mismo argumento de 1849, cuando el Congreso debatía la construcción del ferrocarril entre Valparaíso-Santiago que, se dijo, dejaría sin trabajo a carreteleros y cocheros que hacían el tráfico entre ambas ciudades. A las dudas de Mateluna, que habla por su gremio, se sumarán las empresas de buses. Inquietudes que no deberían frenar el proyecto ferroviario.
Pero más allá de este aspecto y de cambios que vienen, las opiniones del dirigente son importantes. Representan a gente de terreno, de esa que enfrenta el día a día y logra salir adelante y que ahora tendrá que flexibilizarse.