¿Centralismo?
Hace unos días apareció en todos los canales la gran importación de nuevos buses eléctricos para Santiago. Hoy aparece en la prensa local que los "troles" desaparecerán de Valparaíso en diciembre. Centralismo; ¿cuándo?
Patricio Cañete Toro
Mes de la salud mental
Bastó que Gabriel Boric publicara que padecía de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) para que los medios se enfocaran en saber qué es esa enfermedad. Lo importante a partir de su revelación es constatar cuán tabú es la discapacidad mental: pocos están dispuestos a admitirla y muchos la padecen.
Según Casen 2017, casi 391 mil personas declaran tener alguna dificultad psiquiátrica, mental o intelectual, un 33% más que las 294 mil que había en 2015. Más de 86 mil viven en pobreza multidimensional, un 39% más que en 2015.
Ser pobre y tener discapacidad mental se traduce en una doble exclusión. Son los más marginados; sus familias no tienen cómo darles condiciones mínimas en salud, educación, vivienda, trabajo, seguridad social, lo que es un factor adicional de vulnerabilidad. Y la continua estigmatización socava los esfuerzos estatales y de la sociedad civil, para activar políticas inclusivas que garanticen el respeto de sus derechos.
Hoy celebramos el Mes de la Salud Mental, ocasión para hacer notar que Chile está al debe, no sólo porque el presupuesto para salud mental es el 2,3% del total del presupuesto destinado a salud, lo que nos deja bajo la recomendación de la OMS, que es de al menos un 5%. También está en deuda con la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, porque hay leyes en abierta contradicción con los estándares asumidos. La 18.600 permite privar de capacidad jurídica a las personas con discapacidad mental sin debido proceso. Y la 20.584 autoriza esterilizarlas.
Que Boric haya transparentado su TOC es positivo: reconoce una realidad que puede tocarle a cualquiera y contribuye a generar un cambio de mirada menos estigmatizadora y excluyente frente a la discapacidad mental.
Paulo Egenau Director social del Hogar de Cristo
Aula Segura
Cuando hablamos de Derechos, también debemos hablar de deberes, y parece que gran parte de nuestra sociedad solo se limita a lo que les favorece y no a lo que los limita.
Los estados garantistas han hecho perder el norte a nuestra sociedad y especialmente a nuestra juventud, entregándole libertades que han caído en el libertinaje. A diario leemos y vemos como se insulta y agrede a profesores, académicos, carabineros, jueces y tantas autoridades por el solo hecho de tener derechos a manifestarse; y los deberes a estudiar, el respeto a las personas mayores, el obedecer y cumplir las normativas legales vigentes donde quedan.
Recordemos que la educación parte por casa y al parecer es allí donde está la falencia de nuestra sociedad, debemos reflexionar a objeto de erradicar el odio y las acciones de violencia.
Días atrás vimos como de manera cobarde se atacaba a un carabinero, que también es un padre de familia, que estaba trabajando y velando por erradicar la violencia ante delincuentes.
Estos últimos hechos deben hacer reflexionar a los legisladores a objeto de entregar las herramientas necesarias y así salvaguardar a la sociedad de esta lacra que nos está amenazando día a día.
Leopoldo Medina L.
Aula Segura II
¿Por qué se habla de aula segura si está pendiente el "barrio seguro", la "ciudad segura" y el "país seguro"?
Lo más seguro en Chile es la "delincuencia segura" e "impunidad segura".
Pedro Osses González
Convergencia de retroceso
Me parece insólito pensar que, aun considerando el desgaste que tuvieron los partidos de izquierda agrupados, insistan en que realizar acuerdos electorales entre ellos pueda traer algún beneficio. ¿Por qué volver a cometer una y otra vez los mismos errores? Si ya no funcionó la Concertación y la ex Nueva Mayoría no tuvo éxito, ¿por qué insisten en volver al mismo patrón?
Con mira a las municipales, el nuevo conglomerado de oposición, Convergencia Progresista, viene a jugar en parte ese rol, ya que considera al PPD, a los radicales y a los socialistas entre sus filas. Sin embargo, es difícil imaginarse que puedan lograr algo bueno de ello.
Un conglomerado sin cimientos claros, sin un análisis de derrota de sus causas políticas, sociales y programáticas, reviven formas de respuestas y trabajo muy similares a las que se utilizaron anteriormente, sin buenos frutos.
Y aunque a vista de un espectador, parece evidente que la oposición deberá definir de cara a las próximas elecciones el camino que pretende seguir. Es importante destacar que, para obtener resultados diferentes hay que comenzar por eliminar todo aquello que impidió el éxito en un primer momento, aunque la medida signifique restarse de este tipo de acuerdos.
María Alicia Avilés