Claudio Ramírez
Pocos innovadores en el país tienen un currículum más extenso que el del porteño Roberto Musso en el mundo de la innovación. Y es que el ingeniero civil electrónico de la Universidad Santa María ha creado más de 25 startups tecnológicos, algunos de los cuales vendió a importantes empresas.
Actualmente es el presidente de Digevo, grupo de empresas tecnológicas que opera en más de 15 países. Además, es coautor del libro "El Valle de la Muerte", una verdadera guía para los emprendedores modernos, y por eso no extraña que haya sido uno de los expositores principales del III Encuentro Internacional de Incubadoras de Negocios de Latinoamérica y el Caribe (Incubalat 2018) que se desarrolló por tres días en Valparaíso y Viña del Mar.
"Eso fue espectacular, porque yo soy de la Quinta Región también. Creo que el emprendimiento actual, sobre todo en las economías que estamos viendo que son digitales, requiere sólo talento y el talento está uniformemente distribuido en todas partes. No es patrimonio exclusivo de Santiago ni de Estados Unidos y acá, en la zona, hay mucho, sobre todo en los barrios universitarios. Entonces, hay que hacer de manera más continua este tipo de actividades", subrayó el experto.
- ¿Cómo se conecta la innovación con los problemas reales de la comunidad?
- Eso es muy importante, porque en general nosotros tenemos problemas de carácter estratégico en los emprendimientos. Estos, en Chile, normalmente nacen de las soluciones y no de los problemas, entonces los técnicos o los ingenieros se enamoran mucho de sus soluciones, de su tecnología y no entienden que los proyectos de emprendimientos más exitosos tienen que resolver realmente problemas y crear mucho valor. Entonces, esto finalmente no es algo trivial y, es más, no es tan fácil de lograr.
- Eso va a marcar la diferencia.
- Los emprendedores que elaboren la estrategia correcta y que realmente tendrán posibilidades de éxito son aquellos que se enfoquen en problemas reales de la población, de la comunidad y no en aquellos que nosotros deseamos resolver porque sería reconfortante hacerlos, los "wannabe". Se requiere apuntar a los problemas reales, problemas de educación, de delincuencia o de salud. Esos son los que van a dar origen, en la medida que sean resueltos, a grandes proyectos de emprendedores.
- Por ejemplo, acá, en la zona, hay grandes problemáticas que tienen que ver con la contaminación y que, eventualmente, podrían ser resueltas desde el ámbito de la innovación.
- Exactamente. Allí viene la parte estratégica del emprendimiento porque existen tantos problemas que uno podría empezar a enfocarse en algunos que no podría escalar posteriormente. Entonces, viene la clave para el emprendedor de poder identificar adecuadamente cuál es el problema al que se va a orientar y va a tratar de resolver. En la selección correcta de esa variable, es decir, la decisión de qué juego voy a jugar, está la primera respuesta en la estrategia de un emprendimiento.
- Respecto a la conexión entre la empresa tradicional y la innovación, ¿se nota realmente un avance?
- Lo que se ve en los países desarrollados es que están con un mayor avance fruto de la competitividad que existe allá. La búsqueda de la supervivencia, por parte de las grandes empresas, pasa por la innovación porque si no innovas vas a hacer lo mismo que tu competidor y allí la única forma de diferenciarte es por precio y todos pierden plata. Entonces, en economías donde hay competencia se busca mucho la innovación y está demostrado que esa innovación produce en mucho mayor medida de manera externa, en colaboración con startups en algo que se llama innovación abierta, que en vez de tratar de hacerla internamente porque no están los incentivos puestos para eso.
- ¿Y eso ya es asumido por las empresas?
- Está empezando a suceder acá en Chile y en la región. Estamos abandonando esa situación de confort que teníamos, donde no hay mucha competencia por parte de las corporaciones y eso está llevando a estas empresas grandes a acercarse a los startups. Aún somos un sistema inmaduro y estamos recién aprendiendo a cómo trabajar entre grandes empresas y startups y allí viene el rol de los intermediarios, de las incubadoras, las aceleradoras, de los fondos de inversión que tienen que poder ecualizar ambas, pero es imparable. Las grandes empresas que quieran sobrevivir tienen que trabajar con startups.
"En general, tenemos un problema estratégico y es que los emprendimientos en Chile nacen normalmente de las soluciones y no de los problemas" "Aún somos un sistema inmaduro y estamos recién aprendiendo a cómo trabajar entre grandes empresas y startups"