Cheyre es condenado a tres años de libertad vigilada por encubrimiento
JUSTICIA. El excomandante en jefe del Ejército estaba procesado como cómplice de 15 asesinatos durante el episodio La Serena de la Caravana de la Muerte.
En un fallo histórico, el general (r) y excomandante en jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre fue condenado a tres años de libertad vigilada como encubridor de los homicidios llevados a cabo en el episodio de La Serena de la llamada Caravana de la Muerte, en octubre de 1973, cuando era teniente y tenía 25 años.
Se trata de una sentencia inédita, pues Cheyre se convirtió en el primer exjefe del Ejército condenado por violaciones a los Derechos Humanos.
En la misma causa, el juez acusó a otros siete exuniformados por el secuestro y asesinato de 15 presos políticos en el regimiento Arica, de La Serena.
El ministro en visita a cargo de la investigación, Mario Carroza, rebajó la calidad de cómplice, por la que lo acusó en un principio, a la de encubridor.
El fallo tiene un especial peso simbólico, ya que Cheyre pasó a la historia como el "general del nunca más", debido a que fue el primer jefe militar, cuando lideró el Ejército entre 2002 y 2006, en pedir perdón por los crímenes de lesa humanidad cometidos por uniformados durante el régimen militar.
La defensa del general (r) argumentó que él "no intervino ni conoció en modo alguno los hechos" por los que fue condenado y que "éste no sólo no sabía cuál era el objeto de la comitiva, sino que tampoco pudo saberlo". Agregaron durante el proceso que tampoco "supo a qué respondían los disparos al interior del polígono de tiro" cuando los presos políticos fueron fusilados, "dado que sólo los escuchó a distancia", y que no tenía "mayor experiencia ni capacidad para representarse que sus superiores de mayor grado hacían aseveraciones falsas".
Sin embargo, en su sentencia, de más de 400 páginas, el ministro Carroza señaló que "toda la Oficialidad del Regimiento Arica de La Serena consintió dócilmente a que éstos fueran aniquilados sin juicio alguno y, al contrario de lo que sostiene su defensa, el acusado Cheyre, pese a esta innegable masacre, no se resta a cumplir la labor de sanearla y argumenta en su favor ante la opinión pública y ante los familiares, y esgrime como excusa su escasa edad, que a su juicio le impediría advertir la gravedad de dichas conductas, pero de la misma manera tampoco advierte en ese instante con el grado de madurez de su formación militar y el compromiso adquirido como Oficial de Ejército, que debía actuar con prudencia y sensatez y no divulgar falacias".
Carroza además descartó que Cheyre pudiera haber ignorado lo ocurrido pues el regimiento es de una "superficie pequeña y hace difícil, por no decir imposible, justificar la ignorancia de lo que acaecía en su interior".
Posteriormente, el ministro defendió la sentencia, que dijo que responde a "una justicia igualitaria, que no hace distinciones, que no tiene privilegios".
El juez agregó que "ha sido una investigación extensa y compleja, más que nada porque la colaboración no ha sido explícita de aquellos que intervinieron, entonces, ha sido difícil llegar a la verdad histórica".
El abogado del excomandante en jefe del Ejército, Jorge Bofill, anunció que impugnará la sentencia ante la Corte de Apelaciones de Santiago y se mostró disconforme con el fallo, asegurando que su representado es "inocente y cualquier otra decisión es injusta".
Otros condenados
En total fueron 11 los exuniformados condenados por el episodio de La Serena de la Caravana de la Muerte, incluido el comandante que estaba a cargo del Regimiento Arica, Ariosto Lapostol, a quien se le impuso una pena de 15 años de presidio.
El fallo acogió además demandas civiles deducidas, por lo que el Estado deberá pagar indemnizaciones a familiares de las víctimas por montos de $40, $70 y $80 millones.
"Lo importante es que hoy terminamos con una etapa de las violaciones a los derechos humanos"
Mario Carroza Ministro en visita."
Familiares están decepcionados
Ana Merino, presidenta la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en la Región de Coquimbo, dijo estar decepcionada por el fallo de la justicia. "Siento vergüenza de este país, siento vergüenza de los Tribunales de Justicia, tenía esperanza de que la justicia se pusiera los pantalones", dijo, agregando que la sentencia "es una burla y una bofetada a los familiares". La dirigente afirmó que "Juan Emilio Cheyre no era un simple ayudante, trabajaba con los aparatos de seguridad y ellos determinaban a quién tenían que detener y a quién torturar".