Cristián Rodríguez F.

Era uno de los proyectos claves del Gobierno en el marco de la agenda por la infancia impulsada desde los inicios de su gestión. Los organismos colaboradores del Servicio Nacional de Menores (Sename) -que atienden a cerca del 90% de los niños vulnerados- aumentarían su subvención en un 25% este año y así gradualmente. Para mayor rapidez, el Ejecutivo ingresó una ley corta. Sin embargo, tras una larga tramitación, el proyecto sufrió un duro traspié.

Si bien la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa, de manera inesperada rechazó -por seis votos contra cinco- el artículo que contemplaba el alza con aporte del Tesoro Público, dejando el proyecto sin financiamiento. Una decisión que desató la molestia del Gobierno, que durante la tarde de ayer puso urgencia inmediata a su tramitación en la Comisión de Hacienda, donde esperan reponer los montos comprometidos para las residencias privadas, las que también reaccionaron con desazón.

"Gracias señoras y señores diputados por acabar con el trabajo particular que hacen las fundaciones con los niños vulnerados. Nos han puesto una lápida, y ahora no sabemos qué vamos a hacer", criticó el padre Enrique Opaso, director del Refugio de Cristo.

- ¿Cuál es la sensación que queda cuando el Gobierno anuncia para este año el aumento de las subvenciones y la Comisión de Familia rechaza ese artículo?

- Una sensación de tremenda frustración. Hace años hemos estado luchando por un aumento en la subvención y pasa esto. Para que la gente se entere, el Estado sólo pone entre el 35 y el 40%, teniendo incluso a niños de alta complejidad en salud mental donde gastamos hasta $ 1,5 millones en atenderlos como corresponde. Lo de ayer (martes) no es más que una nueva agresión a los niños.

- El artículo fue rechazado por todos los diputados de oposición y uno de RN, por lo que se acusó un sesgo "ideológico" detrás de la votación. ¿Coincide?

- Hemos visto que hace mucho tiempo la ideología es más importante que la realidad, por lo que eso de "los niños primeros" termina siendo una burla, ya que los que estamos sufriendo ahora no somos nosotros, sino que 6.800 niños en el país. Todos los hogares teníamos la esperanza, como se había comprometido, de que se iba a subir la subvención este año, pero algunos diputados no lo quisieron así. Me gustaría invitarlos a que se hagan cargo de la dirección de un centro durante un mes. Ahí recién se van a dar cuenta de que tendrán que salir a la calle con un tarrito porque hoy los derechos de los niños no están siendo una garantía del Estado, sino que fruto de la caridad.

- ¿Cómo enfrentan los argumentos de diputados como René Saffirio (DC), quien dijo que lo que se buscaba era transferir más recursos a "instituciones que han fracasado en su gestión"?

- Mire, han hablado tan mal de los hogares de menores y nos meten a todos en el mismo saco, que ahora la gente ya ni siquiera nos cree. Incluso, la caridad se está haciendo cada vez más difícil a raíz de lo mismo. No sé qué piensan los diputados, porque si saben de algún hogar que haya lucrado o lo ha hecho mal, que lo denuncien. Si no lo hacen es porque son cómplices y encubridores.

- ¿Justos por pecadores?

- Estamos pagando justos por pecadores. Y no sé si será cierto lo que dicen, porque es imposible lucrar, es imposible. Acá nos supervisan siempre, no sólo respecto al uso de recursos, sino que también en temas de infraestructura o de ejecución de programas. Todos los meses hay una gran intervención del Sename en los hogares. Entonces realmente no lo entiendo. Es como que yo dijera que todos los parlamentarios son unos corruptos. Quizás hay alguno por ahí, pero no estoy generalizando como algunos sí lo hacen con nosotros.

- En términos prácticos, ¿en qué se traduce el rechazo?

- En promedio, nosotros gastamos alrededor de $ 800 mil por cada niño al mes. Pero de parte del Estado recibimos cerca de un 40%. Todos los años necesitamos $ 1.800 millones y recibimos sólo $ 600 millones. Por lo tanto el resto lo tenemos que conseguir por caridad. Entonces lo grave de esto no es sólo que no nos seguirán alcanzando los recursos, sino que lo único que les queda a las residencias es cerrar sus hogares.

- ¿Cuán factible es que eso ocurra en caso de que el aumento a la subvención no se apruebe luego?

- Muy factible. Hay algunos como el Hogar de Cristo que tienen muchas espaldas, o nosotros que hemos tenido un apoyo permanente del empresariado, pero hay una realidad distinta con los hogares más pequeños. Entonces por qué no mejor los diputados sinceran la situación y nos dicen que lo que quieren es que todos los recintos privados cierren. Se ha generado tal grado de desconfianza que las personas que nos donan nos dicen que lucramos, que maltratamos a los niños. ¡Por favor! Todo se generaliza sin saber ni conocer nuestros hogares. Estos discursos nos dejaron a altura de las alfombras. Es triste, y vemos que hoy el futuro se ve muy lejano.

- ¿Para el Refugio de Cristo es una posibilidad real el cierre de alguno de sus seis hogares?

- Hoy (ayer) en la mañana estábamos reunidos en un comité de emergencia y de crisis porque con lo que hicieron nos liquidaron. Y sí, seguramente vamos a tener que cerrar uno o dos hogares. Tal vez llevar a los niños a otro recinto, no sé. No está tomada la decisión, pero es una posibilidad real. Tenemos que exigir una solución, porque no podemos seguir arriesgando a nuestros niños al no brindarles una atención como corresponde. Ellos están viviendo en base a la caridad, con un tarro en la mano, y eso es indigno para alguien que tiene un estado garante.

- ¿El Gobierno debiese hacer una autocrítica por no sacar adelante un proyecto ya comprometido?

- He visto de parte de ellos un compromiso súper grande, pero al momento de los "quiubos" nos cortan las alas. Se han anunciado muchas cosas, pero hasta ahora no hay nada. De la noche a la mañana nuestra esperanza quedó en cero.

"Nosotros gastamos en promedio cerca de $ 800 mil por cada niño al mes, pero de parte del Estado recibimos alrededor de un 40%. El resto es en base a la caridad" "Si los diputados saben de algún hogar que haya lucrado o lo ha hecho mal, que lo denuncien. Si no lo hacen es porque son cómplices y encubridores""