AMENAZAS A LA INDEPENDENCIA DEL BANCO CENTRAL: EE.UU. E INDIA
ECONOMÍA. Las disputas que estos países mantienen con los respectivos entes rectores se centran en las implicancias de la fijación de la tasa de interés.
En las últimas semanas hemos podido ser testigos de fuerte ataques, hacia las autoridades de sus respectivos bancos centrales, por parte de los gobiernos de dos importantes economías.
Por un lado, el Presidente de EE.UU., Donald Trump, llegó a decir que la Federal Reserve es "mi principal amenaza", ha declarado que la institución monetaria "se ha vuelto loca", en relación a las acciones de aumento de tasa de interés que ha llevado a cabo y los anuncios de futuros aumentos.
Por otro lado, en India, un conflicto entre el Primer Ministro, Narendra Modi, y el Presidente del Reserve Bank of India (RBI) ha ido creciendo. Incluso han aparecido declaraciones de oficiales del banco central sobre planes del gobierno de ejercer acciones que le permitirían dar instrucciones a las autoridades del banco, persiguiendo objetivos de interés público. Este tipo de acciones nunca se han usado en el pasado.
El conflicto en ee.uu.
En el caso de EE.UU., la preocupación de Trump es que el aumento de la tasa de interés pone en riesgo el desempeño de la economía norteamericana, porque frenaría el consumo de las familias y la inversión de las empresas al encarecer el financiamiento. Sin embargo, más allá de los efectos económicos, la popularidad del gobierno, a dos años de la elección presidencial, aparece como una razón central de la preocupación del gobierno norteamericano por el aumento de la tasa de interés.
El conflicto en india
El caso de India, también se enmarca en el ciclo político. Entre otras cosas, el gobierno quiere que el RBI baje la tasa de interés para aumentar la liquidez en el mercado. Un elemento central del conflicto podría ser el deseo del gobierno de poder usar parte de las reservas del RBI para financiar su programa fiscal en vísperas de elecciones generales en el país.
Estos episodios recientes reflejan lo difícil que puede llegar a ser asegurar la independencia de los bancos centrales, la cual se le ha dado para que la política monetaria se enfoque en lo que la teoría económica y la evidencia empírica han demostrado puede hacer, en el largo plazo: ayudar a tener una economía con inflación baja y estable.
Efectos de cortoplazo
En el corto plazo, existe espacio para que la política monetaria ayude a la expansión de la actividad económica, a través de distintos mecanismos, como la reducción del costo del endeudamiento y el aumento del tipo de cambio y de los precios de activos financieros. Sin embargo, esa posibilidad es transitoria y se ve limitada por la capacidad de producción de una economía. La consecuencia de insistir con una política monetaria expansiva, cuando la economía está funcionando a plena capacidad, es la aceleración de la inflación.
Si revisamos la situación macroeconómica de Estados Unidos, el crecimiento de la actividad económica es dinámico, después de casi una década de lento crecimiento como consecuencia de la crisis financiera de 2008, el PIB está creciendo al 3%; el desempleo ha bajado a niveles históricos, menos de 4%; y la inflación, luego de estar bajo la meta por varios años, ha vuelto a situarse en torno al 2%.
En ese contexto, ¿qué es lo razonable hacer por parte de la autoridad monetaria? Mantener tasas bajo el nivel neutral alimentaría las presiones inflacionarias y deterioraría la confianza del público en su banco central. La economía norteamericana está, prácticamente, produciendo a plena capacidad, mantener el impulso monetario, con tasas bajas, sería irresponsable.
Por su parte, en India, si las presiones del gobierno contra el RBI terminan con la salida del presidente del banco, la confianza del público caería, afectando al valor de la Rupia, la cual se depreciaría, generando presiones inflacionarias, y golpeando negativamente la confianza de los inversionistas. Todo lo cual se podría traducir en efectos negativos sobre la actividad económica y desempleo.
Efectos no esperados
La tentación de usar la política monetaria para objetivos que se alejan de la inflación y el buen funcionamiento del sistema financiero de un país, puede tener altos costos en materia de inflación, los que no se evidencian inmediatamente, pues los precios, en promedio, no se ajustan instantáneamente.
Al comienzo se tienden a ver mejores indicadores en materia de gasto, dado el menor costo para endeudarse, pero con el pasar del tiempo, la limitación de la capacidad productiva de responder a esa mayor demanda termina por acelerar la inflación.
Décadas de alta inflación fueron recurrentes en Latinoamérica, hoy la inflación, salvo excepciones, es baja, y a los Bancos Centrales se les ha dado un mayor grado de independencia que en el pasado, pero los recientes sucesos de Estados Unidos e India, nos muestran que la independencia no está garantizada, y un banco central autónomo no necesariamente es inmune a las presiones políticas.