¿Habrá llegado la hora del senador Chahuán?
Ninguneado en su propio sector, el abogado vuelve a colarse en las encuestas, consolidándose como una de las cartas presidenciales de la centroderecha. Es decir, y resumiendo, hay un candidato incombustible, que no es del gusto de las élites y que suele meterse en disputas bizantinas con su propio sector. ¿Qué podría salir mal?
Más que su renuncia en sí, la salida tras los cuestionamientos de Contraloría del seremi de Salud, Francisco Álvarez, hizo picar el morbo político local por ser considerado el único representante en el gabinete regional del senador Francisco Chahuán, quien de esta manera pierde el último y humilde bastión que le quedaba en el edificio de la Plaza Cívica.
Con todo, y más allá de que muchos se solacen con la supuesta "caída en desgracia" de un político que -no olvidemos- conquistó la primera mayoría nacional del Senado con casi 150 mil votos y se dio el lujo de arrastrar al hoy también inquieto senador Kenneth Pugh, lo cierto es que tal "bloqueo" (que supuestamente también se le aplicaría en La Moneda) no se condice con los números de la última encuesta de aprobación de personajes políticos de Cadem.
En ésta, pasó de los 41 puntos marcados en julio (en agosto, septiembre y octubre no fue incluido en los sondeos) a 53, ubicándose en un expectante séptimo lugar general, como la tercera carta de la centroderecha, sólo por detrás de los alcaldes y excandidatos presidenciales Joaquín Lavín y Evelyn Matthei, y superando a los senadores Manuel José Ossandón, Felipe Kast y Andrés Allamand. Incluso es el segundo de su sector con menos rechazo y cuenta con un interesante potencial para poder crecer de acuerdo a su nivel de conocimiento.
Para un afuerino, suponemos, debe ser difícil entender el fenómeno que vive en su propia región el exfiscal de Cemento Melón, malquerido por su sector, aproblemado dentro de su partido y hoy distanciado de su otrora más fiel vasallo, el consejero regional Jaime Perry, y también del diputado Andrés Longton.
Pero Chahuán lo ha dicho a quien quiera escucharlo: estará sí o sí en la papeleta presidencial de 2021, con o sin partido. Quizás por lo mismo -en rigor, precisamente por eso- ha privilegiado los viajes nacionales y ha ampliado su recargada agenda para hacerse cargo de temas tan disímiles como La Araucanía, los chilenos presos en Malasia o el proyecto de reforma a las isapres.
¿Será la hora de Chahuán? Contra todo y contra todos, nada pareciera indicar que no lo sea. Y si de algo sirve la historia, no es ningún despropósito recordar su triunfo senatorial sobre Joaquín Lavín el año 2009, acaso una de las batallas más épicas que se recuerden desde el regreso de la democracia y en la cual el millonario aporte de las empresas para su contrincante rebasó todo límite.
Tal vez su agenda valórica no esté acorde al acelerado progresismo que impera hoy en Chile, pero no sería el senador el primero en flexibilizar posturas en pos de una candidatura presidencial que lo sorprendería con 50 años en un aún prometedor momento de su carrera política.
Es decir, y resumiendo, hay un candidato incombustible, que no es del gusto de las élites y que suele meterse en disputas bizantinas con su propio sector. ¿Qué podría salir mal?
Reconocimiento de un pueblo
Todos, no cabe dudas, estamos conmovidos por el asesinato de un joven mapuche a consecuencia de una acción policial tan repudiable como desproporcionada. Se trata de un hecho que interpela nuestra ciudadanía y moralidad pública. La muerte de Camilo Catrillanca nos exige el mayor esfuerzo para sobreponernos al dolor, incluso a la legítima y explicable indignación, y no perder oportunidad ni recurso alguno para marcar un hito en esta larga y dolorosa historia.
Necesitamos convencer a muchos más y hacer evidente que el Estado de Chile, bajo gobiernos de distinto signo político, no ha actuado con la integridad ni la imaginación políticas que se requiere para alcanzar una solución eficaz y justa a la vez.
Ciertamente, deben hacerse efectivas todas las responsabilidades penales, políticas y administrativas del modo más transparente y con estricta sujeción a los principios del Estado de derecho. Pero este no es un conflicto de carácter jurídico ni económico o de menor desarrollo social. Como ya se ha escrito por distintas voces autorizadas, la base de la respuesta pasa por reconocer al pueblo mapuche.
Reconocer a una comunidad, no sólo a una población en un territorio determinado, sino a un pueblo en cuanto unidad de tradiciones y cultura, cosmovisiones y significados propios de un ethos singular, supone necesariamente un trato y una relación con otros que debemos considerar tan iguales como irreductiblemente distintos. Mientras no tengamos plena conciencia moral y política del carácter de esta relación con el pueblo mapuche no podremos identificar el carácter del conflicto y mucho menos la solución política.
Para Axel Honneth, un representante de la tercera generación de la Escuela de Frankfurt, los conflictos sociales siempre son una consecuencia de lesiones morales "generadas en la identidad subjetiva", los sujetos ven que sus expectativas de reconocimiento no son cumplidas. El conflicto de la Araucanía, en este sentido, es de carácter ético, en tanto refiere a esa constante antropológica, que es a la vez condición de desarrollo de la propia identidad. Cuando falta ésta lo que se impide es la autorrealización individual o colectiva.
Mientras una mayoría social y política no logre esa conciencia y la traduzca en decisión pública, vamos a seguir pensando que es un problema de orden público, de ejercicio de la autoridad o de fuerza, finalmente.
Si no optamos por este camino, más largo y más denso, no hallaremos la paz ni con el pueblo mapuche, pero tampoco entre nosotros. Las visiones autoritarias y tecnocráticas podrán prescindir o no entender esta otra mirada. Hasta ahora han logrado imponerse y tal vez el balance que hagan sea favorable para sus perspectivas, pero ello no nos exime de la obligación de insistir en que sin reconocimiento, no sólo a nivel normativo o constitucional, seguiremos lamentando la negación del otro y de esa forma más brutal que es la muerte del prójimo por mano ajena y asesina. Decirlo así, en consecuencia, es un acto de responsabilidad cívica e intelectual.
El rol clave de las pymes en la economía
Acabamos de terminar la séptima versión de la Semana de la Pyme, instancia creada el año 2012 por el Presidente Sebastián Piñera, en la cual tuvimos la oportunidad de conversar y conocer experiencias de pymes de distintas provincias de la región. Estuvimos en La Ligua en un seminario de Turismo; en San Antonio, reconociendo la labor y compromiso de una empresa con sus proveedores pymes; en San Felipe, con un grupo de productores de frutos secos interesados en exportar, y en Valparaíso, con emprendedores que nos visitaron de toda la región para exponer y mostrar sus productos y servicios, entre otras actividades. Estas instancias de colaboración público-privada potencian a las pymes y les abren la puerta a que puedan acceder a oportunidades que antes no eran visibles para ellos.
¿Por qué las pymes son tan importantes para la economía regional y nacional? Porque son el motor de Chile, generan más del 65% del empleo, en la región constituyen el 99% de las empresas, logran movilidad social y son quienes responden en forma dinámica a las necesidades de la población, de las empresas y a los cambios en el mercado. A través de ellas logramos el objetivo de bajar los niveles de pobreza e impactamos positivamente en la calidad de vida de la gente.
Es por esto que el principal objetivo que tiene el programa del Presidente Piñera es lograr aumentar el crecimiento no como el fin único, sino como el medio que necesitamos para lograr crear más y mejores empleos. Como Gobierno hemos estado trabajando, desde el Ministerio de Economía, en diversas iniciativas que permitan hacerle el camino más fácil a las pymes, para quitarles las piedras del camino, de manera que su tiempo y creatividad lo inviertan en hacer crecer su negocio y no en trámites o procesos que en nada contribuyen al crecimiento de su proyecto.
Actualmente estamos tramitando proyectos en el Congreso, como la Ley de Pago a 30 días, que busca desincentivar el uso del capital de trabajo de las pymes por parte de las grandes empresas y lograr que el pago a las mismas se realice a lo más en 30 días de la fecha de la factura. La oficina OPEN, de Productividad y Emprendimiento, que busca, a través de la iniciativa "Enciende tu Ampolleta", conocer desde las pymes y emprendedores cuáles son los problemas a los que muchas veces se enfrentan, pero que pocas veces se visualizan, y a partir de ellas crear iniciativas de ley como las ya presentadas en el Congreso, que incluyen la promoción de las farmacias digitales, portabilidad de los créditos hipotecarios, la creación de una ventanilla única para pymes donde puedan hacer todos sus trámites, entre otras iniciativas.
Si logramos que más micro empresas se conviertan en pequeñas empresas y que pequeñas empresas se conviertan en medianas, potenciando la oferta de servicios y productos regionales, podremos decir que estamos caminando por el camino correcto. Esto además nos permitirá capturar un mayor porcentaje de valor del plan de desarrollo regional anunciado por el Presidente, para que la mano de obra se contrate local y los servicios sean prestados por nuestras pymes logrando un adecuado encadenamiento productivo.
Este es un desafío que no debe ser dejado al azar, sino planificado y construido en conjunto con las pymes, entregándoles las herramientas necesarias, tanto financieras como de competencias y conocimiento, para aprovechar las brechas y oportunidades que nos traen las nuevas tecnologías.
Aldo Valle
Rector de la U. de Valparaíso
Javier Puiggros Vogel
Seremi de Economía, Fomento y Turismo de la Región de Valparaíso