Obras de Claudio Girola protagonizan nueva muestra temporal del Baburizza
ARTES PLÁSTICAS. La exposición, que permanecerá abierta hasta el 10 de febrero, forma parte de las celebraciones de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso por sus 90 años.
Como buen hijo de escultor, Claudio Girola Iommi creció rodeado de arte. Es más, el escultor y artista visual nacido en Rosario inició su formación con su progenitor, la que luego perfeccionó en la Escuela Preparatoria de Bellas Artes Manuel Belgrano y en la Academia Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.
Pero fue en Chile, y específicamente en la Quinta Región, donde desarrolló el mayor volumen de su obra artística. Acá llegó en 1952 y se unió como profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso, donde varias generaciones de profesionales aún lo recuerdan.
Está entre los fundadores de la Ciudad Abierta de Ritoque e impulsó en 1965 la primera Travesía, un viaje poético por diversos lugares del continente americano que realizan hasta el día de hoy los estudiantes de la carrera.
Mirada porteña
Pero estos antecedentes no son lo único que hace especial al artista fallecido en 1994, sino también el que es considerado como uno de los impulsores de la renovación de la plástica latinoamericana. Algo que los porteños y visitantes podrán disfrutar hasta el 10 de febrero en la sala de exposiciones temporales del Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso - Palacio Baburizza.
Las obras fueron adquiridas por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), entidad que impulsó esta exposición como parte de las celebraciones de sus 90 años. "Ésta es una nueva expresión del compromiso de la PUCV con la región y la ciudad de Valparaíso", comentó el rector de la casa de estudios, Claudio Elórtegui; acotando que Girola junto a Miguel Eyquem y Godofredo Iommi, entre otros, pertenecieron a "una generación notable de académicos, artistas e intelectuales (...) que le seguimos rindiendo homenaje por lo que crearon y ha permanecido a través de sus discípulos".
"Ésta es una exposición muy significativa y representa un patrimonio que tiene la PUCV, que pone a disposición hoy a la comunidad. Agradecemos que se presente en Valparaíso y en nuestro museo", expresó por su parte Rafael Torres, director ejecutivo del museo, destacando el hecho que primero se presente en la ciudad antes que en Santiago, donde llegará el próximo año.
Trabajo de memoria
El que estuvo a cargo de curar la muestra fue Jorge Ferrada, director del Centro de Patrimonio de la Universidad. Pero también fue alumno, ayudante y trabajó con el artista: "Claudio Girola se mantuvo activo hasta los últimos días, trabajé con él en su taller, armando estas esculturas", comentó el también académico.
"Fue fabuloso colaborar con él, era un maestro, una persona muy sensible y abierta para recibir preguntas", añadió. Por ello, aseguró que "la relación que tiene la curatoría es precisamente cómo rescatar el pensamiento que está atrás en la obra, no solamente una línea curatorial en torno a la cronología, sino que el pensamiento de Claudio con respecto a la escultura, la relación de los materiales y el basamento".
Por lo mismo "pensé, desde un principio, que el embalaje de la escultura como la posibilidad de mostrar", sirviendo de base para poner el trabajo, pues ya contenía el título y el rótulo.
Junto con armar la exposición, Ferrada tuvo la misión de restaurar todas las obras, debido a que algunas de ellas habían sido dañas por terremotos y otros eventos. "Fue un trabajo, más allá de la materia, de mucha memoria y muy emotivo también", aseguró, pues por un lado él es hijo de escultora y, por otro, tenía en mente al propio artista.
El académico también recordó que Girola "realizó una serie de esculturas que se efectuaron en las Travesías que se colocaron en distintos puntos de América, algunas no están pero hay registros fotográficos". En este sentido, destacó que la muestra también sirve como una especie de catálogo a posteriori, porque "cuando la universidad compró la colección se fue repartiendo y algunas comenzaron a desaparecer. Y es muy fácil que alguien se quede con las esculturas".