El próximo 28 de diciembre se conmemora el 144° Aniversario de la Fundación de Viña del Mar. Si bien en sus orígenes era un asentamiento con características agrícolas y de balneario, fueron sus atributos y atractivos los que permitieron que se constituyera en una ciudad propiamente tal e independiente del Puerto, tras la construcción del primer tendido ferroviario en 1855. Este hito marcó el inicio del incipiente crecimiento urbano de la comuna, el que definitivamente se consolidó a partir de la creación de la Municipalidad de Viña del Mar, en 1878. Fue así que el municipio se convirtió en el principal agente de desarrollo urbano y social, generando uno de los principales puntos de inflexión para la ciudad y sus habitantes a partir de 1927, cuando se instauraron Juntas de Vecinos para administrar los municipios de Chile.

Casi un siglo después, la ciudad inicia una nueva etapa de desarrollo, con la ejecución de un conjunto de proyectos que hoy se hacen sustentables por la actualización de dos importantes instrumentos: el Plan Regulador Comunal (PRC) y el Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO), que fundamentan la visión estratégica con la que hemos emprendido la labor de proyectar el crecimiento y desarrollo de Viña del Mar, no sólo en términos de infraestructura, sino también en materia social y cultural.

Si bien la actualización del Plan Regulador de Viña del Mar comenzó hace más de un año, fue en agosto pasado que se realizó el primer gran hito de este valioso instrumento de planificación territorial: los talleres de participación ciudadana, en el marco de la Evaluación Ambiental Estratégica. Esta primera etapa tiene como propósito formular la imagen-objetivo de la ciudad, a partir de los deseos e inquietudes de los propios vecinos respecto al territorio que quieren habitar. Otra herramienta fundamental para la construcción de la Viña del Mar del futuro es la actualización del Plan de Desarrollo Comunal, PLADECO 2018 - 2022, aprobado por el Consejo Comunal en octubre.

Adicionalmente, el sector fundacional de Viña del Mar experimentará la mayor intervención urbana de las últimas décadas, gracias a una millonaria inyección de recursos provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo, BID. La iniciativa, que ejecutaremos desde el municipio y que considera una importante cartera de proyectos enfocada en recuperar y poner en valor el patrimonio arquitectónico, urbano, cultural y social de la comuna, implica una oportunidad histórica de dar un salto cualitativo y cuantitativo en el desarrollo integral de Viña del Mar, lo que nos permitirá realizar obras tan necesarias como anheladas por la comunidad y que hemos priorizado a través del plan que hemos denominado Impulsar: Distrito Fundacional de Viña del Mar.

Todos estos instrumentos de desarrollo, planes y proyectos que estamos concretando al cumplir 144 años de existencia como ciudad, tienen como objetivo servir, resguardar, proteger y fortalecer a las familias viñamarinas.

150 años | 24 de diciembre de 1868

Demetrio O'Higgins era chileno vigente

Por el tema de la herencia de Demetrio O'Higgins, fallecido a fines de noviembre pasado, el abogado Fernando Casos, en Lima, argumentaba que el hijo de O'Higgins no era chileno, sino peruano. Sin embargo, un documento emitido en 1860, por el Senado de Chile, le había rehabilitado en su condición de chileno.

100 años | 24 de diciembre de 1918

U. de La Sorbona distinguió a Wilson

PARIS. - El Presidente Wilson, contestando los honores que se confirieron en la Sorbona, dijo que lo halagaba tener él, el título de la gran Universidad, junto con hombres cuya fama, hacía que la universidad de París, fuera la más famosa del mundo. Resaltó que en ella se usaba la ciencia para los principios humanos más nobles.

50 años | 24 de diciembre de 1968

Astronautas en órbita en la Luna

CENTRO ESPACIAL DE HOUSTON, (Tejas), 23 (UPI).- La histórica expedición espacial prosiguió hoy sin problemas y si todo continúa así, mañana a las 4.59 A. M., (9.59 GMT), la nave entrará en órbita circunlunar para permanecer allí por 20 horas, completando diez giros, antes de emprender el regreso al planeta Tierra.

Números más, números menos, Chile es un país cristiano. La encuesta CEP indica que el 55% de la población se manifiesta como católica, cifra a la baja si se considera que hace 10 años esa religión marcaba un 78% de fieles. En tanto, los evangélicos suman un 16%. Ambas religiones, con variadas diferencias, totalizan un 71% de los chilenos. A la vez, se definen sin credo o en otras denominaciones un 29%.

Pese a diferencias, celebramos la Navidad, celebración cristiana que, más allá de credos o indiferencia "se transformó e hizo que el consumo sea hoy el gran protagonista en los días previos a la fiesta", como lo afirma en su editorial el último ejemplar de la revista jesuita "Mensaje". Esa afirmación, fuera de su origen, es acertada, pues la celebración cristiana a partir de relatos evangélicos, parece haber perdido sentido. ¿Se advierte el sello cristiano en la vida nacional? La respuesta es no. Pueden haber muy buenas intenciones, incluyendo por cierto a los grupos alejados de cualquiera fe, pero esos buenos propósitos están muy distantes de elementales consejos que aparecen tanto en la Biblia en sus diversas versiones como en el Evangelio, que llevó a los incipientes grupos cristianos a celebrar el nacimiento de Cristo a partir del Siglo IV. Y esa celebración que sobrevive por años no puede ser únicamente historia, nostalgia y consumismo desatado.

Este país, Chile, que según los números es cristiano, se merece un gran paquete navideño fruto de la colaboración de todos quienes afirman seguir la línea del Evangelio y, lógicamente, invitando a quienes no están en esa dirección, pero que también son personas que mucho pueden aportar. Y ese paquete navideño debe contener, ante todo, tolerancia, comprensión que sea un detonante que pueda derrotar la desconfianza que nos tiene capturados y paralizados, mirando en ese prójimo del que precisamente nos habla el Evangelio, un enemigo. Y en lo concreto, ese mismo paquete, con lindo papel y cintas de colores, debe incluir solidaridad, efectiva, no sólo del momento, sino que activa, constructiva y continuada. Nuestro regalo no se puede quedar únicamente en el emotivo discurso, en la tarjetita con viejitos de pascua y copos de nieve, sino que debe tener como contenido principal la voluntad personal, desde cada posición y jerarquía, de contribuir a la unidad respetando la diversidad, evitando palabras que destruyen y que generan respuestas que estimulan la demolición. Chile, país cristiano, se merece hoy, en días de dudas y recelos, un regalo de confianza y buena voluntad.