Gustavo Lanaro asume de entrada que el cambio entre Deportes Valdivia y Santiago Wanderers es grande, así como también el panorama meteorológico y geográfico entre lo que vivió en la región de Los Ríos y nuestra zona.

"El cambio es drástico, luego de dos días ya se me peló la nariz... de la lluvia intensa pasé a un calor sofocante", admite el delantero y primer refuerzo del Decano, agradeciendo de inmediato el cariño de los hinchas y de sus compañeros al momento de su arribo, bromeando incluso con los cuatro goles que le marcó a los verdes durante la última campaña con la camiseta de los del Torreón: "Me han recibido incluso mejor de lo que esperaba".

Pero de la misma forma, Lanaro sabe que en lo futbolístico también habrá un cambio drástico, más aún con la presión que los hinchas porteños hacen sentir desde las tribunas.

"Obvio que llegar a un club como Santiago Wanderers, con su historia y su gente, te exige el estar en la Primera División", asegura, confesando que "acepté venir porque me motivó tener la obligación de ser campeón y lo voy a disfrutar".

Respecto de la disputa por la titularidad que seguramente mantendrá durante todo el torneo con Enzo Gutiérrez, el argentino, nacionalizado chileno, elogió a su nuevo compañero asegurando que "yo celebro su renovación porque es un jugador que le ha dado y le va a dar mucho al club".

"No me molesta el competir con Enzo (Gutiérrez) o con otro... yo vengo a aportar, y si me toca jugar todo el partido o cinco minutos voy a tratar de aprovecharlos. Le deseo lo mejor a Enzo (Gutiérrez) y que marque la mayor cantidad de goles, porque irá en directo beneficio de Santiago Wanderers", agregando que "esto es un plantel y se necesita de muchos jugadores para llegar a fin de año con chances claras de ganar, además, nadie dice que no podamos jugar juntos".

Sobre sus características y lo que los hinchas podrán ver de él en el terreno de juego, Lanaro explicó que "como delantero siempre quiero hacer goles y es por lo que uno viene, pero lo mío también es el juego aéreo, la garra, las ganas y no dar ninguna pelota por perdida".

Miguel Ramírez no tuvo problemas en reconocer, el pasado miércoles en Mantagua, que su contrato por una temporada con Santiago Wanderers tenía dos cláusulas de salida: la primera, en caso que un club llegara desde el extranjero y se interesara por contar con sus servicios (y él estuviera de acuerdo con las condiciones), mientras que la segunda se hace efectiva en caso que los resultados no sean aceptables durante una temporada que tiene como exclusivo objetivo el ascenso a Primera División.

Estas situaciones no son extrañas en el pasado reciente de la relación del Decano con sus entrenadores, aunque presentan matices especialmente llamativos. Por ejemplo, basta con recordar que Alfredo Arias dejó Valparaíso para partir al Emelec justamente porque contaba con una cláusula en caso de una mejor oferta proveniente de otro país, situación que terminó por cerrar uno de los pocos ciclos exitosos en la era de la sociedad anónima.

Al otro lado de la vereda, está el triste recuerdo de Nicolás Córdova, quien más allá de sus horribles resultados en el torneo oficial que incluso concluyeron con un descenso, logró mantenerse en su cargo ante la mirada atónita de toda una ciudad debido a que la regencia caturra firmó un vínculo por dos años y medio sin ninguna posibilidad de poner fin a un ciclo nefasto debido a una millonaria indemnización.

Luces y sombras en las relaciones contractuales de los técnicos con la sociedad anónima que concesiona a los verdes.

Hoy el tema, según explica Ignacio del Fierro, presidente de la Comisión Fútbol de los porteños, demuestra en el caso de Miguel Ramírez "confianza en su trabajo y también un aprendizaje de los errores de temporadas anteriores".

La primera

Para el dirigente, al interior de la mesa central de Santiago Wanderers no existe temor alguno de que una oferta proveniente desde el extranjero pueda llevarse al DT.

"En todas las conversaciones formales e informales que hemos tenido con el cuerpo técnico, siempre he visto mucho profesionalismo", asegura el timonel de la Comisión Fútbol de los verdes, admitiendo que "Ramírez es un tipo muy confiable y de palabra. Nosotros confiamos ciegamente en él y su cuerpo técnico. Yo creo que Miguel (Ramírez) está medio enamorado del club y de Valparaíso".

La segunda

Sobre la segunda cláusula de salida, que en favor de la dirigencia permitiría rescindir el contrato de manera anticipada en caso que los resultados no se den dentro de las expectativas, Del Fierro es tajante al momento de sostener que "si bien estamos seguros de que con Miguel (Ramírez) tenemos profesionalismo y en lo personal, que vamos a ascender, no podíamos repetir errores anteriores".

"No podíamos tomarnos las cosas tan a la ligera y si te va mal como le fue a (Nicolás) Córdova, no podemos quedarnos con las manos atadas para realizar los cambios necesarios", dice el regente, reiterando que "en todo momento estuvimos súper conscientes de que en años anteriores hubo equivocaciones que no se podían reiterar".

"(Miguel) Ramírez es un tipo muy confiable y de palabra. Nosotros confiamos ciegamente en él y su cuerpo técnico"

Ignacio del Fierro, Presidente de la Comisión Fútbol de Wanderers"