"Me sorprendió", expresó la alcaldesa Virginia Reginato, ante el triunfo judicial de Blanca Vergara, que reconoce propiedad y obliga al municipio a la demarcación de 25.000 m2 en el paseo Las Salinas, ubicado en el borde costero, tal vez el único espacio "público" que transversalmente genera pertenencia a los habitantes de Viña del Mar.
Contextualicemos. Vergara es bisnieta de los antiguos propietarios y fundadores de la comuna. "Para que te hagas una idea, ellos eran dueños desde la avenida Argentina hasta el estero de Concón", me comentan, pero al parecer las relaciones con la autoridad no son de las mejores. Los hechos hablan por sí solos, porque más allá del tradicional homenaje a su estatua cada 28 de diciembre, no se aprecia una valoración mayor a la figura de José Francisco Vergara. Al menos alguna deferencia institucional a la voluntad que han seguido teniendo sus herederos, quienes han dejado a la autoridad y vecinos disponer de muchos de sus terrenos. Mal que mal, ¿cuántas comunas del país pueden decir que cuentan con descendientes directos vivos de sus fundadores?
Hace rato se siente un olorcillo a ninguneo, un actuar displicente hacia la vecina fundadora, quien, en varias ocasiones intentó un acercamiento para resolver lo que hoy agita el inicio de temporada. El reclamo hacia la alcaldesa de que ésta no le ha dado "ninguna entrada para el Festival", si bien caricaturiza la relación, la resume fielmente.
En medio de la anécdota, bastantes actores han tomado la palabra, los arquitectos de la plaza que coinciden en el camino de la expropiación, Bienes Nacionales, parlamentarios y, por cierto, la propia alcaldesa, apelando al presidente y citándose con el ministro de Defensa, pues si bien es sólo un juicio de demarcación, es un fallo de la Corte Suprema, es decir, inapelable.
Estamos en plena discusión del nuevo plan regulador, es legítimo que la ciudadanía, espectadora en esta historia, pero afectada directamente, se pregunte si no vendrán nuevas sorpresas. Urge tener certezas. Es bueno recordar que Blanca Vergara, porque así lo ha manifestado, puede ir por más: Sausalito y parte de la Quinta Vergara.
Es de esperar que el municipio asuma su responsabilidad por un hecho pendiente y sabido, se allane a transparentar la información de los otros posibles terrenos en conflicto y avance en el dialogo; de lo contrario, y juicios mediantes, tal vez en algún momento tengamos que remplazar el "Viña ciudad bella" por el "Viña ciudad de ella".
Patricio Cerda Adaro
Director ONG Viña Ciudad Nuestra