Una de las grandes interrogantes que existen en relación a la cultura tiene que ver con el aporte real de ésta a la economía, sobre todo cuando se considera que a futuro se espera que las industrias creativas sean uno de los aportes fundamentales al PIB del país.

En este contexto, cobra relevancia el estudio "Medición de Impacto del Rockódromo", realizado el año pasado por la empresa Fanear, en alianza con la Universidad Técnica Santa María, que reveló que el impacto indirecto del evento - es decir, los gastos en alojamiento y transporte, por ejemplo- fue de $291.182.630 millones en sus cuatro días de duración.

La información la dio a conocer ayer la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, en el lanzamiento de la versión 2019 de la actividad organizada por las Escuelas de Rock y Música Popular, dependiente del Ministerio. Al respecto, la secretaria de Estado comentó que el evento "deja bastante ganancias, porque hay gente que viene exclusivamente al Rockódromo, cerca de 4 mil personas se calcula el año pasado de las casi 35 mil, que no deja de ser importante. Así que para el comercio local también significa una oferta, un espacio también de comercio y de utilidades".

El estudio ya se ha realizado por dos años consecutivos. El director ejecutivo de Fanear, Félix Barros, explica que en ambos lo más llamativo ha sido el impacto económico indirecto, ya que "eso está valorizado en cerca de 300 millones que es bastante más que el presupuesto del Festival. Lo que dice que hay un retorno positivo".

Así se mueve el público

En el detalle del estudio se puede apreciar que un 41% de los asistentes no fue local -es decir, personas que no viven en Valparaíso y Viña del Mar-, universo del cual cerca de un 14% correspondía a una región diferente a la Quinta y menos de un 2% eran extranjeros.

En base a esto, y gracias a encuestados que respondieron detalladamente su nivel de gastos, se pudo saber que en alojamiento queda en la ciudad diariamente $4.969 por persona y en alimentación $2.767; mientras que en entretención, $2.242.

En cuanto al rango etario de quiénes asisten al encuentro, un 33,6 por ciento son personas de entre 25 y 34 años; mientras que un 30,9% va de los 20 a 24 años; y un 14,2% se mueve entre los 35 y 44 años.

Otro detalle interesante en cuanto al público es la razón principal por la que asistió al evento, ya que un 23,7% lo hizo porque "quiero ver un show en particular" y sólo un 1,3% "porque es gratuito.

A esto se suma el nivel de fidelización que tiene Rockódromo que este año celebra su 15ª edición, pues el estudio arrojó que un 60 por ciento de los encuestados ha asistido a versiones anteriores; de las cuales un 77% lo ha hecho de una a cinco veces.

Positiva percepción

Por otra parte, la medición también buscó conocer la percepción con respecto al estado de las ventas durante el periodo que duró el Festival. El 8 por ciento de los encuestados dijo que disminuyó en un 28% en promedio; mientras que un 17 por ciento aseguró que hubo un aumento de un 21%.

Sobre el mismo punto de la percepción, el documental señala que "hay acuerdo en que este evento potencia la economía del sector y de la ciudad, tanto económicamente como culturalmente, siendo una contribución importante para la ciudad, incluso mostrando que el sentimiento de inseguridad no aumenta con la realización del evento".

"Sin embargo, a nivel micro existe una discrepancia ya que se percibe que el evento no potencia a locales en ventas y atracción de clientes, sumado al aumento de la basura y contaminación", dice el mismo estudio.

A su vez para la versión 2018 de la medición se realizó un estudio de percepción con los residentes de Playa Ancha, debido a que allí se emplaza el Parque Alejo Barrios, escenario principal del Rockódromo.

El estudio arrojó una "falta de interés en asistir al festival" por parte de los residentes del sector. A pesar de ello "tienen una excelente percepción de éste, pues están de acuerdo en que el evento no ocasiona ruidos molestos o inseguridad en sus días de realización".

Pero no todo es perfecto, pues como asegura el director ejecutivo de Fanear, Félix Barros, "vimos que habían ciertos temas a mejorar", aunque advierte que "están fuera del control del Festival", como que a la salida del evento se ocupen plazas para "carretear" y "la producción nunca supo".

"Son factores que uno puede ir midiendo y luego en base a eso tener un mejor plan para evitar que eso suceda. Estar mejor preparados", acota.

Gran celebración

Antecedentes que permiten aumentar las expectativas en torno a versión 2019 del Rockódromo que comienza este 31 de enero al mediodía con Ocho Bolas, haciendo un homenaje a Pablo de Rokha en la plaza Mena con un concierto que lleva por nombre el disco del grupo, "Genio y figura".

Será el inicio de la celebración por los 15 años del Festival y los 25 de las Escuelas de Rock y Música Popular. Por lo mismo, la ministra Valdés dijo que hay "muchas expectativas, grandes expectativas. Es un cuarto de milenio de las Escuelas de Rock y 15 años del Rockódromo, además es el primer año que nuestro Ministerio está organizando el Rockódromo. Así que se juntan tres fechas que son muy significativas".

La titular del ramo aseguró que eventos como éste -que incluye una sección de industrias con productores y programadores de festivales-, "son oportunidades únicas para conocer nuevos talentos o elencos que ya están consagrados. Para juntarse y conocerse entre ellos también, evaluarse, verse cómo está uno respecto al otro".

También dijo que se espera que "este año vengan muchos más", personas de las cerca de 35 mil del año pasado, sobre todo porque "es un espectáculo gratuito. Éste es como un Lollapalooza popular dijo alguien recién y al final eso es".

Cristian Zúñiga, quien está a cargo del programa de las Escuelas de Rock y Música Popular, acotó que este Festival "es el más ambicioso de los que hemos realizado hasta ahora, porque va a tener cerca de 500 músicos de Arica a Magallanes, de seis países de Latinoamérica".

Parque alejo barrios

Al igual que el año pasado, el "Parque Alejo Barrios va a ser el epicentro de lo que nosotros denominamos el Rockódromo con mayor diversidad musical". Es así como en el lugar, los días 2 y 3 de febrero habrá cuatro escenarios que funcionarán en forma paralela, uno de ellos en forma de barco llamado Winnipeg que, precisamente, dará espacio a bandas migrantes como Nossas Raizes y Meteora.

"Vamos a tener un Rockódromo que yo creo va a dar cuenta de la diversidad musical y de lo rico que es la escena musical chilena hoy, incluso, destacada con el hecho que nosotros vamos a tener a Javiera Mena que es una artista que va a estar en Coachella, que es uno de los festivales más importantes del mundo que se hace en EE.UU", comenta Zúñiga y finaliza: "Creo que Rockódromo da cuenta de una generación, de una Tierra de Músicos como es nuestro eslogan".

Entre los músicos que participarán en estos cuatro días de fiesta se encuentran Amahiro y Etó de Rapa Nui, Congreso, Inti-Illimani, Los Cracks del Puerto y Cuatro Pesos de Propina (Uruguay), por nombrar algunos. Todas las actividades son gratuitas, y se pueden seguir por streaming.