Ayer, por la mañana, el Grupo Pachuca anunció por intermedio de un escueto comunicado de prensa que había adquirido la totalidad de la propiedad del club Everton de Viña del Mar. El conglomerado empresarial afirmaba en México que "se complace en comunicar que ha adquirido el 20% restante, obteniendo con esto el 100% de las acciones del club chileno".

Sin embargo, todo indica que la información entregada por el holding azteca es inexacta. Lo que realmente ocurrió es que la empresa liderada por Jesús Martínez terminó de pagar parte del dinero que adeudaba por la operación de compraventa realizada a mediados del 2016 con el en ese entonces presidente oro y cielo, Antonio Bloise, y otros accionistas mayoritarios del club.

"El documento que firmamos fue hace dos años y medio, donde vendimos el 80% en una etapa y nos pagaban el 20% restante en un periodo, y lo fueron pagando de a poco, postergando los pagos. El año pasado nos pagaron una parte en enero, otra en junio, y terminaron de pagar el último saldo en diciembre", explicó el extimonel auriazul, dejando en claro que siempre quedó estampada una acción irrevocable para pagar ese 20% restante. Es decir, desde un primer momento se vendió íntegramente el club (el porcentaje exacto, según la memoria de la sociedad anónima viñamarina, es de un 97,190%), y sólo faltaba pagar una parte de la transacción.

"No hay nada nuevo. Parece que hubiéramos firmado un acuerdo nuevo con ellos y yo no he firmado ningún papel nuevo. Con los mexicanos he firmado una sola compraventa en mi vida. Nada ha cambiado de lo original", insistió el empresario viñamarino.

A Bloise lo respaldan los documentos que el club entregó a la Superintendencia de Valores y Seguros, donde en el apartado sobre el control y propiedad de la institución ya se daba cuenta del 97,190% (19.284 acciones) en poder de Pachuca. El resto: Lecce SPA (374 acciones, que representan un 1,880%), Corporación Deportiva Everton (una acción, un 0,010%), Inversiones Italia Ltda. (una acción, un 0,010%), y accionistas minoritarios (181 acciones, un 0,910%).

"Yo invité a todo el mundo a ser accionista, creo que fue el 2014, y en ese minuto integramos un grupo de accionistas chico, como Perocarpi, el "Chino" Meléndez, Losada... había un montón. Ellos todavía tienen un pequeño porcentaje. Después cuando Pachuca terminó de comprar no vendieron porque es un -monto de acciones emblemáticas", detalló el hoy presidente honorario oro y cielo.

Bloise no esconde un cierto grado de molestia, ya que siente que queda como alguien que hizo un gran negocio nuevamente, y cree que la publicación del comunicado debió aclarar que sólo se terminó de pagar el saldo adeudado.

Ante las críticas que recibió en redes sociales por parte de muchos hinchas, Bloise afirma que a él y sus socios, Everton les costó el doble del precio en que lo vendieron hace dos años y medio.

El exdirectivo se lamentó también porque según su visión no se resaltan las cosas buenas de su administración, como el campeonato del 2008, la gira a Europa, jugar Copa Libertadores y la construcción del CDE en Reñaca Alto.

Everton S.A. no quiso opinar ayer sobre este tema.

"Hace dos años y medio vendimos el 80% en una etapa y el 20% restante lo fueron pagando de a poco"

Antonio Bloise, Expresidente de Everton"

Diversidad de opiniones sobre la transacción

Con toda el agua que ha corrido bajo el puente, las voces son disímiles en torno a la venta de Everton al Grupo Pachuca.

Aldo Caprile, un romántico por naturaleza, extraña el pasado, cuando la institución funcionaba en Viana y acogía a otros deportes, aunque ve con buenos ojos el salto que puede tener el club a nivel de infraestructura y competencia con el arribo del poderoso conglomerado mexicano.

Por ahora, hay un aspecto que le quita el sueño. "Lo preocupante para el viñamarino y la ciudad es que realmente a este Grupo le vaya bien, pero que también sean escuchados todos los que corresponden. Si bien es cierto puede ser una sociedad anónima cerrada, eso no significa que no es de la comunidad de Viña del Mar", señaló el expresidente, agregando que "los socios, simpatizantes, hinchas y las barras del club siempre debieran tener la posibilidad de ser escuchados, eso me encantaría. No debe limitarse el derecho a voz y a ser escuchado".

Por su parte, Gustavo Heresman, excoordinador de la barra "Los Ruleteros", es más crítico. Sus dardos apuntan a la mercantilización del fútbol y la irrupción de las sociedades anónimas.

"La venta al Grupo Pachuca es la culminación de un proceso donde muchas personas se confabularon para que Everton se convirtiera en lo que es hoy", dice, añorando esos tiempos donde los hinchas se sentían más parte del club, y concurrían y organizaban actividades.

"El club pierde identidad. La gente, la hinchada, ya no tiene voz ni voto. Desde que se transformó en sociedad anónima empecé a perder ese sentimiento de pertenencia, siento que ya no es de los viñamarinos; se han alejado de la hinchada convirtiendo a Everton en un producto mercantil sin sentimiento", lamenta el hincha.

de las acciones de Everton hoy está en manos del Grupo Pachuca. El resto se divide en la Corporación y accionistas minoritarios. 97,190%

de junio de 2016 se selló oficialmente la venta del cuadro oro y cielo al conglomerado mexicano con ceremonia realizada en el CDE. 20