Carlos Cociña: Los versos raros de la máquina sensible
El poeta emigró de Concepción a Santiago y le dio a leer sus versos a Raúl Zurita y Nicanor Parra. El poeta leyó y el antipoeta tarjó el título "Potable" y lo cambió por "Aguas Servidas". La obra de 1981 ya lleva cuatro ediciones en UDP. Acá Cociña, un raro ejemplar.
Los años ochenta deben ser los últimos de indiscutible calidad de la poesía chilena. Libros impactantes se amontonan fácilmente. La sobrevivencia de obras escritas bajo un sistema cultural precario ha sido mucho más extensa de la imaginada para esos libros hechos con más artesanía que industria. Una joya fundamental, muy acorde a la vanguardia de la época es "Aguas Servidas" (1981) de Carlos Cociña (1950), que hoy alcanza una cuarta edición en la colección de poesía de la Universidad Diego Portales. La misma editorial también ha rescatado a autores de aquella época como Gonzalo Muñoz o Paulo de Jolly, el mítico de Louis XIV.
Poco dada a la reducción, la de Cociña es una escritura sin concesiones. Hoy, el poeta cuenta con una obra contundente, entre las que destacan "La casa devastada" (Premio Círculo de Críticos de Arte 2017) y la antología Poesía Cero (2017) con ediciones en México y España.
Había que tener carácter para debutar con un primer cuerpo donde los poemas se llaman "Estructuras", "Descripciones" y "Actos". En la tercera parte los poemas llevan números, ordenados como si fueran una investigación científica.
La recta provincia
Los versos de "Aguas Servidas" se abren a partir de fisuras sentimentales. Su literatura, surge en Concepción, pese a que el libro tiene el pie de imprenta en Santiago, hacia donde decidió emigrar Cociña. En la capital se le agrupa con poetas como Thomas Harris y Alexis Figueroa, también provincianos que emigraron.
Si Juan Luis Martínez hizo su vanguardia desde la provincia y otros poetas desde Santiago, Cociña genera este libro en el traslado. Porque las relaciones del poeta en la literatura atravesaban el territorio permanentemente. Es ya clásica la historia del título que fue puesto por Nicanor Parra, quien tachó la palabra "Potable" para dejar el definitivo "Servidas".
Cociña, que pasó un par de días en la casa del antipoeta mostrándole este trabajo, rememora esas conversaciones: "Éramos compañeros de poesía, pero hablábamos de política, de nuestros hijos, de la vida cotidiana. Implicaba estar con el otro mucho más allá que un aspecto específico. Que es lo que pasa en este minuto en el tipo de comunicación de internet. Y resulta que uno nunca es específico, siempre está en relación con otro y con otros aspectos de uno".
Además, el material inédito fue leído por Raúl Zurita. Acerca de cómo se establecían esas relaciones entre poetas, Cociña recuerda que fue a través de "la internet de esa época, que era con estampillas. Por cartas nos comunicábamos entre todos y yo viajaba con cierta frecuencia. Un amigo poeta que se llamaba Mario Milanca, me presentó a Raúl Zurita, a Juan Luis Martínez y a una serie de otra gente. Las relaciones se hacían fundamentalmente por carta o personalmente. Eran más espaciadas, pero creo que más intensas también".
Esa intensidad se nota cuando estos mismos nombres se cruzan en los poemas. Van los poetas reconocidos y los fallecidos al momento de la escritura.
Explica Cociña la decisión de darles un lugar entre los versos: "No puedes escribir nada sin convocar a otros escritores. También debes alimentarte de las cosas que escuchas. Toda escritura está basada en otras escrituras. Lo que haces es combinarla de distinta manera, nada más. Y eso está determinado sociológicamente, biológicamente. Tiene una serie de determinantes y uno es solamente el operador".
Respecto de las lecturas críticas de los colegas en la versión definitiva de "Aguas Servidas", señala el poeta: "Más que correcciones es un trabajo en conjunto que realizas con algunas personas. Te encuentras con un lector que te da una opinión y a veces la tomas y a veces no. Tiene que ver con hacer circular en espacios pequeños y con pocas personas la obra. Lo extraño me parece no solamente bueno sino necesario. Modifica el valor de la autoría, porque la autoría también la hace el lector".
Chile autoeditado
"Aguas Servidas" fue una autoedición, como muchos otros libros notables de la poesía. Cociña le da densidad histórica a ese hábito: "Es una tradición muy antigua, piensa que en los treinta existía ediciones Intemperie, donde se autoeditaban Humberto Díaz Casanueva, Rosamel del Valle, etc. Siempre ha habido autoediciones. Hay que pensar en Pablo de Rokha, pero efectivamente se produce una explosión de autoediciones en los setenta y a principios de los ochenta".
Cociña remarca la importancia de la autoedición chilena, "Es clave, porque casi todos los primeros libros de los autores han sido autoediciones. Así manejas todos los elementos constituyentes de ese objeto que se llama libro. Hay un aprendizaje técnico que permite conocer las ventajas y desventajas del medio. Eso es bueno tenerlo en cuenta cuando uno escribe, porque el hacer construye poesía. El faber es bueno. No son cosas que andan en el aire sino que se construyen desde la tierra".
Ese amor por el oficio de hacer libros es el que hizo que Cociña migrara definitivamente de Concepción a Santiago: "Fundamentalmente por las posibilidades de trabajar en literatura. Mi traslado fue una cuestión laboral. No quería seguir la carrera académica, que era la posibilidad en Concepción. Yo quería encontrar otras posibilidades que alimentaran mi deseo de escribir. Por ejemplo trabajar en un área que no fuera lo académico, en relación con los libros. Allá no se podía a menos que fuera en autoediciones. Yo quería estar en la edición en general. Por eso fue fundamental cambiarme de lugar". El poeta ha trabajado como editor en Zig-Zag, Lom y Arrayán, entre otras casas editoriales.
Operador ecléctico
Si Cociña se define como un operador del lenguaje, sería uno ecléctico. Hoy la variedad de nuestros conocimientos están a un click de distancia en internet, pero en los años de escritura de "Aguas Servidas", 1973 a 1980, esta tecnología no existía.
-¿Cómo integró los elementos de "Aguas servidas"?
-Lo que hacía era buscar elementos para romper la estructura piramidal, la estructura demasiada armada. Constantemente tenía que buscar otras posibilidades de visión, de interpretación, de construcción de algo, porque estaba todo normado. La búsqueda de muchas posibilidades se hacía urgente por la imposición de una sola mirada. Por lo demás eso también ocurre ahora, todos está en la búsqueda de lo normado. La visión única es desastrosa, produce desastres.
un libro raro
-¿Cuán consciente era de la extrañeza del libro?
-Sabía que era muy raro, era lo único que sabía. Pero sabía que era lo que yo estimaba que tenía que hacer. Pero no tenía ninguna idea de qué podía pasar con él y no importaba mucho.
-¿Le interesaba la originalidad?
-Es una tradición la de la innovación. No se hace nada nuevo finalmente, todo es combinaciones. O todo es nuevo también, por las combinaciones.
-¿Producir con los otros?
-Uno nunca produce nada sino en relación con los otros y mucho más en el caso de la literatura, que funciona con un código que es la lengua, que pertenece a cientos de millones de personas. No solamente las personas que hablan tu lengua en este minuto, sino los que la hablaron antes, la escribieron antes e incluso los que van a leerla o escribirla después. O sea, estás metido dentro de un mar, un cielo, un bosque o una ciudad en relación con todos los demás. Y la lengua solo funciona cuando es común, si no, no es lengua.
-"Aguas Servidas" se podría considerar poesía del futuro, se mantiene siendo editada y leída.
-En ese momento, en el que fue escrita, era de presente. Y la gracia que sea reeditada es que aparece nuevamente como presente. La proyección es instantánea, no es hacia adelante. Es como los recuerdos, los recuerdos no están atrás, están ahora, tú los construyes ahora.
-El primer capítulo establece una relación con el ojo.
-El ojo es el sentido más intelectual. Y en ese momento una de las formas de entender era intelectualizarlo. Si te quedas solamente con la fuerza de la intuición te puedes equivocar muchísimo. Posteriormente yo he trabajado bastante el sonido y el tacto, y el más elemental de los sentidos que es el olfato. Pero en ese momento en que escribí "Aguas Servidas" tenía que ver con que no te dejaban mirar, por eso era tan interesante mirar. Además que es el sentido que está más ubicado, porque está en la cabeza, se le tiene más confianza, y a mí me parecía que no era tan confiable, el ojo.
-¿Hubo algún elemento clave en el desarrollo de "Aguas Servidas"?
-Hay dos elementos que son claves para mí, que ahora los entiendo. Uno es un libro sobre seres vivos y máquinas, de Humberto Maturana y Francisco Varela, del año 72, de ediciones Universitarias. Nosotros estábamos metidos en una visión absolutamente política y de repente aparece alguien que pone en duda lo que tú ves o cómo se estructura la percepción en general. Y lo segundo es que las palabras comenzaban a perder espesor y en minutos se convertían en slogan. Entonces busqué la posibilidad de darle mayor espesor a las palabras y para eso tenía que hacerlo con códigos distintos, por ejemplo el código científico o el código médico. Y esa fue la materia prima de "Aguas Servidas".
"Lo que escribo y escribiré son variaciones de Aguas servidas, y de lo que se lee y escucha en la calle", anotó cociña.
Estructura del ojo
3. El tercer fragmento
(emisión oral segunda)
"Estructura del ojo"
(Fragmento)
a) Pablo N. me anuda genéticamente al color,
(ilusión del color en la conjunción de rayos fielmente dimensionados)
que en daltonismo exacto, nos desarraiga
gracias a la córnea transparente opacada por la conjuntivitis
agudizada a fuerza de no querer ver lo que el ojo atrae.
b) He aquí que el escribiente vuelve a mirarlos
y visualiza su propia creación,
inserto en Concepción, el seis de noviembre del 79,
y acorta la distancia entre el más intelectual de los sentidos
y la sensación de la yema de los dedos
desordenando momentáneamente la textura de la hoja.
c) La palabra emitida sale disparada al centro del ojo,
al tiro al ojo apuntamos la mirada,
y el ojo gemelo depositado en la misma cara,
activa el lagrimal en lubricación afectiva.
Con los mismos dedos cierro el párpado
y como irólogo inexperimentado, no interrumpo la inocencia ocular,
para saber que en un vaivén de matices, desordeno todos los contornos
posibles
de esta mirada sin adjetivos.
d) Los ojos revierten cada instante lo que está,
ojos a la luz cerrados,
giran en la pupila hacia el envés de la cuenca,
y por fin se abren,
descontaminados del líquido amniótico,
para descubrir la viga en su ojo lleno de trigales.
Nadie mira con mis ojos que algunos pueden anegar.
Qué tendrá que decir de la mirada los ojos que no dejan ver,
mientras Nicanor dice basta
basta
basta
carlos cociña trabajó como editor en zig-zag, lom y arrayán.
Aguas
Servidas
Carlos Cociña
Universidad Diego Portales
101 páginas
$ 12 mil
Por Cristóbal Gaete
alfonso gonzález ramírez
Adelanto del libro "Aguas Servidas"
Por Carlos Cociña
"Yo sabía que (este libro) era muy raro, era lo único que sabía. Pero sabía que era lo que yo estimaba que tenía que hacer".
"Uno nunca produce nada sino en relación con los otros y mucho más en el caso de la literatura que funciona con un código que es la lengua".
Alfonso González ramírez