Pamela Boltei

Hace más de tres años, en octubre de 2015, el municipio de Viña del Mar anunció un plan de ordenamiento integral para la ciudad, que incluía el mejoramiento de los estacionamientos en las calles, aumentar la fiscalización a los comerciantes ambulantes y normar el uso de los restaurantes y pubs respecto al uso de las veredas para instalar terrazas.

Tras las decisiones tomadas sobre el uso y cobro por estacionar en la Ciudad Jardín, y las medidas punitivas puestas en marcha en conjunto con Carabineros, el municipio inició -hace unos seis meses- una mesa de trabajo con locatarios y vecinos de diversos sectores de la ciudad, para dar a conocer y elaborar una ordenanza respecto al último punto, el uso de las terrazas.

Gran parte del sector comercial está de acuerdo en que hay que ordenar y regular el tema, pero disiente sobre las medidas que, hasta ahora, fueron propuestas por parte de la autoridad edilicia. Uno de los reparos más grandes es que se planifica que la nueva ordenanza -que se basa en una propuesta de hace dos años, aunque con varias modificaciones- esté operativa en marzo.

En un borrador entregado a los comerciantes en una de las reuniones, se detalla, por ejemplo, que el mobiliario de las terrazas "deberá ser instalado y retirado diariamente en los horarios señalados, no pudiendo ser dejados en el Bien Nacional de Uso Público (BNUP). Una vez finalizado el horario autorizado por el permiso, no se permitirá la presencia de nuevos clientes ni se expenderá consumo alguno en el mobiliario instalado en el BNUP".

Además, se especifica que "el tiempo de desmontaje del mobiliario se entenderá incluido dentro del máximo de tiempo permitido, el cual será de 9 AM hasta las 00.00 AM, de domingo a jueves, y de 9 AM hasta las 2 AM viernes, sábado y festivos".

Otra condición es que "toda instalación de propaganda y/o publicidad en el BNUP, incluido en el mobiliario, deberá pagar los derechos respectivos".

Además, se establecen multas respecto a las infracciones que se pudieran efectuar, las que van de 3 a 5 UTM, además de la caducidad del permiso de manera inmediata.

Para Javier Álvarez, presidente de la Asociación Barrio Poniente y dueño de "A Mano", el tema complica a gran parte de sus 55 socios. "Ha habido todo un revuelo con las juntas de vecinos que están en contra del comercio y del turismo. Hoy (ayer) tenemos reunión con la municipalidad, ya tienen la ordenanza aprobada, y es un problema", relata.

El dirigente cuenta que les plantearon que tendrán que uniformizar las terrazas de toda la ciudad por mobiliario de mesas de madera, quitasoles de cuatro lados con telas de un mismo color, sillas de madera y un elemento separador, todo desmontable. En las reuniones sostenidas durante este tiempo se ha planteado desde un solo color para los locales de toda la comuna hasta que se dispongan distintos tonos por zona.

"Roberta Pizzas, por ejemplo, tiene terrazas hermosas y las van a tener que sacar y poner otras mesas y sillas. Es entendible en algunos casos, hay locales que se han pasado con este tema, cosas que han ido molestando a la gente, pero el problema es que pese a eso es un plus al turismo y afecta que las quiten. Ahora nos van a exigir que sean todas iguales", dice.

Álvarez reconoce que los locatarios están muy preocupados por la decisión que, asegura, les dijeron que se podría poner en marcha en marzo, aunque para que eso suceda la ordenanza requiere primero ser aprobada por el Concejo Municipal. Aunque aún no se presenta a los ediles, fuentes del municipio aseguran que se busca acelerar al máximo este proceso para que pueda votarse en las próximas semanas.

"Si tienes una cafetería que abre a las 8, con esta nueva ordenanza podrías poner recién a las 9 tus terrazas para tener más clientes. Nosotros proponemos que el permiso del uso del espacio de la terraza sea de acuerdo con la patente que uno tiene. Si mi patente me permite abrir a las 7 de la mañana como cafetería, que pueda abrir mi terraza a esa hora. Porque con este horario de terraza nos reduce el horario de atención al público y eso forzosamente nos obliga a una reducción de personal", agrega.

Livio Nattero, dueño de restaurante y sanguchería "Travesía", sostiene que "hemos tenido un par de reuniones para hablar de lo mismo... estamos de acuerdo que se regule pero que no sea tan estricto. Estaban pidiéndonos que todos tuviéramos el mismo mobiliario y el mismo color, y eso no nos parece tan adecuado, cada uno tiene su propio mobiliario y su propio color. Estamos de acuerdo con que no lleve marcas de empresas externas, pero están siendo demasiado estrictos. Va a pasar lo mismo que ocurrió con la ley del Tabaco, que era tan estricto que no se podía ni cumplir. Estamos tratando de llegar a un acuerdo que convenga a todos".

Junto a estas condiciones, se comenzará a cobrar semestralmente por utilizar las veredas. De hecho, desde mediados del año pasado se congeló la entrega de estos permisos, que hasta ahora son gratuitos.

Por eso Nattero advierte que para los locales pequeños "que tengan que cumplir un cierto tipo de toldo, que valen entre $300 mil hasta $1 millón 200, es perjudicial, son muy bonitos y buenos, pero no creo que todos tengan la posibilidad de invertir en eso. Nos dijeron que esto debía empezar a funcionar en marzo supuestamente, pero aún no está hecha la resolución. Es súper difícil alcanzar a hacer una inversión de ese tipo para el mobiliario a marzo, además van a empezar a cobrar cerca de $300 mil semestrales por el uso de terrazas de bien de uso público".

Por todo esto, están pidiendo una prórroga de dos semestres para pagar los permisos, de tal manera que con esos dineros puedan invertir en el nuevo mobiliario de manera más cómoda. "De todas formas, es inviable que todos tengamos el mismo mobiliario, a no ser que tengamos apoyo de la municipalidad o de un tercero", dice.

Por su parte Claudio Torres, parte de la administración de "El tintico de Botero", comenta que "los vecinos se han opuesto de forma considerable al avance de locales comerciales y gastronomía y quieren un barrio del año '60. Debido a esto, el municipio tomó esta medida de empezar a regular todas las terrazas, lo que me parece bien, porque sí afectamos las terrazas al estar puestas a la orilla de los autos, cuando los conductores se quieren bajar. Está bien que se tenga que dejar unos 40 centímetros para bajarse, pero estandarizar todo no me parece porque va a ser muy plano, va a ser todo igual, los negocios no van a poder tener su sello. Nosotros tratamos de tener un sello con nuestro negocio, y puede que lo que quieran hacer sea más bonito de lo que yo tengo, pero creo que debería haber un abanico más amplio de opciones para jugar".

En la Cámara de Comercio y Turismo de Viña del Mar, que año a año trabaja junto al municipio en el combate contra el comercio ambulante, las reglas de la nueva normativa no los dejan contentos.

Por el contrario, Rodrigo Rozas, su presidente, lamenta las condiciones. "Con esta ordenanza desaparecerían terrazas estratégicas y negocios tradicionales y muy importantes que llevan en Viña más de 60 años. Claramente hay un retroceso con la visión turística y comercial. En la Cámara de Comercio salimos, junto a la alcaldesa, a generar acciones promocionales, la ciudad se vende a través del Festival de Viña como una zona turística y si hoy estamos normando con horarios de ese tipo, ¿qué le vamos a decir a ese turista cuando llegue a la ciudad? No va a tener entretención, gastronomía, no va a tener turismo. El pasarlo bien tiene que ver con la comida, con el complemento hotelero y naturalmente no estamos siendo una ciudad turística. El municipio tiene que aclarar cuál es la visión de la ciudad: turístico comercial o netamente habitacional", reclama.

Al respecto, el director de la Secretaría Comunal de Planificación (Secpla) del municipio, Pablo Rodríguez, explicó que "el proyecto de 'Ordenanza de ocupación de mesas, sillas y quitasoles en Bienes Nacionales de uso público', generado en el marco del Programa de Ordenamiento y Fiscalización comunal que la Municipalidad de Viña del Mar está desarrollando desde el 2015, tiene como objetivo establecer las condiciones de uso y de ejercicio para sillas, mesas y quitasoles que los establecimientos comerciales instalan en el espacio público (veredas), de manera que se respete la libre circulación de los peatones".

La ordenanza -añade- también regula el tiempo de uso de este espacio, que determina restricción horaria de funcionamiento, con el objeto de preservar la tranquilidad y el descanso de los vecinos, prohibiendo utilización de elementos sonoros como parlantes y pantallas en la vía pública. Incluye garantías, de manera que cualquier daño a la propiedad pública, el propietario del establecimiento deberá responder y devolver el lugar de la misma manera como fue entregado".

A la ordenanza también va adosado un anexo técnico, explica, referente a las especificaciones de uso, "como el espacio que se puede ocupar, metraje disponible para circulación de peatones y uniformidad del mobiliario, como así también el uso de los colores en quitasoles, entre otras consideraciones. La iniciativa fue sociabilizada con los empresarios gastronómicos, Cámaras de Comercio de Viña y Reñaca y Juntas de vecinos involucradas, a quienes se les solicitó realizar sus observaciones".

"El municipio tiene que aclarar cuál es la visión de la ciudad: turístico comercial o netamente habitacional"

Rodrigo Rozas, Pdte. Cámara de Comercio Viña"

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